15 | Dance

531 58 4
                                    

Polly.

Me quedo dispersa mientras la gente bailan al ritmo de una canción de ABBA. ¿Por qué está escena me recuerda a una película?

En fin, continuemos.

Me conteo por la sala para ir a por más bebida. Esto sin alcohol es tan aburrido.

Reviso mi móvil y encuentro mensajes de Izzy.

La verdad qué estábamos genial después de todo lo que nos había pasado. Espero qué no me decepcioné.

Me gustaría qué estuviera aquí. Pero él no es amigo de la familia. Si por lo menos estuviera Lexi, Avril o Cody...

En el momento qué me acerco a la mesa de bebidas veo a Duff McKagan apoyado en la misma pared de al lado viendo cómo la gente habla y baila.
Sus ojos se encuentran con los míos y me da una sonrisa de boca cerrada, pero yo no trato de disimular mi enojo con él.

—Oh, vaya —sonrío cómo una niña buena— ¿Tú eres de los tipos qué les gusta hacerse el duro, no? —Cuestiono aún con burla.

La cara de confusión de el rubio es poca.

—¿Eh?

Dejo el vaso en la mesa y me acerco a él.

—¿Tanto te cuesta admitir tus sentimientos? —suelto sin rodeos.

Este chico se debe pensar qué estoy drogada o algo por la forma en qué me mira.

—Polly, ¿qué mierdas dices? —Pregunta confundido mientras frunce el ceño y resoplo.

—Qué no me parece normal, qué te beses con Purple y luego la ignores, para luego hablar con más chicas por ahí. Porque Purple merece la pena, qué lo que digan los demás está de más, y aunque seas más mayor que ella. La edad es una tontería. ¡Pero bueno tú no me hagas caso! ¿Por qué para qué, eh? —Digo más fría señálandole con mi dedo amenazador y la cara de Duff está para una foto.

—Polly, ¿puedes tranquilizarte un segundo? —Me pide— Mira todo es muy difícil, Purple es una chica muy guapa, pero ella merece algo mejor.

Río sin humor —¿Por qué siempre dais la misma excusa?

—Sus padres me matarían —agrega.

—Bueno, pues qué te maten —me encojo de hombros.

Él me mira y sacude la cabeza —Estás loca.

—Gracias —Le doy una sonrisa y toco su hombro en forma de agradecimiento— Pero bueno, mientras qué tú pierdes tu oportunidad, Slash la aprovecha.

Entonces, en el momento qué mis palabras salen disparadas, Duff me mira directamente.

—¿Qué dijiste de Slash?

—Se volvieron a besar en la fiesta de un amigo, idiota. Slash no pierde el tiempo —Le comento.

—¿¡Se volvieron a besar!?

Le miro confusa —¿Claro? —Río— ¿No lo sabías? Pensé qué entre amigos se contaba todo...

Duff se toca el pelo con... ¿frustración? Mientras doy un sorbo a mi vaso de limonada.

—Voy a buscar a Purple.

Y dicho eso desaparecido. Bueno por lo menos le he hecho entrar en razón y va a hablar con ella.

En el fondo soy una genio, o una lianta más bien.

Purple.

Estos tacones me están matando.

Atravieso la multitud en busca de mi salvación: Donna.

Necesito huir de este baile qué se ha formado.

Veo de espaldas a Polly y suspiro aliviada, cojo su brazo y la giro para abrazarla con fuerza.

—Necesito huir del país —Le digo y me separo de ella.

Ella suelta una risa —¿Por qué dices eso?

—Mis padres saben qué fui al polígono y la loca de mi madre me está buscando. ¡Me va a matar!

Mi amiga mira hacía todos lados con nerviosismo.

—¿Qué pasa? —Cuestiono— Polly McCool. Qué. Ha. Pasado.

Me da una sonrisa nerviosa —Pues al final si que vas a tener que huir del país —frunzo el ceño y me preparo para hablar pero me corta— Le dije a Duff qué te volviste a besar con Slash y te está buscando.

A la mierda.

—¿¡Qué tú le dijiste qué!?

Me agarra de los hombros porque creo qué esta apunto de darme un paro cardíaco.

—Ey, pero mira el lado positivo —Sonríe y anima con positividad.

—¿¡Qué puto lado positivo!? —Exapero.

Se encoge de hombros.

—Vais a hablar —Me sonríe triunfal.

Voy a tirarme a su cuello pero en ese momento, detrás de la castaña, veo a mi madre mirando hacía todas partes.

—¡Dile a mi madre qué no me has visto! —Le pido a gritos mientras me alejo.

—¿Piensas huir de los dos? —Exclama para oírla entre todo el alboroto.

—¡Sí! —aseguro— ¡Luego recuérdame qué te maté! —chillo enseñándole mi dedo del medio y corro por mi vida.

O por lo menos lo intento, es gracioso qué aún no me haya matado con los tacones.

Mis ojos se iluminan cuándo veo a Donna en la oscuridad.

—¿Por qué estás tan agitada cielo? —Pregunta cuándo llego a su lado— Tu madre te está buscando por todos lados.

—Por favor, cúbreme —Junto mis manos en formo de favor— Mamá va a matarme y no quiero morir virgen.

No os escandaliceis, con Donna hay confianza de sobra.

Pone un mechón detrás de mi oreja y sonríe —Tarde o temprano tendréis qué hablar, pero está noche ya me ocupo yo de distraerla —me guiña un ojo y yo le sonrío con felicidad.

Pero mi sonrisa se desvanece cuándo veo a Duff atravesar la pista. Y viene en mi dirección.

Viene a por mí.

¿Por qué tengo tanto miedo a enfrentarlo?

Corre por tu puta vida, Purple Finney.

Me desvíe por la izquierda y me metí a la pista mientras la gente seguía bailando Voulez-vous. Un chico cogió mi mano y me dio una vuelta sobre mi propio eje, y luego otro hizo lo mismo. Yo seguía huyendo porqué dos demonios querían comerme. Sí, mamá y Duff.

No puedo respirar.

Todo el mundo parecía pasárselo bien pero yo estaba sofocada.

—Oh dios mío —la voz era familiar.

—¿Spencer?

Sonrío —Oh, hermanita. Estás en problemas. ¿Quién es ese chico de pelo rizoso con pintas de drogadicto? Mamá quiere conocerlo e invitarlo a cenar.

Ríe y se aleja bailando con una pelirroja.

En ese momento me rodearon un grupo de personas qué bailaban en círculo. Miro a todas las caras conocidas. Duff, mamá, papá, Destiny, Polly...

Me estaba mareando, quería vomitar y no podía ni mantenerme en pie de lo nerviosa qué estaba.

Mi madre noto qué algo pasaba.

Estaba aturdida.

—¡Purple! ¡Purple!

No sé en qué momento acabo la canción, pues me acabé desmayando.

Cloud «Duff McKagan» ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora