Exactamente igual que ha hecho toda la semana, no planeaba dormir absolutamente nada; solo podía pensar en que debía bajar de cualquier modo la fiebre de Melody hasta la mañana en que la llevaría al pediatra.
Tal vez la única persona a la que podía llamar genuinamente un amigo, Phantom, le había dado el número y dirección de un pediatra de su confianza… y conociendo la opinión de éste sobre cualquier encargado infantil, en especial los que eran alfas, aquel médico debía ser muy bueno; al menos lo suficiente como para que Phantom no le quite su orgullo, lo viole con el, lo obligue a comérselo y después lo degollé para dejar escrita la palabra “cerdo pederasta” con su sangre en toda la habitación… aún le sorprendía que la policía en serio no hiciera una correlación entre esos seis homicidios con el mismo modus operandi y letra, pero bueno.
Ahora mismo, el centro de su total atención era su resfriada hija, que tuvo la mala suerte de enfermarse mientras aún eran sus vacaciones de verano.
—Mami… —Ryoken observó por un segundo el rostro sonrojado por la fiebre de su cachorra, se le hacía tan doloroso verla así de débil y enferma…
—Aqui estoy linda… —se sentó en la cama para abrazar el pequeño y frágil cuerpo de su niña, casi al instante Melody comenzó a toser desesperada por las flemas que tenía. La albina menor se aferró casi de inmediato a su progenitor mientras temblaba.
—Tengo… frío… —el omega suspiró rendido al escuchar eso, beso con cariño la cabeza de la infante mientras la aferraba más a él, tratando de darle parte de su calor corporal.
Ryoken obviamente entendía tan bien como se sentía su adorada hija, él también se había enfermado antes cuando era niño hasta el punto de sentir fuertes escalofríos, fiebre y dolor general, así como sus pequeños hermanastros… y al igual que él debía cuidar de su pequeña, él debía cuidar de sí mismo y ellos en esos días por sus padres alfista que apenas si llegaban a ver por sus propios hijos, él tuvo que cuidar de ellos desde el primer momento que los vio…
Porque ese era el deber de un omega. Cuidar y velar siempre por el bienestar de los pequeños infantes.
Aún ahora se preguntaba que paso con ellos, después de que se fue de casa al saber de su embarazo (más bien después de que su padre casi lo asesinara a golpes por enterarse y lo echara medio muerto a la calle gritándole que no quería verlo jamás) no supo más de sus hermanos… a veces se preguntaba cómo estaban ellos, o al menos Shougo, porque Asuka resultó ser igual que su madre en lo alfista.
(...)
Estaba sentado en el comedor de su casa, comiendo un plato de cereales con yogurt cuando su madre volvió junto a su tía y Takeru, la escucho decirle casi a gritos unas cosas a su padre antes de que este la interrumpiera diciendo que no lo secuestraron que seguramente se había vuelto a fugar y principalmente que no se preocupara si algo pasaba, no iban a hacer legalmente responsable a Takeru por nada… así que mejor se calmaba y le cocinaba algo a él y a los demás.
Yusaku no se sorprendió en lo absoluto al no escuchar una respuesta, esa solía ser la respuesta de su madre cuando aceptaba las palabras de su padre y le obedecía como si nada. Obviamente en cuanto su madre de ojos verdes apareció en el comedor, para llegar a la cocina, y lo vio ahí sentado, casi se desmaya del susto.
—¿¡Y-Yusaku!?
—Mamá… —casi de inmediato el resto de su familia visitante se asomó al comedor a verlo, como si su "aparición" hubiera sido la misma que la del mismísimo diablo.
—¿¡C-Cuando…!? ¿Cómo…?
—Mis amigos "delincuentes" siempre están cuando ustedes no —el alfa de cítrico olor se levantó de su lugar junto a su plato con cereales, solo para irse caminando por el mismo que su familia bloqueaba—; quiero irme a mi cuarto, ¿Podrían quitarse?
—¿Te morirás si dices "por favor", Yusaku?
—¿Te morirás si dejas de ser una prostituta dominante, Takeru?
—Tu quieres volver al hospital, ¿verdad? —el único omega con lentes observaba desafiante y con los brazos cruzados a su primo alfa más cercano, el mayor de ambos le observaba con claro desinterés con respecto a la amenaza.
Al final Takeru terminó cediendo cuando Ray le hizo una seña de que no causará otro conflicto, tal vez había mandado a Yusaku lo suficiente al hospital, bueno, si era su madre la que intervenía por él entonces tal vez si lo había hecho… aunque es obvio que se lo merecía y todos lo sabían, pero bueno.
(...)
Yusaku jamás había experimentado esa sensación tan explícita de pánico y miedo, ni siquiera cuando Aidan lo encerró por dos días enteros en un armario cuando era un niño; este era un miedo donde hasta el corazón se le detenía y la sangre se le helaba.
Lo último que recordaba, después de casi asegurarse otro viaje gratuito al hospital, es que había vuelto a su cuarto, dejado su plato con cereal en su escritorio al lado de su laptop… y ese olor a sangre.
De entre la misma oscuridad, un intruso lo había empujado y arrastrado hasta su cama, ese mismo alguien se había colocado encima suyo como si fuera una serpiente enseñando sus colmillos dispuesto a morderlo, o degollarlo con un cuchillo en este caso.
¿La persona que estaba sobre él era el mismísimo diablo? El olor a sangre fresca, mezclada con lo que parecía era sudor o más sangre coagulada, podía sentirla aún cuando su nariz estuviera rota; esa persona apestaba a muerte, cosa que encajaba perfectamente con toda su ropa negra incluyendo su cubreboca y capucha igual de oscuras.
Parecía que se había encontrado con la misma
—Si no haces ningún ruido, no te cortaré el cuello~ —el tono tan juguetón e infantil que usaba, por alguna razón lo lograba aterrar aún más—, solo necesito un favor por parte tuya y tus secuaces… Playmaker.
—¿¡Qu-!? —el cuchillo se acercó más a su cuello, esa persona solo comenzó a negar mientras sus ojos demostraban una obvia burla.
—¿Por qué los alfas jamás escuchan~? —aquel intruso comenzó a reírse como si la toda la situación fuera un completo chiste— Como sea~… Necesito que busques a alguien por mi~ ¿Te suena el nombre de "Kougami Asuka"? No hagas ruido, solo niega o asiente.
Yusaku negó lentamente con la cabeza, era claro que esa persona (que para este punto no podía distinguir entre un alfa o un omega) iba a cumplir su palabra y le degollaría el cuello en cuanto hablara.
—No me sorprende… muy bien, dejémoslo muy claro~ Esa perra está muy bien escondida, mis informantes sólo consiguieron descubrir que está aquí, en Den city, y como no cuento con verdaderos aliados necesito que tú las busques… obviamente te pagare muy bien por tus servicios~ ¿Alguna duda? —el alfa asintió pero se veía claramente como dudaba en responder— Ahora puedes hablar, esmeralda~.
—¿Esme… ralda…?
—Tienes ojos esmeralda, ¿O prefieres te diga "naranjita" por tu ácido olor~?
—Como sea… —Yusaku suspiró tratando de calmar un poco sus propios nervios, si decía o hacía algo mal, perdería la cabeza— ¿Quién… eres?
—Muchos me llaman de distintos nombres~, la policía de Neo Domino City, me llama "el asesino de las sombras"; la de Heartland, "el destripador japonés"; pero los de Miami City… me llaman "Phantom"~.
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¡Algún día serás mi esposa!
FanfictionLe había visto por casualidad, quedando prendado de inmediato por su belleza. No le importaba que no supiera su nombre, edad, gustos... básicamente nada. Fujiki Yusaku, un alfa de 17 años, sólo sabía que aquel omega de cabello blanco con ojos azul...