Ya habían pasado cuatro días de aquel incidente con las cañerías de mi departamento. Aún no estaba listo, por lo que todavía me quedaba con Javier. Habían sido cuatro días maravillosos, donde compartimos muchas cosas. Si bien, pasábamos gran parte del día sin vernos, puesto a que cada uno tenía sus actividades, cuando llegaba la noche nos encontrábamos y a él siempre se le ocurría algo por hacer. Fuimos al cine, a comer y al teatro, pero lo más agradable de nuestros paseos, no era el lugar físico al que nos dirigíamos, sino los diálogos que manteníamos, las pequeñas discusiones que se formaban cuando no estábamos de acuerdo en algo, los besos con los que lográbamos coincidir.
-¿Javi no tendrá algún hermano gemelo, mellizo, mayor o menor, que me presente?- Se lamentaba Fran, mientras caminábamos por la Universidad, al mismo tiempo que yo le contaba los acontecimientos de la semana.
Sonriendo divertida por su comentario, moví la cabeza en negación.
-Para tu mala suerte, solo tiene una hermana-
-Eres una jodida enana con suerte- comentó aun lloriqueando.
-Definitivamente lo soy-
Riéndonos, nos separamos al salir después de un largo día de estudio que por fin se daba por terminado. Nuevamente el guatón Pérez había hecho comentarios insoportables dirigiéndose a mí, pero nada que no lograra sobrellevar. Aún no sabía nada de Tomás. En la Universidad, lo más probable era que me estuviera evitando, porque no era normal no topármelo de vez en cuando. Un par de veces divisé a Mariela a lo lejos, sola. Cruzamos miradas pero ella mantenía un tono de advertencia en su expresión.- ¿Se habrá enterado de nuestro beso?, beso, que aunque Javier me mantuviera distraída todo el tiempo, no podía sacar de mi cabeza.
Al tirarme de piquero, literalmente, sobre el sofá del living de Javier, reviso mi teléfono por si tuviese algo importante que no había visto. Encontré un par de correos electrónicos, unos mensajes de mi madre para saber cómo estaba, y otro par de llamadas perdidas de Javier. Contestando todo lo que tenía pendiente, decidí devolverle las llamadas a Javi.
-Hola Flo- Contestó al tercer tono.
-Hola Javi, tenía unas cuantas llamadas tuyas, ¿Ha pasado algo?
-Nada grave, pero te quería avisar que me ha salido mucho trabajo y me quedaré más tarde aquí en la agencia.
Con una leve decepción en mi voz al ser la última noche juntos- uno de los correos me informaba que mi departamento estaba disponible mañana por la madrugada- le contesté- Ah, vale… no te preocupes.
-¿Te has enojado?- me preguntó al notar algo extraño en mi expresión.
-¡No! Para nada- le dije sincera- es solo que me han avisado que mi departamento estará listo por la mañana, por lo que será nuestra última noche juntos.
-¿Está listo ya? Que mala suerte… bueno Flo, pero no es nada que no se pueda solucionar cruzando el pasillo- dijo a modo de broma, sonando resignado.
-Sí, es verdad… entonces, ¿no te espero despierta?
-No creo que me quieras esperar hasta las dos de la mañana, así que no- sonó triste.
-Está bien, un beso.
-Otro para ti- Dijo, colgando la llamada.
Al instante en que corté, una idea se me vino a la cabeza. Le prepararía una sorpresa a Javier, a modo de agradecimiento por recibirme. La verdad es que no quería que ese pequeño paréntesis de mi realidad,- en el que se había convertido mi estadía en su apartamento-, acabara así, él llegando tarde y yo durmiendo sin verlo durante todo un día.
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Abre los ojos y descúbreme
RomantizmFlorencia y Tomás han sido amigos desde siempre, son totalmente inseparables, pero ¿Existe la amistad entre hombre y mujer? ¿Será solamente amistad lo que sienten el uno por el otro? Las idas y vueltas del destino los ayudaran a descubrir lo que rea...