C.14♡

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Narra Niall.

Sonreí, no sabía que responder.

La tome de la cintura, gire con ella quedando ella encima sobre mi pecho, sus abrazos se cruzaron y reposo su mentón sobre ellos mirándome.

—Tenes que tomar la pastilla—dije

Asintió.

—¿Te quedan?

Asintió.

—Vas asentir todo el tiempo.

—Si me quedan pero pocas.— Respondió

—Te conseguí pero son otras creo que la tienes que tomar todo los dias, mañana te la llevo a la escuela.

—Bueno, veo si mi mamá me da plata te la llevo.

Nos quedamos un rato en silencio mirándonos, no se escuchaba nada, sólo se sentía la respiración de nosotros.

—Creo que tus papas se durmiero—Río por lo bajo—Ya se por que gritas tanto,  eso viene de familia.

—Eres un imbécil  —golpeó mi pecho.

—Bueno me voy a ir antes de que se haga más tarde.

—Ya es tarde  Niall

—Bueno mucho mas tarde de lo que es.

Baje por la ventana, por el mismo lugar por el que entre. Al llegar al piso se dio vuelta el tarro en el que estaba apollado, caí al suelo, el perro del vecino empezo a ladrar, derrepente  salto el medio paredón que separa las casas. Era pitbull con pelaje negro-gisasio,  corrió hacía mi, me arrastre por el piso rápidamente tratando de alejarme del perro, pero la cadena lo detuvo, el pitbull no paraba de ladrar y tirar saliva, esos perros si que dan miedo. Se encendió la luz trasera de la casa de al lado  y corrí a unos arbustos cerca mío, que no eran arbustos eran rosales. el vecino alumbró el patio con una linterna y se quedo alumbrado el Rosal que me había escondido,  llamó al perro " Boris" , pero el seguí ladrandome. Cuando creí que era hora de salir de allí me eche a correr, me trepe las rejas de la casa de Amanda mientras el perro seguía ladrando en el patio de atrás, salte al piso y una luz clara me alumbro, el vecino devuelta con la linterna, me coloqué la capucha de la campera y salí corriendo.

Narra Amanda.

Llegue a la escuela justo que había tocado el timbre todos los alumnos se dirigían a las aulas, camine a paso rápido pero alguien me tomo de la cintura, tapo mi boca y me llevo hacia a el cuarto donde los conserjes guarda sus cosas de limpieza.

Se tiró encima mío, beso mi cuello, lo aparte con un empujón. «Harry» fue lo único que pensé. El cuarto estaba oscuro, al instante que se apartó corrí abrir la puerta pero él la detuvo. Su dedo índice bajo remarcando mi comuna vertebral, produciendo escalosfrios en mi, con  su otra mano tocó el interruptor de la luz, despacito me fui dando vuelta.

Niall se encontraba con una sonrisa perversa y a la misma vez una  gracia.

—Idiota, me asusté.

—¿Quién pensaste que era?

—Harry.—dije en un susurro bajando la mirada.

—¿Se acercó a vos después de la otra vez? —negué.

Había algo en Harry que nunca me había dado la confianza, parecía bueno pero algo más ocultaba, como si escondieron algo oscuro.

—Te traje la pastillas.—Se quito la mochila del hombro y saco una bolsita con dos cajitas.

—¿Cuánto es ?—busque mi billetera.

—Una noche de placer con vos.

—Bueno—pensé— ¿Que te parece el jueves de la semana que viene?

Noches de pecados [Niall Horan] (Book I) EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora