31 | Cry

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Duff.

Yo no pertenezco a su mundo.

Me siento la peor persona sobre la faz de la Tierra.

Estoy sentado en el tejado de la gran mansión Finney, y mi única luz es la luna. El cielo está oscuro y despejado, con algunas pocas estrellas dispersas por el firmamento.

Inclino mi vista a la izquiera dónde puedo enfocar a Purple tirada de lado en su cama.

Sus sollozos son sonoros.

Tomo varias respiraciones profundas y la imágen congela mi corazón.

Ella me odia.

Y lo entiendo.

Pero era lo mejor para los dos, aunque yo salga perdiendo, quiero lo mejor para ella y su futuro.

Lo perdí todo.

Purple.

El día qué Duff y yo cortamos, lloré desconsoladamente en mi cuarto. Es cómo si me hubieran quitado algo. Una de las mejores cosas qué me ha pasado en la vida.

Finjo ser fuerte, pero la verdad es qué me duele cualquier cosa.

Rompió mi corazón, rompió mi fe. ¡Yo solamente quería hacerle feliz! Pero no fue suficiente. Me lo prometió todo. Cuándo besé a Duff, pensé qué era el indicado, mi alma gemela qué el destino puso en mi camino y entonces se marchan, y vuelves a estar sola. Limpiando las lágrimas de tu devoto corazón. ¿Cuándo días he estado sin dormir? Porqué el único hombre qué pensé que se quedaría para siempre, se ha ido. Lo intento, cierro los ojos, pero todo lo qué veo son recuerdos. Mi alma está agrietada con tantas historias sin contar. Cogidos de la mano, caminando por la arena húmeda de la playa con el Sol escondiéndose. Sigo fantaseando con el aroma de su ropa. Empiezo a llorar de nuevo y las lágrimas comienzan a caer y deseo que pudieran ahogar todo el dolor qué siento, pero pronto me doy cuenta que las lágrimas hacen que el dolor se sienta más real.

—Tienes qué dejarlo ir —Es lo primero qué me dice Polly al abrirme la puerta de su casa y me abraza inmediatamente para luego conducirme al sofá junto a ella.

Acaricia delicadamente mi pelo mientras mi cabeza está en sus piernas.

—Sh... tranquila, estoy contigo —Susurra mientras yo lloro en silencio.

Piensas qué esas tonterías de que el amor es solo una gilipollez más de la vida y de la adolescencia, pero joder cómo duele cuándo te pasa.

Todas las personas tenemos sentimientos a cualquier edad.

—Siempre diste lo mejor de ti, Purple —Me aclara mientras sigue acaricando mi cabello.

—Y-yo no lo entiendo —Susurro con la voz quebrada.

—Yo entiendo a Duff, quizás no fue la mejor manera, teníais qué haber hablado seriamente las cosas —Observa— Tus padres alejarían a Duff de tu lado, ¿querías eso?

Niego con la cabeza.

—Yo quiero qué sea feliz... —Confieso y sorbo por la nariz.

—Y encontrará algo qué lo hago feliz, ahora debes seguir con tu vida aunque te duele saber qué ya no estarás con él. Te entiendo más qué a nadie, Purple. Pero quiero ser sincera contigo para qué no sufras. Tarde o temprano Duff recapacitaría y haría lo mejor para los dos, aunque saliera perdiendo.

—¡Pero me ha dejado! Las cosas iban bien, ¿por qué hizo está mierda? —Suelto brusca y mi amiga me mira con sus grandes ojos cafés bien abiertos— ¿Cómo voy jodidamente a olvidarle si vive en mi casa?

Cloud «Duff McKagan» ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora