37 | Survivor

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Purple.

Hace tres horas llegamos al LAX y ya íbamos al apartamento qué había alquilado en el centro de Los Ángeles, cerca de nuestra Universidad.
Polly estaba tan emocionada.
En tres meses empezábamos la Universidad y estamos nerviosas, pero muy ilusionadas.

—¿Sabes? Está noche podríamos salir de fiesta y sorprender a los chicos.

—¿Cómo sabemos dónde van estar?

—Yo lo sé todo, mi pequeña Purple —sonríe y me guiña un ojo.

Nuestro apartamento era pequeño pero acogedor, una pequeña cocina junto al salón, una terraza, un baño y dos dormitorios.

Después de cambiar mi número de teléfono y organizar mi cuarto con la ayuda de Polly, nos pusimos manos a la obra para también organizar los demás lugares del apartamento.
Cuándo salí a la terraza pude respirar paz. Quería llorar, estaba muy contenta de estar aquí. El aire cálido de Los Ángeles erizo mi piel.

—Somos unas sobrevivientes —sonrío Polly al llegar a mi lado mientras mirábamos al horizonte— ¿Quieres?

Ella me ofrece un cigarro de su cajetilla y lo acepto gustosa.
Le prendo fuego con el mechero y le doy una calada.

Exhalo preocupada —Tengo miedo de la reacción de Duff cuándo me vea.

—¿Por qué? —Inquiere la castaña mirándome.

Suspiro.

—¿Y si ya nada es lo mismo?

Polly me sonríe y acaricia mi cabello mientras recuesta su cabeza en mi hombro.

—Purple, Duff está muy enamorado de ti —Explica— No te preocupes por eso, cuándo te vea, vais a echar el mejor polvo de la historia.

Suelto una risotada y abrazo a mi mejor amiga.

🌙🌙🌙🌙


—¿Estás ya lista? —Grita Polly afuera de mi nueva habitación.

—¡Sí!

Coloqué bien mis medias de rejilla y sonreí mirándome al espejo. Perfumada y viendo que el resultado me gusta, salgo de mi cuarto dónde me encuentro a Polly con una chaqueta de cuera roja, unos botines y una falda muy corta de color negro.

—Eres toda una mujer peligrosa —le guiño un ojo.

—Gracias, tú también —me sonríe mostrándome sus hoyuelos— Los chicos van a estar en un club cerca de Venice Beach —Me explica.

—Pero Polly... apenas conocemos la ciudad, ¿y si nos perdemos?

Mi amiga rodea los ojos,  y rodea mi hombro con su brazo.

—Debemos dejarnos llevar, ¿de acuerdo? El club se llama Angel dark o no sé qué mierdas —luego saca algo de su bolso, ambas sonreímos— Es necesario, hace mucho qué no veo a Izzy —Dice enseñándome la caja de condones— guardé algunos para ti —sonríe.

—Gracias —muerdo mi labio inferior.

Echaba de menos sentir de esa manera a Duff, no puedo creer que lo vaya a ver. Estoy muy ansiosa.

—¡Tengo una idea! —dijo Polly corriendo hacía mí, colocando sus manos sobre mis hombros.

—¿Qué se te ha ocurrido? —cuestiono alzando una ceja un poco desconfiada.

—Al llegar al club debe haber un escenario dónde haya bailarines o un grupo tocando —comenta y no logro comprender a dónde quiere llegar— Debemos ir ya al club y hablar con la banda que toqué para qué nos dejen bailar. Y tú, vas a ir bailarle sexy a Duff... lo vas a poder duro cómo una puta roca —me explica sonriendo con suficiencia.

Casi me atraganto con mi propia saliva.

—¿Tú vas a hacer lo mismo con Izzy?

—Sep.

Tomo una respiración:

—Está bien, vamos.

Duff.

El Angel dark estaba bastante lleno. Era viernes por la noche y el cuerpo lo sabía. Entramos unos segundos después cuándo el guardia nos dejó pasar y los cinco nos sentamos en una mesa. Entre Steven, Axl, Slash, Izzy y yo habíamos alquiliado un apartamento bastante grande, y conseguimos trabajo en diferentes sitio. Excepto Izzy y Slash qué seguían estudiando.

Ha pasado bastante en estos meses qué me fui de Tybee Island.
No he tenido ningún contacto con la familia Finney y deseó que les jodan bastante.

Menos a Purple.

Esa maldita niña sigue ocupando todos mis pensamientos y sólo quiero abrazarla, y besarla.
No he sabido mucho de ella, pocas veces hemos hablado ya que sus padres siguen vigilando todos sus pasos. Pero lo qué me ha dicho Izzy, Polly tiene pensando mudarse dentro de poco a Los Ángeles.

—Vamos, hombre, relájate —Se ríe Slash mientras daba un trago a su bebida.

—Todo el día pensando en Purple, ¿eh? —se burla Axl— tantos meses sin sexo debe ser jodido.

—No todo es sexo, gilipollas —escupo.

Él levanta sus manos en formas de disculpa y ríe.

—¿Qué grupo toca hoy? —Pregunta Izzy llegando junto a Steven con cigarrilos y una botella de whisky.

Me encojo de hombros y se sientan cuándo vemos qué el grupo está apunto de salir al escenario.
Al parecer, son un pequeño grupo de chicos que tocan covers.

El escenario se oscureció y se escucho como la canción se iniciaba. Pour some sugar on me de Def Leppard resonaba por todo el lugar.

El aire casi se me fue de los pulmones cuándo dos chicas demasiado familiares salían por ambos lados del escenario moviendo las caderas sexualmente.

No podía respirar y los otros cuatro chicos están en estado de shock. Izzy parecia una puta estatua y la baba caía por su boca.

¿Esa rubia era Purple? ¡Joder!

Ella miro de reojo a la primera línea dónde nos encontramos y sus ojos azules chocaron con los míos.

Mi corazón latía con fuerza.

Después de dos meses ahí estaba mi chica.

La miré detenidamente y vi una sonrisa pícara en su rostro. Sonreía con satisfacción mientras Polly bailaba con su cara de niña buena, algo que le encantaba a Izzy, ya que sabía que tan niña buena, no era.
La ojiazul camino peligrosamente hacía los escalones, pero antes de bajarlos se paro y me miro con una sonrisa coqueta. Me miraba a mí.

No me quitó la vista de encima y me guiñó un ojo hasta quedar a un metro de mí. Los chicos miraban la escena asombrados, y am otro lado, Polly fue con ojos hambrientos hasta llegar a Izzy. Todo el club chillaba y cantaba mientras aplaudian cómo locos.

Mis ojos seguían pegados el movimiento de cadera de Purple. Se la veía más mayor, más madura y coqueta. Me gusta su nueva versión. Su nuevo color de pelo y el brillo de sus ojitos azules. Aún seguía sorprendido de verla.

Polly y Purple se lanzaron una mirada cómplice.

Purple había colocado sus manos sobre el respaldo de mi silla, acarrolándome.

Los chicos me miran divertidos, mi cara debía ser todo un poema.

Desde está posición tenía una rica vista de sus pechos.

Acercó sus labios a los míos, y sonrió con suficiencia.

—¿Me echabas de menos?

Cloud «Duff McKagan» ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora