El Amor Tiene Cara de Mujer (Jerrie/Little Mix)

Capítulo 25

"TE AMO"

*Importante leer la nota al final*

Ahora disfruten o mejor dicho.... ¡NO SUFRAN!

Perrie

—Apuesto que no me esperabas...—

—¿Qué haces aquí? — insistí en saber.

Gruñendo colgó la llamada y guardó el teléfono en el bolsillo reemplazando el objeto en sus manos por un arma. Podía sentir la rabia en su mirar, es su forma de actuar, sus movimientos cargados de impotencia. Entonces me apuntó, mi cuerpo se tensó y mi primer instinto fue retroceder, pero la silla no me permitía ir más allá. Entonces dije...

—No quieres hacer esto Sam...— mis manos tiemblan al igual que todo mi cuerpo, por lo que mi voz también se delata.

—Tienes miedo, puedo verlo— sonríe satisfecho. —Pero no te culpo, está bien que te sientas así, si el accidente que tuviste no te mato, yo si lo hare. Te metiste en terreno privado rubia y vas a pagar por ello, debiste creer lo que Jade te dijo, yo no bromeo nunca—

—¿Crees que si me asesinas ella irá corriendo a tus brazos? — niego. —¡Lo único que lograras con esto es que ella te odie aún más!, aún estas a tiempo de recapacitar, no le diré de esto a nadie, pero tus iras y desaparecerás por completo de la vida de Jade— intento mantener una postura firme.

—Estas realmente loca si crees que me iré, al menos no antes de acabar contigo. Nada de lo que digas me convencerá de no hacerlo, te odio tanto, me quitaste a la mujer de mi vida, ¡maldita lesbiana! — dice acercándose más a mí.

—Es irónico lo que voy a decir, pero a Jade ya la habías perdido hace tiempo—

—¡CIERRA LA PUTA BOCA—

Alza la voz escupiendo sobre mí. Lo próximo que siento es la boca de la pistola es hacer presión constante en mi frente. Él iba a disparar

—Eres un puto enfermo ¿lo sabías?, hazlo de una maldita vez y demuestra que tan hombre eres— tomo la decisión de desafiarlo, no me dejaría intimidar. Tal vez así, solo así pueda prologarlo, hasta que alguien se percate de lo que sucede aquí.

Quizás lo que sucedió a continuación era parte de mi cometido, el estruendo que produjo mi caída al suelo fue aún peor que el golpe que recibí en el rostro. Comprobé que mi labio sangraba cuando sentí el sabor metálico mezclarse en mi saliva.

Deseaba poder moverme, pero mis malditas piernas jamás responderían.

—Eres débil, ¿Como Jade se pudo fijar en ti? Apuesto que debe ser por tu dinero— sugiere con desprecio. Lo siguiente que siento es mi abdomen contraerse cuando vuelve a golpearme con una patada.

Las sirenas policiales comenzaron a sonar cada vez más cerca de la casa e inevitablemente no pude evitar reírme. La cara de Sam mostraba pánico y desconcierto sin entender que estaba sucediendo.

—¿Qué hiciste?!— parecía estallar.

—Tranquilo, solo ten en cuenta que la próxima vez no debes subestimar tanto a tu rival— sigo riendo.

Tensa su brazo sosteniendo aún el arma entre sus manos caminando de un lado a otro con desesperación. Por mi parte apenas podía moverme y la vista comenzaba a nublarse. Quizás quería dispararme, pero solo lo veía apuntarme cada vez que intentaba moverme o me quejaba por el dolor.