Capítulo 6

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Desde el día viernes que ocurrieron ese millón de acontecimientos en una sola noche, me quedé encerrada en mi casa, acostada literalmente vegetando. Javier me había enviado un par de mensajes, pero me sentía tan mal por lo que hice, que no me atreví a contestarlos. De Tomás no había sabido nada, absolutamente nada, se lo tragó el Triángulo de las Bermudas por todo el resto del fin de semana.

De tanto pensar y darle vueltas al asunto, decidí, que tal y como había hecho Tomás, mi actitud sería como si nada hubiese sucedido entre nosotros, si él se dignó a dejarme así en el local y no llamarme o enviarme un mensaje para conversar en lo que iba de este domingo, no valía la pena enrollarme por algo sin sentido, por un impulso de adolescente caprichoso.

Decidí también contarle todo a Javier, si realmente quería que entre nosotros surgiera algo, entonces tendría que ser honesta. Tomé mi celular y le escribí un mensaje.

-Javi, perdón por no contestar tus mensajes, necesitamos hablar ¿Puedes venir?

Como si tuviera el teléfono en sus manos, me llegó la respuesta de inmediato.

-Estoy afuera, ábreme.

Corrí hacia la puerta.

-Hola- Le dije, sin poder pronunciar otra palabra.

-Hola- respondió tímido.

-Pasa, tenemos que hablar-

-¿Por qué no has contestado mis mensajes? Me preocupé.

-Sí, perdón, pero no me sentía bien.

-¿Qué pasó?

-No sé si te diste cuenta, pero las cosas el viernes no resultaron del todo bien

-Bueno, sí, algo me di cuenta, pero yo lo disfruté igual.- dijo moviendo sus cejas de arriba hacia abajo.

Como un flashback, se me vino a la mente ese baile que tuvimos aquella noche- Yo también, pero hay algo que quiero contarte. Sé que entre nosotros no hay nada, nos estamos conociendo…

-Detente ahí-me dijo interrumpiéndome- ¿Cómo es eso que no tenemos nada? Quizás no tiene nombre, pero algo hay o ¿no?

Encantada por su comentario y soltando una risita, continué- Bueno si, por lo mismo, yo...-

-Dime, ¿qué sucede?- ya se veía un poco impaciente.

-Ese viernes, después de la interrupción de Tomás para que bailara con él, bueno, el… nosotros… nos besamos. Quiero ser muy sincera contigo, me gustas, mucho, pero antes de que tú aparecieras yo… estaba enamorada de Tomás, es verdad que somos los mejores amigos, pero este sentimiento viene creciendo en mí hace mucho, pero él no lo sabe, no sabe nada.

Javier me miraba sin decir una palabra, no sé bien que expresión era la que contenía su rostro, pero fuese lo que fuese, me sentía mal.

-Flo, yo, sinceramente, ya lo había notado.- ¡¿Qué?! Esto sí que me asombró- Bueno en realidad fue ese mismo día, cuando nos conocimos en la mañana, pero pensé que el amor era más por parte de Tomás, él estaba claramente celoso y su recibimiento no fue nada agradable.

¿Por parte de Tomás?,  si claro, bufé -Pero Javi, ¿por qué no me dijiste nada?

-Porque me pareció que no era apropiado, nosotros estamos conociéndonos y no quería dar nada por sentado, sentí que era precipitado preguntarte una cosa así. Pero, dime, lo que aún me preocupa, ¿tú estás dejando esto, esta conexión extraña pero mágica que se ha dado entre nosotros, por él? O es que ¿solo yo he sentido esto?, me siento un poco ridículo preguntándotelo, pero si vamos a ser sinceros…. Necesito saberlo- me preguntó claramente nervioso, movía su pie de forma involuntaria.

Abre los ojos y descúbremeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora