Perdóname

213 24 9
                                    

Resumen de los hechos: Una vez más, Eli se ha dejado llevar por sus emociones, huyendo del único lugar que consideraba seguro junto a Yukiho en busca del líder de los Ayase.

—¿Siquiera has pensado bien lo que quieres hacer? ¿Qué te hizo tomar la decisión de matarlo? — preguntaba una cansada Yukiho, más bien agotada de la inmadurez de la rubia.

—Es un tanto difícil de explicar en este momento... — suspiró la rubia, perdida en sus pensamientos.

—¿Qué es tan difícil de entender? Todas sabemos que fue porque, otra vez, discutiste con Nozomi-san... a veces desearía que dejaras de encontrar excusas como esa para irte a una muerte segura... — suspiró, exasperada frente a la situación.

Eli odiaba ser reprendida por alguien menor a ella, pero debía admitir que Yukiho tenía razón. Gracias a eso, su mente volvió a enfocarse en Nozomi y en la última expresión que esta tenía cuando la vio partir. La rubia estaba consciente de que su relación con Nozomi no era de las más sanas ni más estables, pero lo que ama a esa mujer compensa todo tipo de adversidad.

—¿Cuánto piensas que falta para que lleguemos? — preguntó Yukiho, asegurándose de que la mayor estuviera alerta.

—Solo unas cuadras más... — susurró.

┏━━━━━━━━・✾・━━━━━━━━┓

Mientras tanto, Mari y Nozomi estaban arreglando los últimos detalles antes de partir en busca del par que se había adelantado, pero estaba resultando un tanto difícil lograr su cometido. Frente a la rubia había un par de chicas apuntándole con armas, mujeres que ella conocía más que bien.

Nozomi no sabía qué hacer ni cómo reaccionar en ese momento, pero la tranquilidad de Mari, a pesar de su ceño fruncido, la descolocaba. Las chicas no sabían qué hacer tampoco debido a que los mismos hombres de Mari no estaban defendiendo a su superior; es más, la misma Mari les ordenó no interferir.

—¿Qué es lo que quieren? — dijo con voz grave la rubia.

—Tú lo sabes a la perfección, Mari-san... — contestó una chica de cabello negro y ojos esmeralda, la forma en que se dirigía a la rubia mostraba cercanía, pero distancia a la vez.

—Primero, Kanan, baja tu arma — dijo con autoridad la joven de ojos amarillos —. Kanan, ¡obedece!

—Ya no sigo órdenes tuyas, ¿recuerdas? — la joven de cabello azulado y ojos púrpura miró de reojo a Nozomi — veo que encontraste lo que buscabas, Mari... —. Dijo en tono de burla.

—... — la forma en que Kanan la miró por unos segundos hizo temblar a Nozomi, tenía el presentimiento de que aquella chica la odiaba, aunque no sabía por qué.

—Lo que pase entre ella y yo no es de tu incumbencia... — gruñó Mari — Ahora, díganme, ¿cómo demonios me encontraron?

—¿En serio es necesario responder esa pregunta? — contestó la peli negra mientras bajaba el arma —. Kanan-san, ya podrás desquitarte en otro momento, pero esta no es la instancia de hacerlo.

—Bien — bajó el arma y la guardó con cuidado, su mano estaba temblando de la ira que trataba de contener.

—... — la joven de ojos esmeralda miró con cuidado y detalle al resto de las presentes, suspirando con cansancio —. Discúlpenme por ser tan descortés, mi nombre es Kurosawa Dia, prima de Mari-san, aunque no soy parte de la familia italiana ya que, como pueden ver, soy totalmente japonesa.

—Yo soy Kanan, Matsuura Kanan, el reemplazo de la puta que está parada allá — apuntó a Nozomi con una sonrisa burlesca —. Mucho gusto, perdedoras...

Deseos y emociones rápidos, pero compartidos (NozoEli)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora