Capítulo 4

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Son las 8 de la mañana y mi despertador comenzó a sonar, hora de levantarse. Con toda la flojera que implicaba, abrí las tapas de mi cama y me puse de pie, ¡es viernes! este es realmente el único día de la semana en el que me levanto con todas las energías, solo porque sé que el fin de semana esta cerquita, muy cerquita.

Me metí a la ducha mientras tarareaba “happy” de Pharrell Williams.- esto de la felicidad parece que me lo tomé enserio.- Salí de ahí y me vestí como solía hacerlo, eso de inventar verme sexy definitivamente no había resultado para mí. Cuando puse a hervir agua para tomar el café matutino unos repetitivos pero suaves golpecitos en la puerta llamaron mi atención, al desviar mi mirada hacia allí, pude ver deslizar una pequeña nota por debajo de la puerta.

-¿Qué es eso?- Me pregunte tomando la nota del suelo.

-“Buenos días, ¿es muy precipitado si te digo que estoy afuera con café y medialunas para el desayuno?” Javi.

-¡Aaaaaaaah!- susurré dando saltitos en círculo, una emoción recorrió todo mi cuerpo,- parezco una niña de 15,- cepillando mi cabello con los dedos como último retoque, abrí la puerta, ahí estaba él, apoyado en la pared con el desayuno en sus manos.

-Hola Javi- Le dije sonrojándome de manera inmediata.

-Hola preciosa, ¿desayuno?

-mmmm sí que rico, pasa- haciéndome a un lado, le indiqué la cocina. Sin esperármelo, al pasar por mi lado, besó suavemente mis labios en señal de saludo, no sé qué cara habré puesto, pero el soltó una risita.

-Te ves tan linda cuando te pones nerviosa- al parecer le hizo gracia mi reacción.

-yo.. yo no estoy nerviosa- dije mintiendo descaradamente. Riéndose aún más fuerte, dejó las cosas en la cocina y regresó a mí en tiempo record.

-Si lo estás-dijo, tan cerca de mí que pude sentir su aliento.

Y sin decir una palabra más, me besó nuevamente.

Tomamos desayuno entre risas, notándose claramente la química que había entre nosotros.

-Tienes algo ahí- Le dije, con la voz más sexy que pude hacer, pasando mi dedo por la comisura de sus labios, y luego llevándolo a mi boca. Su rostro se transformó, creo que parecía un león o algo porque se abalanzó sobre mí y me besó apasionadamente, casi se me acaba el oxígeno, pero me encantó. No lo conozco casi nada y todo esto ha sido demasiado rápido, más de lo que hubiese imaginado, lo he dejado hacer cosas que me da hasta pudor pensarlas. Yo jamás he sido así, por lo que  ahora estoy decidida a dejarme llevar y no voy a limitar a Javier por mis inseguridades.

Un nuevo golpe en la puerta, nos alertó a ambos y nos sacó del jugueteo que teníamos en la mesa mientras desayunábamos.

-¿Quién toca así esa puerta?-Dijo Javi poniéndose de pie para abrir.

-Oh no! Miré la hora 8:45 am, es Tomás, me va a matar- Javi no! Deja que yo abro- Le dije apresurándome hacia la puerta. Pero ya era tarde, Javier abrió y se encontró frente a frente con un Tomás, no molesto, sino más bien sorprendido.

-¿Hola?- Le dijo Javier extendiendo su mano.

-Hola, está Florencia-¿O es molestia lo que percibo en su voz?.

-¡Tomi!- le dije apartando a Javier y abrazando a Tomás.- Te presento a Javier, mi vecino de enfrente, llego hace poco ¿sabes?

-La mirada extraña de Tomás pasó de mi hacia Javier.- Hola Javier, soy Tomás, el mejor amigo de Florencia, mucho gusto.- pronuncio, más formal de lo que la ocasión ameritaba.

Abre los ojos y descúbremeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora