El Amor Tiene Cara de Mujer (Jerrie/Little Mix)

Capítulo 13

"Cercanía peligrosa"

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Jade

—Señora por favor...— me inclino hacia atrás evidentemente incomoda.

Ella sonríe tan abiertamente frente a mi haciéndome sonrojar. «¿Qué estaba pasando?»

—Por favor...no me digas así, me haces sentir vieja— ríe.

—Disculpe, no fue mi intención— balbuceo evitando mirarla a los ojos o de lo contrario no sé qué pasaría en estos momentos.

—Mírame Jade— su voz sexy me ordenaba a hacerlo. Pasivamente lo hago, sin pensar siquiera en negarme. Ella lograba algo en mí que no podía descifrar con exactitud.

—¿Qué? — digo sin más.

—Se que no empezamos bien, pero ahora que trabajas para mí quiero estar segura de que puedo confiar en ti para este puesto en mi hotel—

—No tenga duda de ello, mi trabajo no se mezcla con la vida personal. No tengo rencores Perrie, si eso es a lo que te refieres— digo firme.

—Espero que así sea Jade...—

—Así va a ser...si no le molesta, me gustaría comenzar con mi trabajo cuanto antes— mi intención era irme lo más rápido posible de allí, de su lado precisamente.

—¡Por supuesto! — asiente entregándome una elegante carpeta con papeles dentro. —Allí se encuentra el contrato, llévatelo, léelo y...—

—Me gustaría firmarlo ahora— la interrumpo.

Me mira sorprendida por mi repentina imposición.

—Bien...pero léelo, tomate tu tiempo— se inclina hacia atrás posicionando su torso, cara y manos expectantes en mí, como si fuese una obra de arte perfecta de admirar.

«Cuanto quisiera que pensara así de mi...», negué repetidas veces ante mi ocurrencia volviendo al presente.

Tenía las hojas en mano, pero su intensa mirada me desconcertaba por completo, provocando que apenas pudiera releer una y otra vez la primera palabra del documento, únicamente.

—¡Lo siento, no puedo! — bufe soltando la carpeta sobre el escritorio y me levante de un salto, algo aturdida.

—¿Ya te arrepentiste? — sonríe burlona.

—No, no es eso...no me concentro si me estas mirando— termino la frase cabizbaja ocultando de ella mí rubor.

—Ah, entonces si es cierto— dice con cierta emoción.

—¿A qué te refieres? — digo extrañada.

—Tengo efecto en ti—

—No se dé que hablas—

—Volvemos a lo mismo, hace unos minutos lo dijiste exactamente igual. ¿Por qué te cuesta admitirlo? — dice insistente

Frunzo el ceño comenzando a impacientarme.

—No tengo nada que admitir, apenas nos conocemos. ¿Quién te crees que eres para cuestionarme de ese modo? —

—Tu Jefa—

—Técnicamente no lo eres, no he firmado el contrato aun— me cruzo de brazos.

—Pero tengo fe en que lo harás, quieres este empleo mas que nada— afirma muy segura se dé sí