Tenía 12 años cuando comprendió el mundo en que vivía.
Le habían hecho la prueba de la jerarquía, resultó ser el juguete biológico predilecto de los alfas… ¿Ahora como se lo diría a él sin que este lo golpeara sólo por mirarle?
Ese hombre de cabello y ojos castaño que era y decía ser su padre… más de una vez lo había golpeado hasta aburrirse por cualquier cosa…
Una vez los otros niños lo golpearon por haber conseguido una buena calificación en matemática… ese hombre lo dejó en el piso retorciéndose del dolor por llegar con algunos moretones y raspones en el cuerpo.
No quería llegar a su casa y que él junto a esa mujer y sus hermanos lo atormentaran… ya había tenido suficiente con los rayones en su mesa con la palabra “puta barata” escritos en la superficie, el florero con hermosos lirios blancos que alguien puso en su pupitre o los insultos de sus compañeros sobre su apariencia tan anormal, ese día estuvieron menos agresivos de lo usual.
Al final había tomado el tren, ese día todos sus clubes habían cancelado sus sesiones por la prueba… estaba atrapado.
Sus hermanos lo iban a atormentar, esa mujer lo iba a insultar y tal vez lo obligue a dormir en el patio como siempre lo hacía al molestarse y él… su padre… iba a golpearlo y tal vez quien sabe que más le haría…
Tal vez lo entregue al fin a uno de los amigos de esa mujer, esos alfas siempre decían que lo querían un rato para jugar un rato, que pagarían mucho por una hora y que no se preocupara, que lo iban a devolver “sin premio” o marca… pero él siempre se negaba.
Decía que no, que aún lo necesitaba, que las becas incentivas que las escuelas pagaban por él le ayudaban a mantener algunos gastos de la casa.
Pero que cuando ya no sirviera para eso, se los iba a regalar para que hicieran lo que quieran con él.
Ahora oficialmente era un omega, ya no servía.
Tal vez morir en manos de esos hombres durante algún extraño y perverso juego sexual… sea mejor que seguir vivo en la pesadilla que ya estaba.
Fue durante su viaje en tren que volvieron a recordarle su rol de vida, era la hora pico y el transporte estaba lleno casi por completo, estaba contra una de las puertas por todo el jaleo de gente… al principio creyó que la persona que estuviera tocándole la pierna lo estaba haciendo sin saberlo y que era un incómodo accidente…
Después cuando sintió un extraño y bulto atrás suyo junto a aquella mano que ahora le apretaba con fuerza el trasero y los jadeos de aquél tipo, que además le decía un par de cosas que le parecieron asquerosas, entendió que nunca debía creer en los accidentes “incómodos”.
Ese tipo le repitió lo mismo que ese hombre hace años…
Él los tentaba a todos con su olor, él era un omega, su agradable olor para atraer y tentar alfas siempre revelaría su deseo más oculto…
Tener y parir a los cachorros de cualquier alfa que estuviera dispuesto a aparearse con una basura como lo era él.
Después de escapar de aquello y llegar a su casa, esa mujer si lo obligó a dormir en el patio, poco después de que su padre lo golpeara al decirle que era un omega… claro que también tuvo que ver con algo sobre la pérdida de un ascenso que esperaba por culpa de una basura omega…
Escucho desde afuera como su padre gritaba que esa mujer que le robó su oportunidad porque se había acostado con su jefe y otras cosas más…
Esa noche soñó con una mujer de ojos azules y cabello blanco junto a un hombre de cabello negro y ojos amarillos ambos le observaban con gran cariño… ¿Quienes serían esas personas que le veían de un modo tan contrario al de su propia familia?
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¡Algún día serás mi esposa!
Fiksi PenggemarLe había visto por casualidad, quedando prendado de inmediato por su belleza. No le importaba que no supiera su nombre, edad, gustos... básicamente nada. Fujiki Yusaku, un alfa de 17 años, sólo sabía que aquel omega de cabello blanco con ojos azul...