Capítulo 4

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Zarc en serio se estaba conteniendo de burlarse de su amigo… que lucía como una omega pre-menopáusica llorando y comiendo helado con chocolate en pijama mientras veía malas películas románticas.

— El esperado rechazo de ese omega te afectó en serio, Yusaku…

— ¿¡Quieres callarte!? ¡Intento ver… ver…! Ver… ¿Que se supone que estoy viendo?

— No lo se… —Haou le quitó el helado a su amigo de ojos verdes— Pero por alguna razón, la película se puso interesante... demasiado interesante…

Los otros dos alfas se vieron entre si unos segundos, por la concentración que su tercer amigo tenía en la película que había entrado en un punto que ha ellos ya ni les importaba, antes de que el de cabello azul y rosa se largara a llorar de nuevo preguntándose en murmullos el porqué su amado omega lo “rechazó” de ese modo… por tercera vez.

Después del primer real intento de hablarle, donde lo golpeó con su libro de química y después salió corriendo aterrado, Yusaku estuvo deprimido por dos horas siendo “consolado” por Takeru… que al final se aburrió y terminó dándole una fuerte cachetada para calmarlo y después darle una especie de discurso emotivo que pareció más un largo y adornado insulto a su inteligencia, sorprendentemente funcionó e incluso ánimo al alfa a intentarlo de nuevo otro día; el segundo intento fue casi igual si no fuera porque esta vez lo golpeó con una libreta pequeña con argollas, que de hecho le dejaron un arañazo en la cara, y que lloró por tres horas, de nuevo consolado por su primo; el tercer intento fue ayer… donde esta vez lo golpeó con su bolso, que se sintió mucho peor que con los otros dos libros, antes de irse corriendo completamente aterrado… esta vez Yusaku se fue a su casa a llorar en su cama hasta la otra mañana donde dos de su grupo de amigos cercanos lo encontraron sentado en su sofá, viendo películas y comiendo helado con chocolate como si fuera un omega o una beta/omega en plena pre-menopausia.

— Aún no entiendo como planeabas que tuvieran tres hijos… si odias a los bebés y con suerte toleras a tu hermana y a ella una vez la intentaste mandar a Alemania.

— Porque estaba seguro que para cuando nacieran ya podría pagarle a alguien o bien la adopción, no me importa con tal de saltarme la etapa de dos años y creí que los alfas nazis la iban a criar bien, eran alfas nacionalsocialistas ¡Hicieron grande a su país en su momento!

— Y cayeron por intentar conquistar Rusia… —Haou opino mientras comía helado y veía la extraña película— Además de sus horrendos crímenes contra los omegas, betas, otros alfas y demás… ¿Realmente creías que tus padres, un matrimonio alfa-omega, estarían encantados con eso?

— Es que o la mandaba a Alemania, a España o a Francia… y me salía más barato hacerlo a Alemania, así que lo intenté… pero ahora podría mandar mi alma allá… porque aquí ya no la necesito…

— Ya, Yusaku, ya… —Zarc palmeo la cabeza de su amigo que había comenzado a llorar de nuevo mientras abrazaba una almohada— Es sólo un contratiempo…

— Pero yo-.

— Tu lo amas, lo sabemos, lo sabemos Yusaku-kun… —El alfa de cabellos castaños dejo el pote vacío de helado en el piso junto a otros más— pero técnicamente más allá de fotos o anotaciones vagas que conseguistes acosandolo hasta casi rozar con lo ilegal  no sabes nada de él.

— Ya lo descubriré…

— ¿Cómo? No sabes su dirección, edad, instituto o su nombre siquiera.

— Pero tengo un plan, Haou —El alfa de ojos verdes dejó su almohada para poder ver a su amigo—. En donde primero logró saludarlo, después consigo más información de él  y después nuestra boda, así que cállate.

— Considerando como te ha ido en lo primero… creo que mejor pasas a lo segundo.

— Pero no lo lograré si no consigo que siquiera me deje saludarle… —Yusaku volvió a llorar mientras abrazaba su almohada, ahora fue el turno de Haou de consolar a su amigo.

— De todos modos, va a una de las preparatorias mixtas especiales de Den City, así que de nuestra edad no creo que-...

— ¿Que dijiste? —Yusaku dejo de llorar al escuchar a Zarc, ahora observaba a su amigo con cierta sorpresa al igual que Haou.

— ¿Ah? ¿Sobre que?

— Sobre que iba a una de las preparatorias mixtas especiales… —El de ojos esmeralda se acercó a su amigo de cabello gris y mechones verdes— ¿Como lo sabes…?

— ¡Ah! Verdad que por eso vine —El alfa se rió antes de buscar algo en el bolsillo de su pantalón— ¡Aquí está! Ten, Yusaku.

El de ojos amarillos le entregó a su amigo una tarjeta de plástico, el hijo mayor del matrimonio Fujiki tomó el objeto que su amigo le ofrecía… era una credencial estudiantil.

Tenía dos líneas amarillas oscuras, arriba y abajo, por ambos lados, el nombre de una institución que efectivamente eran de esas preparatorias mixtas, una foto de su adorado omega junto a un dato que definitivamente le era tan útil como esperanzador…

— Kogami Ryoken… ese es su nombre… es tan lindo~.

— ¿Donde conseguiste eso, Zarc-kun?

— Lo encontré frente a la librería —El alfa se acomodó mejor en su asiento— poco después de que Yusaku saliera corriendo llorando sobre que su tercer intento fallido.

— Debió caersele después de golpearme…

— Esa cosa es importante para los alumnos de ese tipo de institución, Yuya casi se muere cuando perdió la suya.

— ¿Son importantes?

— Muy —Zarc golpeó suavemente la tarjeta con su dedo índice—. Según Yuya sin la tarjeta no puedes entrar a la escuela o usar sus instalaciones… a menos que presentes las pruebas de que la perdiste o te la robaron, no te dan otra...

— Entiendo…

— Si…

— Muy importante… —El de ojos verdes asintió al mismo tiempo que sus otros dos amigos.

Pasaron cinco minutos exactos antes de que Yusaku comprendiera la indirecta de su amigo, le estaba dando un tema para acercarse al omega y que este lo escuchara al menos.

— Su turno termina en dos horas, tengo tiempo de prepararme y Zarc… ¿Sabes que te amo de modo casi homo, verdad?

— Sí, lo sé, yo también te amo, cariño.

El de ojos verdes le lanzó un beso a su amigo de un modo coqueto antes de levantarse rápidamente del sofá y subir al segundo piso para arreglarse para su “cita”.

— ¿Realmente crees que funcione, Zarc-kun?

— Es Yusaku… no desistirá hasta hacer a ese omega su esposa… ¿O no recuerdas cuando juró deshacerse de su hermana aunque eso fuera lo último que hiciera?

— Considerando que cuando lo juró la habían castigado por haberla intentado dejar en un callejón… y hasta el momento le ha hecho cosas… si, tienes razón, no va a desistir.

Zarc asintió antes de tomar uno de los chocolates que su amigo de ojos verdes dejó tirados, sonrió al descubrir el relleno sabor cereza.

¡Algún día serás mi esposa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora