Capítulo 24

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La verdad es que Kengo jamás espero tener este tipo de situación con Takeru alguna vez... pero la estaba viviendo y lo peor es que en parte él era responsable.

Desde que el alfa de cabello rosa con mechones violetas recordaba, su novio lo único de omega que tenía, y aparentaba, era el collarín especial de terciopelo rojo que usaba para evitar ser marcado y esa cosa sólo la usaba por ser una herencia materna, más allá de eso, Takeru no actuaba como omega... ni cuando tenía su celo.

El menor de mechones rojos practicaba artes marciales desde niño, igual que toda su familia; quemaba la comida, o cosas, de cualquier persona que le insinuara que limitaciones u obligaciones de omegas debía cumplir... sin importarle su rango o posición, su novio de lentes siempre demostraba lo contrario.

Aún recordaba una ocasión en que escuchó como cierto omega le cerró la boca al profesor de deporte al resultar primero en su clase, incluso tenía mejor resistencia física que muchos alfas de su clase. Definitivamente, Takeru no podía ser visto como el estereotipo de omega, frágil, débil y tímido... debía ser visto como lo contrario a eso.

Por eso no lograba procesar el comportamiento tan sumiso y dependiente que tenía tanto hacia él como a su hermano y padre, buscaba protección, buscaba terminar con el miedo y el shock de aquel momento... momento que no existía.

Ellos lo crearon, aterraron al omega que tanto lograba intimidarlos, y a muchos otros alfas, no le gustaba... no le gustaba esa actitud en Takeru...

Debía terminarla y sólo había un modo.

(...)

— ¿¡Qué quieres hacer que!?

— Baja la voz, Haou —El alfa de cabello rosa con lila le reclamó a su amigo mientras volteaba a todos lados, no quería ser escuchado—, y ya me escuchaste...

— Kengo, no puedes hacer eso... no puedes decir la verdad sobre lo que Yusaku-kun y nosotros le hicimos a tu novio...

— Exactamente porque Takeru es mi novio es que debo confesar... es que en serio, no haz visto como está.

Haou Yuki vio como su amigo se frustraba por lo que pasaba con su pareja y era normal, el omega de mechones rojos y ojos azules con matices moradas seguía en estado de shock y pánico, era tan lo opuesto al chico que solía usarlos como juguetes de práctica para equitación o muñecos para golpear; pero no podía dejar que Kengo los delatara... porque ambos sabían de lo que Playmaker es capaz de hacer con aquellos que lo traicionaban...

Originalmente habían nombrado a ese personaje en broma por el comportamiento tan "estratega" de Yusaku en los juegos, además era un buen juego de palabras por los kanji de su nombre, jamás ninguno se espero que eso también vendría a ser el despertar del mismo satanás.

La verdadera y psicópata personalidad de su amigo de ojos verdes había salido a flote en cuanto su padre, Fujiki Ai, mencionó a Playmaker como una amenaza peor que cualquier banda o grupo de delincuentes que exista en la ciudad. En ese mismo momento ninguno supo qué había salido a relucir el demonio.

El alfa de cabello azul con rosa era capaz de todo con tal de atormentarlo, y eso no excluía asesinar a sus propios aliados.

(...)

— ¿Dónde están Kengo y Haou?

— No lo se, aunque Kengo-kun tal vez esta consolando a tu primo-.

— ¿A Takeru? ¿Consolarlo? —Yusaku comenzó a presionar con mayor fuerza los botones de su control— Eso jamás debe estar en la misma oración... en especial porque consolar a Takeru es imposible.

— ¿Lo dices por que...?

— Es Takeru —El alfa de ojos jade siguió presionando los botones con fuerza, como si eso hiciera a su personaje golpear más fuerte al de su amigo— ¿En serio tu lo ves como alguien a quien deban consolar?

— ¿Tu madre...?

— Salió con la engendró.

— Entonces puedo decir que no, pero consideremos que le hicimos creer que lo violaron... ¡Maldición! —Zarc escuchó a su mejor amigo reírse por su victoria antes de tomar de su bebida.

— ¿Otra ronda, bebé? —El alfa de ojos amarillos asintió, el de cabellos azules sólo volvió a reírse antes de configurar el nuevo combate— Pero sigue siendo Takeru, él va a estar bien, ya verás cómo en unos días va a venir a matarnos a latigazos porque se le dio la gana.

— Si tu lo dices, cariño —Los dos alfas seleccionaron a sus personajes y comenzaron a pelear de nuevo— ¿Y como te va en tu misión de crear un plan para ganarte a la hija de tu crush?

— No conozco en nada a Melody, no se como ganármela para que no me acuse de abuso si algún día me llenó de valor como para invitar a Ryoken a una cita...

— Y también si te acepta la cita...

— Además...

Los dos amigos siguieron hablando de la vida amorosa del dueño de la consola y casa sin dejar de jugar, ambos parecían estar tan concentrados en su tarea que ninguno escucho el celular vibrar...

(...)

— No responde...

— Que extraño, Fujiki suele responder casi de inmediato.

— De todos modos no me siento tranquilo confiándole a mi hija a un alfa. —El albino habló antes de volver a marcar.

— Si, lo se ¿Pero qué otra opción tenemos, Kogami-kun? No podemos dejar a los niños solos...

— Eh... —Ryoken observó a su amigo y vecino unos segundos, escuchaba al otro lado el timbre del celular tratando de contactarse con Fujiki, el chico de tez morena le veía confundido por su reacción— Sí... sí... no podemos dejar a los niños solos... a veces olvido que ya no estoy en Neo Domino...

El omega menor comenzó a reírse nervioso antes de bufar molesto al ser enviado de nuevo al buzón de voz, ¿Acaso no fue ese mismo alfa de ojos verdes y olor a cítricos el que le rogó por su número con la excusa de que sin importar que, siempre le contestaría?

¡Algún día serás mi esposa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora