—¿Quién te querrá muerto? —Leonardo suspira y da un sorbo de su bebida.
—Ni idea, en los negocios uno gana muchos enemigos pero no imaginé que podrían llegar a planear mi muerte.
Frunzo el ceño mientras sigo dado vueltas en mi sala, Leonardo me observa pero me doy cuenta que está cansado.
—Puedes dormir acá en casa, recuerda el golpe que te diste en el brazo —se encoge de hombros y cruza una pierna sobre la otra.
—Te lo agradezco
—Clara estuvo aquí —lo veo paralisarse en el acto, un nervio en su mandíbula comienza a saltar.
—¿Qué quería? —el tono de su voz ha subido.
—Que volviera con ella —suspiró —cuándo la rechace me dijo que tú la has buscado —mi hermano se queda en silencio por un momento pero una mueca se dibuja en sus labios tratando de imitar una sonrisa.
—No lo he hecho —estira las piernas mientras se recuesta en el sofá —le he dicho que estoy prometido.
—¿Te creyó? —Leonardo se encoge de hombros mientras lleva su mano a su hombro, lo veo hacer una mueca —bebe el analgésico.
—Odio sentirme torpe, eso hacen los analgésicos sobre mi.
—Igual piensas con las bebidas —asiente —¿Qué buscará Clara? Te busca a ti y me busca a mi.
—No me interesa pero me preocupa que ella vuelva a ser una influencia para ti Edmund, te hizo mucho daño.
—Amo a Charlene —Leonardo me observó en silencio y luego suspiró.
—A veces pienso que lo de ustedes no es real —murmura —bueno me corrijo, lo pensé al inicio, no se veía esa afinidad entre ustedes, también estaba la manera en que Charlene miraba a Gregorio —sonrió —aunque hoy no paro de preguntar donde estabas cuando estábamos en el hospital.
—Me alegra que te des cuenta que lo nuestro es real Leonardo —echo hielo a mi vaso y luego vierto un poco de alcohol.
—Amaste mucho a Clara y temo que ese amor no haya muerto Ed, no quiero que vuelvas a sufrir —calle, mientras Leonardo me hablaba de mis sentimientos pasados por que eso eran, algo que había pasado hace tiempo, el día que conocí a Charlene, todo había cambiado, su sonrisa fue como un rayo de luz en medio de una noche muy oscura, ella... había traído esperanzas a mi vida.
Charlene
Dolió y mucho, en ningún momento Edmund negó lo que le dijo Leonardo amaba a otra mujer. Pegue mi frente en la fría pared, mientras trataba de recuperarme.
No podía reclamar, todo lo nuestro había sido para engañar a Leonardo pero nuestra entrega pensé era un paso hacia el amor pero todo sólo ha sido mi ilusión.
Me dirijo a la habitación de Edmund, su gran cama se ha vuelto fría, me cubro con el pesado edredón y cierro los ojos... ¿me había enamorado? ¿lo amaba? ¿ya no sentía nada por Gregorio? Tantas preguntas rondaban por mi mente y temía a la respuesta por que Edmund amaba a otra mujer.
Mi corazón dolía mucho, me coloque boca abajo, quería presionar el dolor en contra del colchón, que este desapareciera mágicamente de mi pecho y no sentir.
Una solitaria lágrima recorre mi mejilla, mientras llevó mi puño a mi boca para no soltar el sollozo.
No supe a que horas me quede dormida, pero en un momento sentí el calor de los brazos de Edmund y me acurruque más en él.
Edmund
—Dime Gregorio —él se sienta frente a mi y me observa por un momento con hostilidad pero luego su rostro cambia a una sonrisa de amabilidad, enarcó una ceja.
—¿Cómo está Charlene?
—Está mejor, pero toda la semana se quedará descansando.
—Entiendo, la iré a visitar —asiento
—Está bien,se está quedando en mi apartamento.
—No sé donde vives —sonrió
—Soy vecino de Charlene, vivo frente a su puerta
—Bien —se coloca de pie y mete las manos en su bolsillo —ella es mi amiga Edmund, espero no te moleste que la visite.
—No me molesta —confiaba en ella,sabía que Charlene era leal
—Me alegra saber que puedo visitarla —se gira y se dirige hacia la puerta. Gregorio se veía cansado, un poco demacrado.
—¿Estás bien? —él se detiene y mira sobre su hombro.
—Lo estoy —murmura y sale de la oficina por un breve momento no deje de mirar la puerta, me daba cuenta que no estaba bien pero entendía también que él no iba a compartir su vida con su jefe. Suspiré largamente y tomé mi móvil para llamar a Charlene pero la puerta se abre impetuosamene junto a una Martha agitada.
—Le dije que no puede entrar —Clara no le presta atención, su mirada está puesta en mi, mientras en sus labios se dibuja una sonrisa.
—Y yo le dije que Edmund me iba a recibir —enarca una ceja, mientras avanza hacia mi escritorio, su cuerpo enfundado en un vestido ceñido a su cuerpo, dejaba ver su cuerpo bien delineado —necesito hablar contigo Edmund.
Miré a Martha y asentí, ella de mala manera salió de la oficina.
—No puedes entrar a mi oficina como lo has hecho Clara.
—Edmund —murmura con una voz sexy, se sienta frente a mi y se inclina de manera que yo pueda ver su escote pero desvió la mirada —te extraño, me estoy volviendo loca sin ti —sonrió con burla mientras la miró.
—Sabes bien que es mentira Clara, viviste muy bien sin mi un par de año. Lo nuestro terminó y justamente cuándo mi padre me desheredo. Cuando llegó la noticia, al día siguiente habías desaparecido de mi vida —ella se incorpora en su asiento mientras me mira.
—Nunca debiste permitirlo Edmund,después de todo tú eres su hijo
—Leonardo es su hijo mayor, es muy responsable y merecía heredar el negocio —ella suelta una carcajada.
—No puedo creer que seas tan inocente, tú y Leonardo no se parecen en nada. Son como el agua y el aceite. No se parece a tus padres —se inclina sobre el escritorio y me observa a los ojos —él no es tu hermano.
La veo atónito ¿de qué rayos estaba hablando?
—No lleva tu sangre, no tiene por qué tener el control de la herencia de tu familia, ni de las empresas ya que no es uno de ustedes.
Kateromantica🌸
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Mi Jefe©
Roman d'amourCharlene es la secretaria perfecta, la amiga perfecta sólo existe una falla... está enamorada de su amigo que es su jefe. Preciosa portada hecha por: @Sarelighlp