Hola, hola!! Vengo actualizando muy seguido 🤔 ayer estuve inspirada y escribí 50 páginas por la mañana, después me di cuenta que me enloquecí y eso era todo un capítulo jaja ya lo dividí, porque estuve escribiendo como una desquiciada (ojalá que logre seguir así), así que hoy dejo otro capítulo 😘
Recuerden: si les gusta, dejenme una estrellita y si se animan, comenten! Me encanta leerlos!! ❤_______________
_Bueno...supongo que es más interesante que barrer el comedor._le respondo a Dafne, mientras le entrego la lista que me dió Mildred hace apenas unos minutos.
_Claro que sí. Sólo espérame un segundo, me cambiaré los zapatos para caminar._Hoy va a ser un día interesante, tenemos la tarea de hacer compras en el mercado más cercano y en una mercería. Bueno, a mi me han delegado las compras en el supermercado. Llevo una billetera en el bolsillo oculto de mi vestido que contiene más créditos de alimentos de los que consigo en un año, y también una ridícula canasta con mantel incluído, para las compras, aunque parezca que me voy de picnic.
Dafne regresa en un santiamén, y atravesamos juntas la cocina para empezar a caminar por el camino de árboles hacia el portón para esclavos.
_¡Oh, que bien se siente este viento!_exclama mi compañera, extendiendo los brazos. Nuestros vestidos se mueven en ondas hacia atrás.
Sonrío.
_es agradable, con el calor que hace.
_Lo malo será después, cuando no haya árboles que nos hagan sombra_ efectivamente, al salir de la mansión Alcott el Sol es abrazador. Casi podría jurar que el asfalto está escupiendo vapor en su superficie. Me duelen los ojos por el brillo y no es una ayuda que la calle esté repleta de adornos dorados de las mansiones ricas. Desearía tener anteojos de Sol.
_¡Cielo Santo! Ya no veo esto como un lujo._comenta mi compañera._¡se me va a paspar el trasero!_No puedo evitarlo y lanzo una carcajada que, de haber más gente caminando en la calle, sería catalogada como inapropiada. Aún así no me importa, apenas hemos caminado tres cuadras y ya siento gotas cayendo por mi espalda. El cabello se me pega en las sienes y la frente.
_Creo que a mi también._le respondo._ estoy sudando como puerco._Dafne se ríe.
_Al menos tenemos la calle para nosotras. Apuesto a que los ricachones están panza para abajo tomando el Sol. Imagina como lucirán sus nalgas en una hora._otra risotada se escapa de mi garganta. Dafne me cae bien, es muy divertida y no teme decir lo que piensa. Creo que se parece bastante a mi, aunque yo intento cuidar mis palabras. Además, tenemos casi la misma edad. Es diferente a Dominique que ya es mayor y está casada. Y muy enamorada de su esposo. A veces es un poco abrumador oírla hablar de él todo el tiempo. Y otras, creo que siento un poco de envidia por todo el amor que describe.
_¡Qué horror! Se me viene a la cabeza la imagen del señor Bomm en zunga. Es lo peor que he visto, creo.
_¡No puedo creerlo!_Dafne gesticula separando mucho los labios._¿de veras?
_Sí_confirmo, asintiendo con la cabeza entre risitas._Y es bastante anciano.
_¡Sí! Alguna vez ha estado en las fiestas de los Alcott. Su hijo es bastante guapo, dicen, pero nunca lo he visto.
_Es mejor que jamás lo cruces en tu camino._le digo, con muy poco humor. Ahora las risas parecen haber acabado.
_...¿es malo?_pregunta Dafne.
_Es un hijo de perra._se hace el silencio. Me entretengo mirando las mansiones al pasar. Son hermosas, compitiendo por cual tiene los mejores detalles y la mejor decoración. Aún así, no logro encontrar una más bonita que la casa donde trabajo.
Entonces Dafne decide cambiar de tema.
_Hablando de fiestas, habrá una dentro de poco. Es el cumpleaños de Markham Alcott. Creo que cumple cincuenta y cinco años.
_¿En serio? Tendré que pulir mis cualidades de camarera._y bastante.
Me paso una mano por el rostro intentando eliminar las transpiración y alejar el cabello húmedo de mis ojos. Una mujer cruza la calle en una bicicleta y se dirije directamente hacia nosotras. Alcanzamos al último momento a hacernos al costado para evitar ser embestidas por la rueda delantera. La mujer ni siquiera se disculpa.
_estúpida..._murmura Dafne._Yo no soy muy buena. Pero la señorita Audrey sólo hace trabajar a los camareros de la casa con las bandejas. Los demás servimos en la mesa de catering.
_Ah, eso estará bien.
_ No creo que seas tan mala camarera, sirves a James._ y le arrojé café caliente en la camisa. No es que sea mala camarera, es que soy un peligro.
_He mejorado. Pero el amo es bondadoso._respondo. Dafne sonríe.
_James Alcott es un amor de persona._ todos dicen lo mismo y estoy empezando a creermelo._Mira, allí está la mercería. Camina una cuadra más y encontrarás el mercado. Te buscaré._sacude los dedos a modo de saludo.
_De acuerdo._le digo. Se acabó la diversión. Dafne cruza la calle con tranquilidad y yo continúo caminando. Me distraigo un poco mirando los locales que no están muy concurridos a esta hora. Cuando veo el enorme cartel amarillo del mercado vuelvo a limpiar mi rostro y acomodo el vestido azul que llevo puesto.
Suspiro en cuanto ingreso y el aire acondicionado me refresca el cuerpo. Una chica con un vestido igual al mío está parada en un rincón, sosteniendo una escoba._Hola._me saluda.
_Buenos días._le devuelvo el saludo. Las muchachas de las cajas me ven y asienten, pero no se fijan mucho en mi. Ella no son esclavas.
Saco la lista de mi bolsillo y empiezo a atravesar las gondolas. Esto es divertido, casi puedo imaginar que no soy una esclava, que estoy aquí eligiendo lo que almorzaré en mi propia casa. De hecho hay mujeres comprando que no son esclavas.
¿Qué compraría yo? Tal vez pescado y mariscos, o pastas.
Observo la lista.
-Crema de leche. 4 potes de 250gr.
-1kg de harina 0000
-una docena de huevos.
-10 tabletas de chocolate amargo.
-azucar mascabo.
-arroz yamaní.
-Pimienta Cayena.
No hay mucho que llevar. Sólo lo que hace falta para hoy. Las compras para las mansiones se hacen en mercados mayoristas.
Observo los alimentos acomodados de forma ordenada por tipos y por marcas. Fideos, enlatados, galletas. Ahí está el arroz. Arroz Yamaní 500gr.
Pero se supone que no se leer.
Continúo hasta el fondo del local, como dicen las reglas. Allí encontraré alguien que pueda ayudarme.
Oigo risas de niños y veo en la convergencia de pasillos a una mujer que lleva dos varones vestidos de forma igual en el carrito de compras. Son rubios y su ropa está repleta de volados blancos. Ellos sólo toman productos y los meten al carro. La mujer no se percata de nada.
_Hola._saludo al muchacho detrás del mostrador azul._¿Podría pedir tu ayuda?_ al joven parece no importarle que sea una esclava porque sonríe coqueto. No debe tener más de dieciocho años.
_Claro, guapa. Veamos._me doy vuelta mientras él lee y pongo los ojos en blanco. Él sale de su puesto, toma mi canasto y camina haciendo chistes sobre los alimentos, sobre el día y el clima mientras busca los productos.
_Muy bien, aquí está todo, señorita..._hace una pausa sugerente, esperando que le diga mi nombre. Le sonrío pícaramente.
_gracias por su ayuda._tomo el canasto y me largo hacia las cajas. Pago lo que debo y salgo de nuevo al Sol abrazador. Desearía poder quedarme ahí dentro.
Dafne viene caminando por la vereda de enfrente y me hace señas para que cruce.
_¡No! ¡Yo iré primero!_es la voz de los niños que estaban dentro del supermercado.
_¡Míralo, abuela!
_¡mamá, es él!_ echo una ojeada inconsciente en dirección a las voces. No me había percatado de que una anciana los acompañaba.
Sostengo fuerte la canasta, que está un poco pesada y bajo desde la vereda hacia el asfalto para cruzar la calle. De repente siento un empujón y los niños me rodean, peleando e intentado darse golpes, mientras se escudan y se esconden con mi cuerpo.
_¡tonto!
_¡chicos...!_exclamo, e intento sostener más fuerte la canasta para no romper la docena de huevos que llevo. Si se rompen, tendré que pagarlos con mi sueldo.
No escucho que la madre regañe a sus hijos. Me tambaleo de un lado a otro hasta que uno de los niños coloca las manos en mi cadera y me empuja fuerte contra el otro. El muchachito se mueve rápido y me estampo contra otra persona. El contenido de la canasta casi vuela de mis brazos pero se queda donde estaba.
_perdón._me doy vuelta para mirar a la anciana que me observa con mala cara y el arrugado ceño fruncido.
_¡Irrespetuosa! ¡me has empujado!_entonces su mano vuela hacia mi mejilla. Al parecer, lleva anillos, porque además del ardor de la cachetada siento un dolor sordo en el pómulo y un raspón.
Oigo como la otra mujer despotrica contra los esclavos mal entrenados y se alejan con sus críos del demonio hacia un transporte dorado viejo estacionado a unos pocos metros.
_se quejan de los esclavos y, ¿por qué no educan bien a sus hijos?_ dice Dafne echando una fea mirada a las mujeres mientras trota hacia mí con su canasta._¿estás bien?
_sí, no te preocupes.
_te cortó._dice. Paso mi mano por el pómulo y saco un hilito muy fino de sangre.
_vamos. Tengo que ayudar a Dominique antes de que el amo llegue a casa.
Me demoro unos minutos en los baños para asearme y estar presentable para atender a mi amo. Luego de la ducha fugaz vuelvo a observar mi reflejo en el espejo. El Sol me achicharró la piel y estoy roja como un tomate, lo que no es una combinación bonita al lado de mi vestido azul, pero es lo que hay.
Lo más preocupante, el corte en mi rostro, ya puede pasar desapercibido. Arrastro mis dedos suavemente sobre el pómulo y abro bien los ojos buscando más rastros de cortaduras en la piel. Nadie me preguntó qué ocurrió cuando llegamos a la casa, estas son cosas que suceden. Pero no me gusta tener heridas en la cara. Afortunadamente, no es un corte profundo, de hecho apenas se dibuja una línea roja y algunos puntos rojizos pequeños que ya se han cubierto de tejido cicatrizante natural. Sólo va a notarse si alguien me observa detenidamente, cosa que nadie hará. En unos tres o cuatro días ya no habrá rastros en mi rostro. En realidad, lo peor no es llevar la cara marcada, sino tener que dejar que una persona de clase superior que no pertenece a esta casa me golpee en la calle. Esa es la herida más dolorosa.
No hay mucho que hacer cuando subo a la habitación azul de mi amo. Él suele ser muy ordenado, y a excepción del fin de semana cuando su novia fue una huésped, generalmente es muy fácil de limpiar la sala y los aposentos. Lo único fuera de lugar hoy son algunos libros que Dominique sostiene antes que yo y coloca sobre el escritorio de la sala.
Pasan cerca de dos horas en las que escucho como mi compañera me cuenta que comienza a creer que le gustaría tener hijos, pero que aún los Narradores no dan la orden de quitar su Tratamiento de Infertilidad Inducida. Es algo más a lo que todos estamos sometidos en Fairytale para el control de la natalidad. Seremos infértiles hasta que los Narradores nos ordenen tener una cierta cantidad de hijos.
_No creo que se demoren mucho._ la tranquilizo._Al fin y al cabo, ya están casados. Seguramente pronto les quitarán el tratamiento y podrán tener niños._no le digo que en Fairytale jamás privarán al pueblo de más esclavos, sería un comentario abominable. Es una de las razones por las que no espero con ansias ese momento ¿para qué desear ser padres? Los hijos esclavos permanecen cerca de dos años con sus padres, hasta comenzar a hablar. Luego son llevados a la Escuela para Esclavos y a los doce años empiezan a ser transportados a las casas de los ricos para trabajar, primero como una "pasantía", prácticas de unas pocas horas. Luego al cumplir dieciocho años es asignado un primer trabajo y desde allí todo va en la suerte de cada uno. Algunos trabajan durante toda su vida en un mismo lugar. Otros, como yo, son vendidos a nuevos dueños por créditos de esclavos. Si son esclavos útiles que jamás han dado problemas, se venderán por un valor elevado y es probable que acaben en un buen hogar. En cambio, si han dado problemas, el valor disminuye junto con el salario del esclavo. Eso es lo que me ha ocurrido, por culpa de Elen. Soy una esclava desvalorizada que no recuerda a sus padres, he tenido suerte de llegar hasta aquí. Pero de nuevo, ¿quién querría tener hijos para esto?
_Los Narradores te oigan._susurra Dominique y puedo oír como suspira por su sueño de ser madre y darle hijos al hombre que ama. Se me hace un nudo en la garganta. Tal vez yo estoy defectuosa, tal vez algo está mal en mí desde hace tiempo, pero mientras ella suspira yo solo pienso en el horror de que sus hijos acabarán de esta manera. No es indigno para mí tener que limpiar, estar al pendiente de otra gente, pero jamás me he sentido como dice el lema de Fairytale. No me siento como una mujer abnegada que existe para servir a los demás, me siento obligada, me siento excluída del resto del mundo, me siento oprimida. Aún así, cuando miro a mi alrededor pareciera que sólo yo soy la que ve las cosas de ese modo ¿tal vez estoy loca? Porque intento ocultar lo que siento ¿Debería ser más generosa? ¿más altruista? Quizá estoy mal por desear leer los libros de la biblioteca, pasarme el día en la cama mirando televisión o sentarme a comer postres exóticos hasta hartarme. O simplemente por querer llevar perfume, joyas y un vestido de noche al menos una vez. Y es peligroso si estoy mal. Solo soy una esclava. Y una esclava debo ser.
_Lo harán._le respondo a Dominique con una sonrisa casi alentadora_ ya verás que pronto te dejarán ser madre.
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Fairytale (Fairytale #1)
Romance"Todo es posible, todo es perfecto. Vive tu destino y se feliz en Fairytale" Fairytale es una nueva organización donde cada persona tiene un destino que cumplir, asignado desde el nacimiento por los Narradores. La sociedad está armada de modo tal qu...