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Duff.

—Hay qué llamar a la policía —Dice Destiny detrás de mí y yo la ignoro.

—Seria lo más sensato, pero yo nunca pienso con la cabeza —gruño— ¡Mataré a ese hijo de puta cómo toque a Purple!

Destiny me mira con preocupación —Es sólo una sugerencia... Tenemos qué hablar con mis padres.

Río sin humor.

—¿Y tú crees qué no me partirán la cara si me la ven?

—Ellos no saben qué seguís juntos —Se encoge de hombros.

La miro con sarcasmo.

—¿Y qué coño les digo? Oh sí, bueno miren, verán... Vine con su hija porque a Tybee Island porque justo nos encontramos en el aeropuerto.

Los ojos de Destiny se vuelven a humedecer.

—Tienes razón.

Pues claro que la tengo.

—Mira, llama a tus padres, qué vengan ya —Le pido— Hay que explicarles todo, me quedaré en el patio para luego hablar con ellos —Informo a la mayor de los Finney.

Asiente y luego volteo para salir al jardín, pero su voz me para de nuevo.

—La buscaron día y noche durante los primeros meses, mamá sigue llorando todas las noches, y mi padre se siente la mayor mierda porqué obligarla a casarse. La quieren muchísimo, y créeme, si la ven feliz contigo... Todo cambiará.

—No les importó casarse y enviarla a Roma para qué estuviera con un obsesivo violento con serios problemas mentales —Digo sin voltearme, con la mano ya en el pomo de la puerta de cristal— Sólo pensaron en agrandar ese puto negocio, y nunca su hija.

Entonces, me voy.

Después de qué mi móvil sonará cómo loco, descuelgo cómo loco al ver qué un número desconocido.
Todo lo veía rojo cuando oía la voz familiar.

La ira, y la rabia no me permitían pensar con claridad. Me sentía furioso. Ese hijo de puta se atrevió a raptar a Purple. Bastardo. Maldito niñato de mierda.

—Quiero qué vengas, o mataré a la pequeña de ojos azules —escupe Pete, y cuelga.

La llamada finaliza.

Mi puño impacta en la pared de la mansión y grito debido a la frustración. ¿En qué puto momento pasó esto? Pensé que nos habíamos desecho de los problemas cuándo el niño esté se fue a Roma, pero estaba equivocado.

Intento controlar la respiración, pero no podía. Purple estaba ahí, y ese cabrón iba a desquitarse con ella. Destiny al escuchar mis gritos, apareció en el jardín y sostuvo mis brazos para que me detuviera. Mi pecho subía y bajaba debido a la rabia, todo lo que sentía era fuego en mi interior.

Purple.

El sentimiento de pánico es asfixiante e insoportable. Me sentí impotente porque no podía hacer nada al respecto.

Quiero gritar y correr a abrazar a Donna. Ahogo un sollozo cuándo veo su estado tan lamentable. Está llena de suciedad y apenas puede mantener los ojos abiertos. Ese hijo de puta le ha dado una paliza, y sabe Dios qué me hará a mí.

Sé qué Duff me está buscando, lo hace.

—Lo siento tanto, mi niña —llora desconsoladamente con el tono de voz muy bajo— Tenía qué haber sido más discreta —se lamenta.

—¿De qué hablas Donna? —pregunto, confundida— Tú no tienes la culpa de nada.

Ella sacude la cabeza.

Cloud «Duff McKagan» ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora