La mano de Javier fue desgarrada totalmente de la mía tras la gran embestida con la que Tomás lo arremetió, temí que fuera directamente a mí, pero en el fondo sabía que no sería capaz. Un grito gutural se escapó de mi garganta, horrorizada ante la escena que se forjaba frente a mis ojos. Javi cayó estrepitosamente al suelo, golpeándose la cabeza en el intertanto, mientras Tomás, sin piedad se abalanzaba enajenado y con el puño amenazante, directo hacia su rostro.
-¡Maldigo la hora en la que apareciste en la vida de Florencia! ¡Te maldigo por arrebatármela! ¡Te odio!- gritaba sin ningún miramiento.
Fue como si lo viera en cámara lenta, la mandíbula de Javier se removió de tal forma, que pensé se desencajaría. Sin embargo, no se defendía, era como si se sintiera igual o más culpable que yo por todo, permitiéndole que se desahogara en él, liberando toda su impotencia, su furia.
No sabía qué hacer, la vez anterior en que ambos se enfrentaron, me llegó de lleno un puñetazo en el rostro, pero no le temía a eso, no podía ver como Tomás, por muy justificada que fuera su ira, le destrozaba el rostro a Javier. El conserje, que se encontraba igual de espantado que yo, se dispuso a llamar a la policía, pero no se lo permití, le quité el teléfono de las manos y le prometí que intentaría resolver la situación.
Sin dudarlo, me lancé a su espalda, tomándolo por el cuello.
-¡Suéltame Florencia!, si no quieres que te haga daño, ¡déjame ahora!- gritaba intentando soltarse de mi agarre.
-¡No lo haré Tomás, para! No es culpa de él lo que está pasando, ¡necesito explicarte!- En un movimiento brusco, caí disparada al suelo, golpeándome fuertísimo en la zona lumbar.
Con una mirada de desolación, Tomás se giró hacia mí, sin un rastro de arrepentimiento por haberme lanzado así- ¿Cómo puedes hacerme esto? Me prometiste que jamás me dejarías, ¡Nos casaríamos en una semana, por Dios Florencia!- Soltó, rompiendo en llanto.
Sin pensarlo me arrojé a sus brazos, deseando contenerlo- Tomi, escúchame…
-¡No! ¡No te atrevas!- podía sentir a través de sus palabras el dolor que estaba sintiendo- ¡No hagas esto conmigo! ¡Traicionera! ¡Mentirosa! ¡Hija de…!
No lo permitiría, le abofeteé la mejilla tan fuerte, que mi mano quedó grabada en su rostro. – Detente, no voy a permitir que me hables así- me detuve un momento- sé lo que sientes…- la adrenalina surtía efecto en mí, mi ritmo cardíaco aumento al igual que mi respiración, sin embargo no sentía dolor, ni en mi mano, ni en mi espalda.
-¡No lo sabes! ¡No lo sabes! ¡No…!
-Perdóname Tomi por favor- rompí a llorar- hice las cosas mal desde el principio, yo te amo lo sabes, pero…
-Mientes, como siempre lo has hecho, de tu boca no salen más que sucias mentiras.
Intenté tomar sus manos, pero fue imposible- Sabes que no miento, yo… te amo, pero no como tú quisieras que lo hiciera… lo lamento tanto…
-Sí, veo como lo lamentas, fuiste a revolcarte con ese, a penas tuviste la oportunidad. El único arrepentimiento que veo en ti, es el haberte comprometido conmigo.
-No lo entiendes, mi vida se volvió un caos, nunca tuve las cosas claras…
-Cállate, no quiero escucharte más.
-Por favor…- me daba la espalda.
-Ahora ándate y lleva contigo a este mal nacido- giró para mirarme con odio. Apuntándome volvió a hablar- No quiero verte nunca, ¿entiendes? ¡¡Nunca!!- volvió a girar, ahora para marcharse definitivamente.
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Abre los ojos y descúbreme
RomanceFlorencia y Tomás han sido amigos desde siempre, son totalmente inseparables, pero ¿Existe la amistad entre hombre y mujer? ¿Será solamente amistad lo que sienten el uno por el otro? Las idas y vueltas del destino los ayudaran a descubrir lo que rea...