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Abrió sus ojos, su respiración era acelerada, aquella pesadilla se sintió tan real que hasta incluso su cuerpo temblaba.

Donghae recordaba poco de lo sucedido la noche anterior, estaba acostado en la cama totalmente desnudo. Se asustó al darse cuenta de que HyukJae no estaba a su lado.

Pero se tranquilizó cuándo escuchó al alfa quejarse de algo fuera de la habitación, de inmediato pensó que estaría arreglando cosas en la sala.
Se relajó en la cama y cerró sus ojos agradeciendo no sentir aquella fiebre de querer tener sexo, el cual HyukJae le transmitió por el celo. Tener algunos minutos de tranquilidad le harían bien, pero sus pensamientos siempre le mostraban escenas que lo perturbaban por completo, un ejemplo claro era la pesadilla que había tenido.

Aprovechó ese momento de soledad para observar el pequeño bulto en su vientre, cada día crecía más, pero aún no era lo suficientemente grande, quizás tendría tres meses o menos, lo cierto era que no recordaba cuanto tiempo tenía de haber quedado embarazado y tampoco había ido a ningún hospital para asegurarse de su salud, ver crecer su barriga le daba la tranquilidad de que su hijo estaba bien.

El omega se vistió y decidió salir de la habitación con la imaginación de encontrar todo limpio en la sala.
Se llevo una gran decepción al ver todo hecho un desastre, seguía habiendo polvo y telarañas.

—¡Maldición! —Volvió a escuchar al alfa quejarse y se acercó a la cocina donde HyukJae intentaba cocinar.

—¿Estas bien? —El alfa se sobresalto
al escuchar a Donghae.

—Si —Contestó rápidamente sin verlo a la cara, al parecer estaba tratando de cocinar algo. Donghae igual notaba algo extraño en su voz —¿Y tú? —Sin ninguna duda estaba nervioso.

—¿Qué escondes? —Preguntó el omega al ver como el moreno estaba aún de espalda y no daba la vuelta para mirarlo.

—Nada —Contestó casi al instante,  parecía un niño tratando de esconder algo —Te prepare el desayuno, puedes esperar afuera.

—Te escuché maldecir, ¿Que sucede? —El omega impaciente trató de acercarse.

—¡No te acerques! —Le advirtió el mayor.

—¿Qué te pasa? —HyukJae sabía que las preguntas no se iban a detener por parte de Donghae.

El hermano mayor volteo a mirarlo, no tenía nada en sus manos asi que no sabía la razón de su nerviosismo.

—Donghae, yo... mmm a mí todavía me duele —Se quejó el alfa, y fue en ese entonces que Donghae vio su abultada entrepierna —No tengo más pastillas y ... tú olor me está castigando, mi cuerpo quiere volver a tomarte.

No fue necesario decir más palabras, Donghae salió corriendo de la cocina, después de lo sucedido anoche no quería volver a recibir las salvajes embestidas del alfa.

HyukJae se sentía como un enfermo sexual, no pensaba en otra que no fuera en hundirse bestialmente dentro de su omega. Pero era consiente que podría traerle consecuencias a su hermano y a su hijo. Su naturaleza de alfa lo obliga a satisfacerse como diera lugar y tratar de controlarse por su omega. HyukJae miraba atentamente la pared enfrente  con unas ganas de golpearse la cabeza para así dejar de pensar en el menor. Tener a Donghae cerca y no poder follarlo como dicta el bendito libro del Kamasutra, era como vivir en el paraíso sin poder tocarlo.

HyukJae entendía perfectamente que si tan sólo tocaba a su omega iba a querer abrirle las piernas y follarlo hasta que este olvidase su propio idioma. Aunque —apoyándose contra la mesada para así hacer fricción en su entrepierna— conociendo a su propio hermano sería sencillo para Donghae olvidar su idioma, ya que a menudo olvidaba palabras y las decía en otro. Luego de correrse sobre la mesa al tan solo imaginar a Donghae gritando en Japonés mientras era follado, HyukJae fue a lavarse las manos y limpió la mesa para seguir cocinando.

Hermanos - OMEGAVERSE- [EUNHAE] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora