El Amor Tiene Cara de Mujer (Jerrie/Little Mix)

Capítulo 2

"Una rutina sobre ruedas"

Perrie

El día comenzaba, un hermoso amanecer se aproximaba por el horizonte

—¿Quién diría? — sonrío con adoración hacia la ventana que se encontraba a un lado de mi cama.

6:30 AM

Suspiro al mirar el reloj.

Se preguntarán porqué me he levantado tan temprano. Bueno, empezare a explicarles...

Por lo general suelo despertarme siempre a las 6.00 AM, pero... ¿Quién no desea quedarse un poco más de lo que debe? Aunque no siempre me tomo el lujo de que suceda.

Me repongo sentándome en la cama y allí la veo a ella esperándome como todas las mañanas, en cada despertar. Mi compañera del día a día. Estiro mi brazo para desplazarme y sentarme en ella. Al principio me costaba mucho transportarme, pero con el paso del tiempo me fui acostumbrando y supe integrarla en mi vida. Para su bienvenida hubo algunos cambios en la casa y mi habitación fue remodelada desde cero para lograr tener un mejor manejo y desplazamiento que la silla de ruedas requería y que a su vez sea de comodidad tanto para mí como para mi familia. Supongo que todo se debe a que me lo puedo permitir, grandes gastos, de lo contrario hubiese sido muy complicado y más con mi carácter. Mi habitación se encuentra en el primer piso de la casa, mientras que la de mis padres y hermana, en el segundo. Tengo baño propio y una sala donde me gusta estar sola la mayor parte de mis días, allí tengo instrumentos musicales, admito que me gusta mucho la música, los videojuegos y la pintura. No está de más decir que me gusta tener todo ordenado y en su lugar, por lo que cada sector de la sala tiene su toque ambientado.

Salgo de la habitación directo a la cocina donde mi madre seguramente nos espera con el desayuno.

6: 45 AM

—Buenos días Perrie— saluda sonriente mi bella mamá colocando el desayuno sobre la mesa.

Mis recuerdos de la noche anterior no se han ido e inmediatamente me lamento por eso.

Asiento acercándome.

Comienzo a escuchar pasos apresurados acercarse por la escalera, volteo y ahí la veo bajar a mi princesa y detrás de ella, mi padre.

—Pezz! — exclama saltando a mis brazos escondiendo su rostro en mi cuello.

—Buenos días mi campeona— saluda mi papá besando mi cabello.

—Buenos días para todos, pero ¿cómo has amanecido pequeña? — sonrío viendo a mi hermanita acurrucada en mi pecho. Deposito un beso en su mejilla y ella se separa para mirarme a los ojos.

—Muy bien, de hecho, tengo muchos planes para que hoy hagamos juntas- confiesa con entusiasmo. Río invitándola a sentarse en mi regazo y no duda en aceptar.

—Amelia, sabes que Pez no puede hacer mucho esfuerzo ni gastar mucha energía tienes que...—lo interrumpí.

—Pa, a mí no me molesta jugar con mi hermana ni estar con ella acompañándola en todas sus travesuras, ella me cuida muy bien, ¿verdad? — la veo sonreír asintiendo sin faltar las miradas de complicidad entre ambas.

—Hijas, el desayuno está listo— anunció asomándose por detrás de papa, mi joven madre.

—Y por favor Alex, nuestra hija sabe que cosas debe hacer y qué cosas no. Ambas son muy responsables— asiente orgullosa dejando un pequeño sobre los labios de su esposo. Amelia atinó a taparse los ojos ante su acción, siempre riendo con picardía.