CAPÍTULO 8

1.1K 129 9
                                    

Holaaaa!! Perdón, estoy tapada de trabajos que tengo que hacer en la compu y no me queda nada de tiempo para escribir. Afortunadamente, ya les conté que llevo la historia más avanzada que lo que subo, así que les dejo un capítulo cortito y un poquito tranqui. Ojalá les guste 😘😘😘
_____________________

"No hay persona más ocupada que un esclavo, siempre están haciendo algo."
                 Del Código de los Esclavos

_Vamos, sólo un poco más._observo como Clarke, Bjorn y otro esclavo que no conosco sudan bajo el abrasador Sol de Fairytale. Sostienen en las manos un enorme árbol que Mildred creyó que se vería bien en la parte trasera de la casa. Le han quitado algunas ramas pero sigue siendo bastante grande y por lo visto, pesado.
El esclavo que está cavando para transplantar el tronco mueve la pala con brazos temblorosos por el esfuerzo de quitar la tierra con rapidez._más rápido._lo apremia el ama de llaves mientras realiza gestos con las manos._van a arrojarse el tronco sobre los pies_creo que hubiera sido más fácil que soltaran el árbol mientras el pobre hombre acababa de hacer el hueco, pero veo a los cuatro esclavos a los rostros y noto como se resbalan enormes gotas por la piel a causa del esfuerzo._¡Hodge!_salto nada más oír el grito de Mildred y una de las manzanas que acabo de cortar se me escapa de la mano. Bjorn sonríe y se echa una risita, por lo que casi se le escapa la corteza del árbol de las manos.
_¡No te muevas!_lloriquea Clarke mientras le resaltan los músculos del cuello al aumentar la fuerza. Entonces empieza a toser y el árbol salta hacia el suelo en el extremo donde lo sostiene, provocando un pequeño dominó de esclavos. Me río, y me giro para tomar otra manzana del árbol frutal.
_Les he ordenado que no lo suelten._se queja Mildred._vuelve a levantarlo Clarke ¡Hodge! Muchacho, ven aquí a ayudar._lo que los obliga a hacer no tiene ni pie ni cabeza, de hecho, siempre está haciendo mover algún árbol u otra planta de aquí para allá. Creo que simplemente se trata de mantenernos ocupados cuando quedan pocos quehaceres en la mansión. No debemos holgazanear.
Hodge se aproxima corriendo de forma graciosa con sus flacas y separadas piernas. No se qué tanto puede ayudar el pobre Hodge, lo cuál acaba por demostrarse cuando intenta levantar el tronco junto a un Clarke con otro ataque de tos y apenas si lo mueve unos centímetros cuando se le vuelve a caer.
Bjorn y el otro esclavo sacuden la cabeza pero no se ríen del pobre joven. Sonrío.
Me deslizo hacia la parte de atrás de la planta e intento alcanzar más manzanas. La parte inferior del árbol está casi pelado de frutos, pero arriba está repleto. Doy algunos saltitos y alcanzo a bajar algunas ramas. Aún me quedan dos canastas por llenar de frutas para los cocineros de los Alcott.
Observo como los ahora cuatro hombres depositan las raíces del árbol que están reubicando en el hoyo nuevo del césped trasero. Finalmente, el otro esclavo recoloca la tierra alrededor y exhala sonoramente mientras se seca el sudor de la frente.
Echo un vistazo a las demás esclavas que recogen hierbas y embellecen las flores. Sonríen de forma lobuna mirando a los hombres con las camisas arremangadas y algunas lanzan risitas. En realidad, no hay demasiado para ver ahora mismo, pero es que tampoco salimos mucho de la casa. Arrugo la nariz mientras veo a los pobres muchachos empapados en transpiración. No se me hacen tan atractivos ahora mismo, aunque Bjorn sigue pareciéndome guapo con sus simpáticos ojos castaños. Él me ve y creo que malinterpreta mi mirada, por lo que se acerca a mí.
Me ruborizo porque me doy cuenta de que lo estaba viendo fijamente y me limito a volver a saltar para obtener más manzanas de la parte superior del árbol.
_Parece que necesitas ayuda._me dice.
_No te preocupes, todavía alcanzo algunas._le digo._Tú deberías recuperar un poco de aire._agrego, con una sonrisa comprensiva, mientras doy otro saltito y consigo arrancar una manzana gorda y roja. Bjorn no contesta. Casi sin moverse levanta un brazo y corta dos frutas de una rama elevada. Ahora me devuelve la sonrisa y me ofrece las manzanas con coquetería.
_Se te da bien._le digo._quizás debía ser yo quien moviera el árbol.
_Te verías como el pobre Hodge._se ríe y tomo las manzanas de sus manos.
_Gracias._le digo. Él hace una corta reverencia, similar a la que le ofrecemos a los amos, pero más relajada y un poco burlona; y se aleja echándome un último vistazo para cumplir con las nuevas órdenes de Mildred. Le extiendo una tonta sonrisa a su espalda y me doy cuenta de que las esclavas no me quitan los ojos de encima, buscando un nuevo chisme para entretenerse. Aparto la mirada y la paseo por las paredes de la mansión para evitarlas.
Una de las ventanas tiene las cortinas abiertas y distingo a James Alcott mirando a través del cristal. Me da la sensación de que me está observando fijamente y siento que se me erizan los vellos de la nuca, pero él desaparece tan rápidamente que empiezo a dudar si en verdad se trataba de él.
Tomo la otra canasta echando un nuevo vistazo a esa ventana en particular, pero James Alcott no asoma dentro de la habitación. Tal vez me he equivocado ¿aún estará rindiendo sus exámenes?
Una vez que ingreso a la cocina deposito todo lo que he recogido sobre la mesada. Hay un poco de todo. Además de las manzanas para las tartas acarameladas hay fresas, limones, mandarinas y pomelos rosados. Mi tarea en el jardín ya se ha terminado por hoy, pero debo continuar aseando alguna sala con Dafne. Mi amo estuvo todo el día fuera de la mansión, por lo que será cosa de Dominique atenderlo hoy.
Tengo curiosidad por saber cómo le ha ido después de tantos días sentado a la mesa con sus enormes libros. No se si me lo contará mañana.
El trabajo es agotador, aprovechando que el amo James ha ido a cenar con su novia por la noche, me envían a limpiar las habitaciones de huéspedes para que estén presentables durante la fiesta de Markham Alcott. Aún faltan unas semanas, pero hay mucho por hacer. Apenas acabamos de limpiar a fondo tres de las habitaciones y aún habrá que mantenerlas todos los días hasta que sea necesario, es trabajo extra, dado que sólo las repasamos una vez a la semana y la única habitación con tratamiento especial es la de Bridgette Landon, para la cuál hay asignado un dúo de esclavas cuando ella se encuentra en la casa. Las compadezco.
Por la noche me encuentro con una cena bastante anormal. Hay sopa. No es usual que la sirvan a los criados, se suele hacer como primer plato durante las elegantes comidas de los ricos, fría o caliente, generalmente no se hace en cantidad mayor que la requerida para los comensales. Pero al oír unas fuertes toses me doy cuenta de la razón. Clarke se encuentra en una de las sillas del otro lado de la mesa. Se ve bastante mal y está tiritando.
_Se han empapado el cuerpo hoy, durante las tareas en el jardín. Ya sabes, por los aspersores...No le ha hecho bien._me comenta Dafne en un susurro, viéndolo con preocupación._Bjorn me contó que estuvo enfermo un tiempo antes de venir a esta casa. Seguramente es una recaída.
Más toses se oyen, y agradezco con el alma a las cocineras de la mansión Alcott. Los esclavos no podemos acceder a la atención médica o a medicinas, no lo cubre nuestro escaso sueldo. Pasar por la gripe es espantoso, solamente hay que soportar el dolor y continuar trabajando hasta sanar milagrosamente.
Carmen le ha preparado un jarabe a base de vino, cebolla y miel, que Clarke se bebe con el rostro contraído. No debe ser muy bueno de sabor, pero todo sea con tal de aliviar un poco el malestar. El compañerismo lo es todo entre nosotros.
Ayudo a recoger hojas de ortiga del jardín para realizar una infusión para la tos que Clarke pueda beber en medio de la noche, y luego algunos muchachos se organizan para atenderlo toda la madrugada y vigilarlo. Mildred no se opondrá, por que no se lo ve nada bien, tiene unas profundas ojeras, el rostro húmedo y tiembla de frío a pesar de que no ha bajado mucho la temperatura.
Al día siguiente, Clarke no aparece en el desayuno. Mildred ha tenido un poco de lástima y lo ha dejado descansar más de la cuenta, pero no nos permite perder tiempo a los demás así que no puedo ir a ver cómo se encuentra.
Hoy la rutina es la misma de siempre. Los esclavos obtenemos un desayuno muy agradable con tostadas y mermelada realizada con las manzanas que recogí ayer. Somos bastante afortunados aquí, en Bomm House solo recibíamos te y pan; y los cocineros no se atrevían a preparar caldos para los enfermos.
Cerca del mediodía encuentro a Lucy, una de las esclavas encargada de los mandados el día de hoy y le entrego algunos créditos de higiene personal para que me traiga shampoo y jabón del mercado. Varios siguen el mismo ejemplo, ya que hemos podido ahorrar un poco y son cosas necesarias.
Después, continúo el aseo de la habitación de James Alcott junto a Dominique. Ella se ríe y me arroja un camisón, que más bien parece un trozo de tela transparente, ubicado al costado de la cama.
_Aquí hubo diversión anoche._me dice.
_¡Qué asco!_esquivo la prenda que levita en el aire un instante antes de caer al suelo, y luego lo sostengo entre el índice y el pulgar para arrojarlo en el cesto de la ropa sucia en el vestidor de mi amo. Será tarea de Elen y su compañera. No necesito volver a tocar eso.
_No te preocupes. No creo que lo haya usado cuando...
_No quiero saber._le digo, levantando las manos y ruborizándome hasta las orejas.
_Bueno, al menos no fue su ropa interior._dice, señalando el vestidor. _aunque dudo que use._debería darle la razón, pero no me agrada hablar de la ropa que usó Bridgette Landon para acostarse con mi amo anoche. Me parece repugnante.
No digo nada. Tomo la escoba y empiezo a arrastrarla con fuertes pasadas junto a la biblioteca, para distraerme con los títulos.
_Bueno..._empieza Dominique._¿y no hay ningún esclavo que te guste?_me giro y levanto las cejas cuando la miro.
_¿A qué te refieres?
_Ya sabes, un chico guapo, para darse unos cuantos arrumacos...estoy casada pero alguna vez fui soltera._comenta con una sonrisa traviesa. Me doy media vuelta y continúo pasando la escoba.
Se me viene algo a la mente, pero está  tan lejos de responder su respuesta y de la realidad, que sacudo la cabeza por lo absurdo que parece.
¿Un esclavo?_No lo creo._le digo.
_¿Y Bjorn?_pregunta._se ve que le gustas._¿Esto será por lo que sucedió ayer? Dominique no estaba allí, pero tal vez le fueron con el chisme. Suspiro.
_No lo se..._murmuro. Pienso en los bonitos ojos de Bjorn y en su enorme sonrisa dulce. Pero sólo me provoca pensar en él como otro chico lindo. De algún modo, me siento bonita cuando me sonríe, pero no creo que me guste. En realidad, nunca me he fijado demasiado en un muchacho, no es como si un esclavo tuviera tiempo para tener citas. Hay encuentros por las noches, he visto esclavos escapando tomados de la mano y vergonzosamente también los he oído, pero yo sólo he besado algunos muchachos en las festividades. Mi aburrida vida amorosa ahí se queda. ¿Y para qué querría enamorarme? Me obligarán a casarme vaya a saber con quién y a regalar a mis hijos para esclavizarlos. No quiero enamorarme.
_Parece un buen muchacho.
_Lo es._acepto, siempre se ha comportado bien conmigo. Es divertido y simpático.
_Desde ayer estaba muy preocupado...por Clarke.
_Creo que todos lo estamos._le digo._debe estar pasándolo muy mal._ espero que el extraño jarabe de Carmen le haya ayudado a aliviar la tos.
Se hace un silencio incómodo. No nos gusta pensar en enfermedades, las sufrimos mucho y jamás traen algo bueno.
Cuando acabamos todo, me quedo sola en la sala de estar. Pasa cerca de una hora desde que Mildred me avisa por el intercomunicador que mi amo ha llegado, pero él no aparece y no hago más que pensar. Pensar en cosas que no debería pensar, en cosas que no deberían importarme o molestarme.
No se si es algo bueno cuando él ingresa a la habitación, sonriente. Hoy su sonrisa me parece algo particularmente irritante. Yo creo que mi estado de animo se debe al malestar de Clarke.
_¡Buenas tardes, Lenore!_ exclama. Pero si ha venido de buen humor. Supongo que Bridgette Landon tiene algo que ver con eso._¿Cómo te encuentras?
_Bien._le respondo, seca como un montón de arena bajo el Sol. Su sonrisa flaquea un poco y luego me da la impresión de que decide ignorarme porque se pierde dentro de las puertas dobles de los aposentos.
A mala mía, regresa otra vez con esa sonrisita exasperante. _He aprobado mi examen._me informa. Me entran ganas de decirle que yo no le he preguntado, pero mi corazón salta de orgullo por alguna razón. Y sonrío un poquito.
_Felicitaciones._le digo. Y lo hago en serio. Ha pasado días encerrado con montones de libros, supongo que es un gran esfuerzo.
_Gracias, Lenore. Lamentablemente, aún debo seguir estudiando ¿Me acompañas a la biblioteca?
_¿Tiene que estudiar para más exámenes? _le pregunto, con curiosidad.
_Eh...no._ pasa una mano despeinando la punta de su cabello oscuro y luego se encoge de hombros._sólo hacer un trabajo escrito de lo más aburrido._Dudo que sea aburrido poder leer y escribir sin tener miedo de hacerlo, con libertad y a su antojo, pero ellos no se dan cuenta de lo que poseen. Los eventos sociales, los bolsillos llenos de créditos y el nombre es para la clase alta lo más importante del mundo. Son ignorantes.
_¿Te encuentras bien, Lenore?_su voz me descoloca y me doy cuenta de que estaba demasiado abstraída.
_Sí, lo estoy._ Él frunce el ceño y me observa mientras coloca las manos en las caderas.
__Si hay algo que yo pueda hacer por ti..._su voz suena dulce y un poco tímida. Me provoca una de esas sonrisas que simplemente se aparecen en mi rostro. No se como James Alcott se las arregla para hacerme cambiar de humor tantas veces y en tan poco tiempo. A veces saco mis conclusiones y veo a un monstruo de la alta sociedad, pero él las derriba con frases anormales y bondadosas.
_Estoy muy bien. Sólo me distraje, lo lamento. Vamos a la biblioteca._me acerco hacia la entrada de la sala y él trota rápidamente para abrir la puerta y dejarme pasar. Me recuerda a los caballeros sobre los que nos contaba Buddy y no tiene sentido, porque me han entrenado para ser yo quien le abra la puerta y lo deje atravesarla primero.
_ Ya te pedirá disculpas, si ha actuado mal._frunzo las cejas y creo que James Alcott ha tomado su teléfono celular, pero se está dirigiendo a mi a pesar de que no me mira y mantiene la vista al frente al bajar por las escaleras.
_¿Qué?_¿A qué se refiere?
_Bueno, si no lo hace seguramente es un idiota.
_ ¿De qué está hablando, amo?_le pregunto. O me he perdido demasiado en mis pensamientos o James Alcott está teniendo una conversación con algún amigo imaginario.
_ Estoy hablando..._empieza._ Estás pensando en tu novio, ¿cierto?_gesticula con las manos y aparta la puerta de la biblioteca. Esta vez pasa él primero y yo lo sigo dentro.
_¿Mi novio?_se me suben los colores.
_Sí._él se gira y me mira. Sus ojos brillan con alguna emoción que no distingo y sonríe con los labios juntos.
_Yo no tengo un novio..._susurro. No se por qué lo hago, la situación se ha vuelto extraña y vergonzosa de repente.
_¿En serio?_pregunta él, levantando las cejas. No contesto, pero bajo mi rostro arrebolado y parece ser una respuesta afirmativa.
_¡Qué bien!_exclama. Levanto la cabeza como resorte y lo miro, sorprendida. Ahora es él quien tiene demasiado tránsito de sangre en la cara, jamás había visto a James Alcott más avergonzado._quiero decir... me refiero a que... bueno, tal vez te lo pedirá luego._se gira y camina a zancadas hacia una estantería del fondo de la biblioteca.
_Nadie me pedirá nada._respondo, y no es una afirmación feliz luego de que sale de mis labios, pero creo que no puedo hilar pensamientos coherentes. No se como James Alcott llegó a suponer que estaba pensando en un novio o pretendiente.
_ ¿Nadie? ¿No es eso extremista? _no respondo. Mi amo me mira pero aparta la mirada hacia los libros, luce nervioso. Ya no sabe qué decir para acomodar sus preguntas fuera de lugar. Jamás he oído que un amo le preguntara a un esclavo por su pareja, salvo tal vez por algún esposo y en plan amistoso. No se cómo catalogar esta charla._ Debe haber alguien, estoy seguro._dice.
_Ah..._por los Narradores, no quiero oír más. Es como si yo le preguntara por su asquerosa relación con Bridgette Landon, ¿te ha gustado su camisón, James Alcott? Qué horror._No creo que esa sea una conversación que tendría con usted._le comento. Deja de moverse sobre la estantería y asiente, sin mirarme.
_Por supuesto. Yo sólo tenía curiosidad. Digo, para ayudar, sólo para ayudar._quita un libro del mueble y me da la espalda mientras lo abre para leer adentro. No se si de verdad está leyendo algo o solo lo hace para disimular la incomodidad.
_Bien._no puedo evitarlo y sonrío de forma bobalicona. Es un poco gracioso, en realidad ¿Por qué él me preguntaría eso? ¿Querría saber si tengo un novio?
Sacudo la cabeza ¡Qué estupidez!

Fairytale (Fairytale #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora