Capítulo 15

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El camino de regreso, fue más bien silencioso, me sentía nerviosa, ansiosa, deseosa por concretar lo que mi cabeza soñaba despierta en ese momento. Jugueteaba con mis dedos, abría y cerraba la ventana, sintiendo que por momentos me faltaba el aire – estaba siendo muy evidente, pensé- me movía inquieta constantemente, no podía evitarlo.

-¿Pasa algo Flo?- preguntó Javi, extrañado ante mi actitud.

-¡No!- me apresuré en contestar- es solo que me he divertido mucho esta noche.

Tomando mi mano, depositó un suave beso en ella- Yo también, muchísimo.

-Ha sido increíble verte bailar con esa ancianita, pero debo admitir que sentí celos de cómo te miraba- le reclamé riendo.

-Ha decir verdad, era muy coqueta, me piropeó sin una pizca de pudor, y no una, sino varias veces- Contestó en tono acusatorio.

-Mira tú y tan inocente que se veía la muy descarada- continué el juego.

-Solo era una fachada, lo digo en serio.

-Debí haberla puesto en su lugar, ¿Qué no sintió remordimiento de coquetearte estando yo ahí mismo?

-Para nada- soltó una carcajada.- Pero tú no te hagas la inocente tampoco, mira que bailaste divertida con varios hombres ahí mismo- me recriminó.

Fingiendo cara de sorpresa ante su inquisición, respondí- Yo solo bailé Javi, así que no vengas a justificar tu coqueteo descarado con eso.

-Es que si puedo, porque tú solo tienes que bailar conmigo, nadie más está autorizado si quiera a tomar tu mano.

Sonriendo le dije- Está bien, solo si prometes no soltarme jamás.

-Que no te quepa duda- enunció, dándome una mirada cargada de promesas.

Llegamos y tal cual como nos fuimos, entramos. Silenciosamente subimos la escalera en total oscuridad, cuidando de no emitir ningún ruido. Pero mientras trepábamos, Javi,  tropezó con un peldaño, cayendo estrepitosamente. Después de comprobar que estuviese bien, nos sentamos ahí mismo, apretando nuestros estómagos, riendo muy bajito.

-Me hubiese encantado ver tu rostro al caer- me burlé sin compasión

-Fue de desesperación absoluta, te lo puedo asegurar- dijo entre risas.

Poniéndonos de pie nuevamente, decidimos continuar, cuando estábamos en eso un fuerte ronquido de Agostina hizo temblar toda la casa, haciendo  que ahora sí, no pudiéramos parar de reír. Tirándome de la mano, Javi corrió rápido hasta la habitación, para no ser descubiertos.

Solo con la luna iluminándonos, nos tiramos al suelo riendo como dementes.

-¡Agostina ronca como un oso!- Javi decía entre carcajadas.

Después de estar ahí, de espaldas en la alfombra totalmente divertidos, nos calmamos un poco y Javi se levantó, dirigiéndose al baño.

Sin pensarlo más, lo seguí  rápidamente. Me apoyé sobre su espalda y lo sostuve por el brazo. Sentí su cuerpo reaccionar a mi contacto, cada uno de sus músculos se tensó.  La atmosfera inmediatamente se tornó sugerente, cargada de sensaciones. Suavemente, introduje mis manos entre su polera, para acariciar cada parte de su espalda, sin prisa, pasando mis dedos por su columna vertebral.

-Te deseo tanto, desde el primer momento en que te vi- susurré con mis labios apoyados en su piel.

No se movía ni medio centímetro, estaba entregado a cada uno de mis movimientos.

Caminé lentamente, para posicionarme ahora, frente a él. Nos miramos fijamente a los ojos, transmitiéndonos incluso más que si  estuviésemos haciendo contacto. Levanté sus brazos y arrastré su camiseta, hasta despojarlo totalmente de ella. Besé sus labios, solo como un roce, forjando un recorrido a través de su mandíbula, bajando por su cuello. Tomé su cintura y saboree su pecho, mientras mis manos trabajaban en su pantalón. Ayudándome, lo sacó por completo, lanzándolo sin importar donde terminaría. Palpé cada relieve que en él se formaba, sintiendo mis manos temblar en el camino. Javi observaba mi actuar, con sus brazos en los costados, apretando sus puños a mi acercamiento. De fondo, lo único que podíamos escuchar, era nuestro respirar, entrecortado.  De la luna, se escapaban rayos de luz, que como ya había comprobado antes, halagaban majestuosamente a Javier por entero.

Abre los ojos y descúbremeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora