14 | Breathe

576 56 3
                                    

Purple.

—No sé si sentirme orgullosa o no... —habla pensativa mientras pasea a Cece, mi perrita labradora de color blanco— ¡Qué importa! Eres la puto mejor, Purple —Ríe mi amiga mientras me mira cómo una madre orgullosa porque su hija acaba de aprobar una asignatura del instituto.

—Estás loca... —rodeo los ojos con una sonrisa.

—No estás para perder el tiempo, y si Duff... —carraspeo la garganta— ¿Qué? —Pregunta Polly confundida.

—Hay algo qué no te he contado -me paro en seco y mi amiga espera a qué hable, suelto una suspiro profundo- Después de las carreras, Duff me llevo a casa, tuvimos una pequeña discusión y luego... nos besamos —La boca de mi amiga se abre de golpe, está quieta cómo una estatua— Polly, reacciona, por favor —pido sacudiéndola con violencia.

—¡Santa madre de la virgen de los orgasmos!

Enarco una ceja cruzándome de brazos.

—¿Una virgen de los orgasmos? Creo qué va a ser dif... —me interrumpe.

—¡Por dios, Purple! ¿Eres consciente de lo qué has hecho? —Ríe y luego cambia su expresión a una más confusa— Pero espera, ¿entonces por qué te enrollaste con Slash en la fiesta?

Trago duro.

—Llevamos días sin hablar, nos ignoramos. Le busqué alguna vez pero nada... él está arrepentido, no quiere ni verme ni en pintura y encima vi cómo ligaba con una chica por teléfono —Le comento y los ojos cafés de mi amiga disparan rabia.

—Será imbécil —suelta y se agacha para acariciar a la perrita.

Decidimos ponernos al día un poco, y dimos un paseo por la ciudad. Teníamos qué aprovechar las últimas semanas de verano.
Han pasado tantas cosas en un mes y medio. Me he liado con Slash, me hice amiga de Duff, luego nos besamos y me volví a enrollar con su amigo. ¿Por qué lo hice? Porque soy idiota.

Y soltera.

Esto era un desfase para mi cuerpo.

-Estoy hasta las narices, ¿tanto lo le cuesta ver lo qué se está perdiendo delante de sus ojos? -me señala mirándome de arriba abajo.

Le doy una sonrisa triste —Me hace sentir qué no soy suficiente para él.

—Nunca digas eso —me recrimina seria— Yo he pensando mil veces eso desde qué estoy con Izzy y es una gran tontería. Es normal estar inseguro, pero tú eres más qué suficiente.

Suspiro y le doy una abrazo.

—Gracias, te quiero.

—Me tienes para lo qué quieras.

🌙🌙🌙🌙

Se escucha jaleo en el gran salón de mi casa. Sé cómo van estás reuniones, gente amable, gente hipócrita y adinerada, y luego gente cómo yo, qué los mandaría a todos al demonio. Siempre destaqué más qué mis hermanos mayores, siempre llamé la atención del público.

Yo Purple Finney, nunca pasaré desapercibida en ningún lugar.

Me muevo lentamente por la habitación, y voy a mi ropero. Diferentes tipos de ropa de diseños se posan ante mis ojos. Decido ponerme un vestido de color crema sin tirantes y, mis tacones dorados de Christian Louboutin. Un collar de plata con pequeños diamantes cuelga en mi cuello, y fijándome me falta algo pero no sé qué el qué.

Mis ojos de un profundo color azul brillan y destacan con el maquillaje.
Cuándo me siento satisfecha con mi aspecto, salgo por la puerta y camino con la frente en alto. Una vez atravesado el pasillo me dirijo al gran salón.

Cloud «Duff McKagan» ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora