Sissyfícame

Capítulo 18: "Una sirvienta sumisa."

Capítulo 18: "Una sirvienta sumisa."

Gabriel continuaba en las afueras del hospital con la protesta que estaba llevando a cabo, aunque ya se estaban cansando un poco por el hecho de que no tuvieran respuesta alguna, es mas, ni siquiera los periódicos locales prestaban atención a ese pedido de seguridad. Todos esos esfuerzos estaban siendo completamente inútiles.

Poco tiempo después, finalmente, se cansaron de seguir con ese reclamo y empezaron a levantar todo. De a poco el lugar quedó vacío y los profesionales médicos de esa institución, regresaron a sus trabajos cabizbajos. Tal vez, sintiéndose inseguros por no haber recibido atención, tal vez decepcionados de que esa protesta no hubiera funcionado. Gabriel se encontraba entre los que ingresaron al hospital para continuar con su jornada laboral como si nada hubiera pasado.

—Esto fue algo muy vergonzoso, la próxima vez, deberíamos intentar algo mejor. Al menos para intentar llamar la atención de algún bloguero de noticias, porque ya con esto perdí totalmente las esperanzas de tener aquí a un canal de televisión o un periódico. —El cardiólogo novio de Thiago, se encontraba muy enojado por lo sucedido. No podía creer que había perdido parte de su tiempo en eso. No solo se encontraba enfurecido por que ello haya fracasado, también se enfureció con sí mismo por decidir participar de eso.

—Eso te lo aseguro por mi hermana que no veo hace muchos años. Los poderosos ganaron esta vez, pero nos vamos a asegurar de que esto no vuelva a repetirse —exclamó Susana, la enfermera con cabello teñido de rubio—. A propósito, ¿qué les parece si vamos a tomar una cerveza cuando salgamos de aquí? —Ella se entusiasmó demasiado con ir a beber algo con sus amigos del hospital.

—Acepto la ronda de cervezas, yo invito —contestó Gabriel para luego guardar silencio por un momento—. Por cierto, ¿hermana? Recién ahora me entero que tienes una hermana, nunca nos hablaste de ella. Dime, ¿es igual de bruta que tu? —Esa última pregunta, la contestó con un tono burlón, aunque no era necesario. Susana podía entender perfectamente que se trataba de una broma, a pesar de que no sonara como tal. Conocía muy bien al cardiólogo por la larga amistad que compartían.

—¿Nunca les hablé? Vaya cosa rara. Bueno, ella se llama Natalia. La última vez que la vi, fue cuando cruzamos la frontera para venir aquí. A mi hermana le encanta teñirse el cabello de rojo y al contrario que yo, es fanática del hard rock y el heavy metal. Siempre la recuerdo como una rebelde, porque durante su adolescencia, se la pasaba escapándose de casa para ir a emborracharse y drogase con sus amigos. Hábitos que, por lo poco que sé, mantiene en la actualidad. En la última conversación que tuve con ella, me habló de un proyecto que tenía: entrenamiento de 'sissys'. No tengo ni idea de qué signifique eso, pero preferí apoyarla con eso, al menos ya no se la pasaría todo el rato con mala junta. —Todo lo que escuchó de parte de su amiga enfermera, dejó a Gabriel helado. No podía haber tanta casualidad, el destino tenía que andar de broma...o tal vez, esa sea la respuesta de por qué el parecido que ella guarda con la 'Reina Sissy' que Thiago y el cardiólogo conocen.

—Espera...mi novio hace poco empezó con algo de entrenamiento de 'sissys', casualmente, la maestra que lo está ayudando para el cambio, se llama Natalia y se parece mucho a tí, también está vestida siempre con cosas negras de cuero y tiene el pelo rojo. ¿Puede ser que estemos hablando de la misma persona? Si es así, cuando salgamos vamos directamente a mi casa a ver si la encuentro. Lo siento si es mucha intromisión, pero no me gusta ver familias separadas. —Cuando Gabriel terminó de hablar, en el rostro de Susana se dibujó una gran sonrisa, y ella le dio un fuerte abrazo, uno que casi deja totalmente aplastado al pobre hombre.

—Si, ahora entremos a trabajar y espero que el día termine rápido, si de verdad es mi hermana, no puedo esperar para reencontrarme con ella de nuevo. —Con enorme alegría, Susana ingresó a la institución médica para llevar a cabo su jornada laboral luego del fracaso que significó la protesta. Gabriel ingresó al lado de ella, sonriendo de felicidad por, posiblemente, unir de nuevo a una familia separada hacía mucho tiempo.