Capítulo 7: "Un castigo muy severo"

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Capítulo 7: "Un castigo muy severo"




En la sala donde normalmente, Thiago y Gabriel disfrutaban de las cuatro comidas diarias, ahora estaba Natalia ocupando uno de esos asientos de madera oscura decorados con delicadas formas talladas a mano, y un tapizado rojo en el asiento. El joven universitario, se encontraba trabajando sobre una de las hornallas de la cocina, preparando una taza de té para la mujer que estaba de visita.

Thiago todavía se encontraba vistiendo su disfraz de sirvienta rosa, y su peluca aun se veía muy prolija, con esas ondas que caían sobre los hombros como olas del mar, y finalizaban en la mitad de la espalda, cubriendo también los laterales del rostro. Sus labios pintados de color rubí se mantenían con el color del labial, el cual no se había corrido ni un poco hasta el momento. Toda su apariencia completa estaba exactamente igual, el poco entrenamiento que ya había tenido, no arruinaron en absoluto, su presencia que recordaba a una fina doncella de un palacio, con unos modales que ayudaban a tener esa imagen mental.

Sin perder su gran delicadeza ni por un instante, el joven travestido, apagó el fuego que se encontraba encendido debajo de una pava gris algo oxidada, pero aun así, era posible continuar usándola. El agua que había acabado de hervir, la dejó caer de a poco, en una taza verde lisa donde ya se encontraba un saquito con hojas de té trituradas en su interior. Cuando el agua llegó hasta un poco mas abajo del tope de la taza, el líquido se tornó rápidamente de un color oscuro casi negro. Con una pequeña cuchara, revolvió el líquido hasta que se oscureció lo mas posible, y retiró el saquito, el cual desechó en el cubo de basura. Thiago tomó la taza ya con el té preparado y, con mucho cuidado empezó a caminar midiendo bien sus pasos para no provocar un accidente, y llevárselo a Natalia, quien esperaba por la infusión un poco impaciente.

—Vamos a ver como se encuentra esto. —La mujer de cabello rojo, que aun estaba vestida con su traje de látex y sus botas bucaneras de cuero, apoyó sus dos manos a los costados de la taza teniendo cuidado de no quemarse, acercó su rostro, y finamente, con sus manos, se llevó la infusión líquida hasta sus labios, donde dejó ingresar ese líquido a su boca para ser bebido y, posteriormente, tragado.

Tras finalizar el primer trago, Natalia dejó la taza nuevamente sobre la mesa y se puso pensativa mientras miraba desafiante a Thiago. El joven travestido, no hacía mas que estar allí quieto, con las manos juntas y apoyadas en la parte trasera de la cintura, y con la cabeza algo gacha, pero con sus ojos mirando directamente a la 'Reina Sissy'. Por la cabeza de Thiago pasaban todo tipo de pensamientos, desde pensar en qué estaría haciendo su novio, hasta lo que podría pasar si a ella no le gustaba el té que le había preparado. El aprendiz de 'sissy' intentó controlar sus nervios pero le resultó imposible, Natalia podía ver claramente ese nerviosismo que había en la nueva aprendiz de 'putita', como a ella le gusta llamar a las 'sissys', por lo que su mirada desafiante cambió un poco mostrándose ahora, un poco intimidante.

—No está nada mal, bien hecho, putita aprendiz. Podría estar mejor, pero de todas formas, estoy muy satisfecha con tu trabajo. —Mostrando una sonrisa de compadecimiento, Natalia continuó bebiendo su té, ahora de a sorbos largos, que a veces, provocaban que se le derramara algo de la infusión sobre su cuerpo, aun que algunas veces parecía que ella lo hacía a propósito.

—¿Y ahora qué me tocará hacer? —preguntó Thiago. Luego de que el joven hablara, la 'Reina Sissy' se apresuró a finalizar el té. Una vez que la taza estaba ya vacía, escupió dentro y se la entregó con algo de furia, haciendo que la aprendiz de 'sissy' retrocediera un poco hacia atrás como si hubiera recibido un empujón.

—Quiero ver esa taza limpia, ¡y no vuelvas hasta que lo hayas hecho bien! —Thiago asintió ante la orden que le dió Natalia, giró a 180 grados, y caminó hasta el lavabo de la cocina a pasos lentos, y con la cabeza apuntando hacia el suelo. Los ojos del chico travestido estaban totalmente perdidos en el diseño de líneas marrones y blancas que tenían las baldosas que conformaban el suelo de esa parte de la casa.

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