2

6.2K 631 135
                                    

Jimin hizo uno de los berrinches más grandes de su vida en la escuela, furioso con el alcalde Kim por no decirle que se les había notificado a los del lado norte también de el evento de hoy.

Como alma que lleva el diablo entro a la alcaldía, e ignorando los gritos de la secretaria abrió la puerta de golpe, sorprendiendo al hombre firmando algunas cosas.

—Usted sabe que lo respeto alcalde, es como mi familia, pero, ¿EN SERIO?, ¿INVITAR A LOS DEL NORTE?, ¿ACASO DESEA QUE VUELVAN AL EVENTO UN CAOS?—Jimin grito rabioso, caminando de un lado a otro en la oficina.

El hombre sólo suspiró, y haciéndole una seña a su secretaria para que se fuera se levantó de su silla y se sentó del otro lado de su escritorio, viendo a Park desahogarse. Cuando esté callo para mirarlo, abrió su boca.

—Necesitamos establecer la paz con los del lado Norte Jimin, y este evento nos puede ayudar mucho a eso—Kim Yungwoo habló serio, cruzando sus brazos.—Y necesito que sepas que no voy a cancelar la invitación así lo ruegues de rodillas.

—Y UN COMINO CON LA PAZ, eso es prácticamente imposible y usted lo sabe alcalde, pero bueno, si este evento resulta en desastre hoy no me diga ni una sola palabra porque será su culpa, no mía—Jimin se dio vuelta, y saliendo furioso de la alcaldía se dirigió a su casa, entrando a esta y saludando molesto a su padre, el cual preparaba algo de comida, al parecer para llevar al evento.

—¿Que pasa, bebe?—Jungsoo besó la frente de Park, una vez esté se acercó diciéndole un bajo "Bendición"—Dios te bendiga.

—Pasa que el alcalde invitó hoy a los del lado norte padre, ¡Los del norte!, incluidos los demonios, agh—Jimin se lanzó al sofá, chillando contra uno de los cojines.

Sungwoo río, revolviendo aún la comida.

—No te compliques amor, seguro no harán nada, Dios nos protegerá, ya verás, hoy en mi sermón lo dije, por más que las cosas se vean nubladas Dios y Jesus siempre estarán ahí, cubriéndonos con su manto sagrado a los buenos y obedientes de sus mandamientos—El hombre revolvió dulcemente el cabello rosa del menor.

—Ojalá Dios así lo quiera papa, voy a vestirme—Jimin subió las escaleras, y entrando a su habitación se saco su chaqueta de cuero, dejándola sobre la cama y tomando su toalla para irse directo al baño.

Mientras se duchaba cerró sus ojos, y sin poder evitarlo aquella mirada azabache volvió a su mente, aquellos ojos eran tan profundos que a Park llegaban a asustarle, pero aunque sonaba raro, no lo hacían en mala manera, es solo que sentía que aquel demonio podía ver hasta lo más profundo de su ser al conectar sus miradas. Recordó cómo su mirada bajada por su cuerpo, y sus ojos expresaban lujuria y deseo, como si Jimin fuera un ciervo, y el un leon listo para atacarlo y comerlo apenas tuviera la oportunidad.

Por más que quería negarse y no darle la razón a Tae el sabía que Jungkook lo había mirado de forma lujuriosa, Jimin lo sintió completamente, calor ardió en su cuerpo cuando conectaron sus ojos.

Abrió sus ojos de golpe, y bajando la mirada palideció, soltando una maldicion baja.

Putas hormonas de mierda.

Al otro lado de la ciudad, Jungkook gruñía y jadeaba con un chico delante de él, este apoyaba sus manos en la pared de su trailer, lanzando gemidos largos y obscenos por las embestidas que Jeon hacía en su interior.

Jungkook volvió a pensar en aquellos ojos verdes, imaginando que ese pequeño chico era al que embestía con brutalidad, bajo su mirada hacia donde se unía con "Jimin", y imaginando que era el el que gritaba su nombre llegando al orgasmo y no aquel chico extraño, se dejó ir con un gemido ronco.

Se separó de inmediato del más bajo, y sin querer mirar su cara para no ilusionarlo se sacó el condon y abrochó sus pantalones, yendo a la cocina de su trailer.

—Cierra la puerta al salir—El chico bufo, y vistiéndose salió del trailer, Jungkook se terminó de preparar su café cuando Nam entró al trailer.

—Bien, mariposa, anda a ducharte, debemos irnos al lado Sur cuanto antes, o llegaremos más tarde aún—Kim se lanzó al sofá de Jeon, encendiendo un cigarro.

—Agh, me arrepiento de autorizar que fuéramos—Nop, en definitiva no lo hacía.

—A mi no me engañas Jeon, ahora ve—Namjoon hablo burlón, y Jungkook río negando con su cabeza.

—¡Si le cuentas a alguien te matare!—Pronuncio entrando al baño.

Diez minutos después, Jungkook, Namjoon y los demás demonios que vivía en el parque de trailers esperaban apoyados en sus motocicletas a Hoseok. Una harley llego hasta estar frente a ellos.

—Al fin apareces, ¿Donde mierda estabas?—Jungkook habla serio, dándole una calada a su cigarrillo.

—Chico, eres mi mellizo, no mi padre, métete en tus asuntos y yo en los míos—se quitó el casco, dejando caer su largo cabello sobre sus hombros.

—Por eso mismo té pregunto, niña estupida—Jungkook bufo molesto, y miro molesto a Nam, el cual los veía con una sonrisa burlona.

—Vete a la mierda líder, los veré allá, necesito ducharme—La chica le saco el dedo medio a Jungkook al escuchar a este decirle imbecil por lo bajo, y entro al trailer dando un portazo.

—En serio amigo, tu hermana es muy cool—Namjoon río, botando el cigarro y aplastándolo al igual que Jeon cuando vieron a Hoseok y los demonios restantes acercarse a ellos.

—Mis bolas son cool, ella no, ya vámonos—Jungkook se puso el casco, y cerrando la parte delantera de este, arrancó a toda velocidad con la pandilla siguiéndolo.

Esta noche en definitiva sería interesante.

Angeles y Demonios (Kookmin/Jikook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora