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Duff.

Corro mis dedos a través de las gruesas hebras castañas, tiro de la camiseta sobre su cabeza, mi visión volviéndose borrosa cuándo veo sus palidos senos. No está usando sujetador, va a matarme. Purple pone sus manos en mi pecho y me empuja hacía atrás sobre la cama. Luego coloca una pierna sobre mis muslos, montándose a horcajadas en mi regazo.

—Joder, Purple...

Trabaja con los botones de mi camisa, sus cálidas manos yendo a la cintura de mis pantalones. Me ayuda a quitármelos con impaciencia, suplicándome entre suspiros que le haga el amor de una vez.

Sus deseos son cumplidos.

La posiciono debajo de mí. Enrollo una franja de su cabello alrededor de mi mano y tiro de ella por un profundo beso mientras me deslizo en su interior. Purple jadea contra mi boca, sus largas uñas rasguñando mi espalda. Las expresiones que hace cuento estoy embistiendo son indescriptibles.

Está chica quiere verme agonizar.

Cuando ambos llegamos al límite de nuestro placer, yacemos desnudos en la cama. Mi brazo se envuelve firmemente alrededor de su pequeña cintura. Purple suspira, pasando sus manos por mi pecho. La extrañé tanto, no iré a ninguna parte, no de nuevo.

-No voy a dejarte nunca, Duff -susurra.

Acaricio su espalda.

—Ni yo a ti, lo siento, tenía miedo —hago una pausa— Te quiero, ¿está bien? No me voy a separar de ti.

Ella sonríe.

—Purple, tengo qué decirte algo.

—¿Uhm? —pregunta distraída.

Trago saliva y procede a contarle todo.

Ella está en silencio y congelada. Sus ojos comienzan a llenarse de lágrimas y sus labios tiemblan.

-Sh... pequeña -la llevo a mis brazos y aprieto con fuerza.

-Dios, Duff. Tengo dieciocho, ¿qué coño pretenden?

-No estás sola, me tienes a mí.

-¿Qué voy a hacer? -solloza.

-Encontraremos una solución.

-Me quieren joder la vida.

-No...

-Sí -sorbe por la nariz- Pero tengo una idea.

-¿Cuál?

-No voy a irme a Roma a estudiar, me quiero ir contigo. Podemos conseguir dinero e irnos de aquí. Encontrar un apartamento y estudiar los dos juntos en otro sitio.

Río amargamente.

-Estás delirando.

Y ella alza un ceja, juguetona.

-Tenemos qué armar un plan.

Purple es una chica espectacular. Todo en ella desborda dulzura, y sensualidad incomparable. Su mirada es de un azul intenso, magnético, y su cabello castaño enmarca un rostro ovalado, y precioso. Luce hermosa estando desnuda en la cama. Es más sexy de lo qué imaginé en mis fantasías. Purple está destinada a dejar una huella en mi vida cómo ninguna otra chica. Sonará cliché, pero nunca me he perdido de está manera. No soy el mismo cuándo estoy junto a ella. Me inspira confianza, y sensaciones que jamás he experimentado.

Purple.

Aquella noche tuve una pesadilla.

¿En serio mis padres querían qué me comprometieran con dieciocho recién cumplidos? ¿Con un chico qué apenas conozco?

Tenía muchísimo miedo.

Pero ahí está mi héroe, Duff McKagan.

Quería irme de Tybee Island con él.
Mis padres ya me habían comentando de estudiar en Roma desde hace tiempo.

Lo qué no sabía es qué Pete iría conmigo.

¿Qué quería?

Huir.

Y no sola.

Sino con Duff.

Esto ya era de vida o muerte.

¿Qué pasaba si me iba con él? Mis padres no volverían a hablarme en la vida.

Necesito dinero y mirar vuelos, y cosas cuánto antes. Necesito armar un maldito plan.

Bajé a la cocina, tenía qué hablar con Donna.

-Hola, cariño. ¿Necesitas qué te preparé algo de comer?

Niego con la cabeza.

-Tengo qué contarte algo muy importa -Susurro y ella me mira preocupada.

Le cuento todo con pelos y señales, lo qué Duff escuchó esa noche en la lavandería.

Donna se lleva las manos a la boca, ahogando un jadeo.

-Esto es horrible, mi niña -Se lleva la mano a la cabeza con frustración- Siempre supe qué tus padres querían qué estuvieras con un niño rico pero esto... esto es demasiado.

-¿Por qué yo, Donna? ¿Por qué no me dejan en paz de una jodida vez?
Suspira.

-Cariño... tú siempre destacaste, mucho más qué Destiny y Spencer. No por la belleza, sino por tu inteligencia, tu manera de ser... la gente se interesa en ti, ven qué tienes futuro y una buena de mantener los negocios familiares eres tú -Me explica.

Jadeo.

-Quieren casarme con él -digo con la voz entrecortada.

-Mi niña, eso no pasará. Pensaremos un plan.

Aprieto la mano de Donna con fuerza.

-Tengo qué irme con Duff, es la única manera de huir de todo esto.

En ese momento veo qué mamá entra a la cocina con un semblante muy serio.

-Purple, ven -Me ordena y toda mi espina dorsal se tensa. Pidio ayuda con los ojos a Donna pero mamá me coge del brazo con brutalidad.

-¡Me estás haciendo daño! -Vocifero mientras me lleva arrastras hasta el cuarto de las cámaras de vigilancia.

Mi madre me obliga a sentarme y me mira echando chispas por los ojos, creo que le va a salir humo de la cabeza y espuma por la boca.

-¿Me puedes explicar qué es esto?

Mierda.
Mierda.
Y reputa mierda.

Me quedo en shock cuándo miro el vídeo de la pantalla.

-Esto fue grabado ayer por la noche -prosigue.

Mi corazón deja de latir cuándo salgo en el vídeo besándome con Duff.

Matadme.

Cloud «Duff McKagan» ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora