Hooolaaaa!! Como les va? He decidido que fui muy mala estos días y mejor quito la novela jajaja mentira, ya las torturé demasiado. Les dejo el siguiente capítulo así no se muerden tanto las uñas.
Que lo dusfruten!! Gracias por leerme❤
__________________Las manos de Michael Bomm resbalan lánguidas y se alejan de mi cuerpo. Cuando separo los párpados y enfoco la imagen me desconcierta ver su cuerpo alzándose sobre mí. Por un momento no se qué está pasando, mi visión continúa un poco borrosa por el golpe en la cabeza y por las lágrimas. Tal vez es magia o sólo estoy alucinando.
Entonces caigo en la cuenta de que alguien lo ha quitado de encima.
El violador gira furioso y tambaleándose hacia quien ha interrumpido su acto enfermizo; y el puño de James Alcott se estampa justo en su nariz. Le ha dado un buen golpe porque puedo oír el victorioso crujido al quebrarse, y la sangre vuela desde sus fosas nasales marcando una pared y el frío mármol con pequeñas gotitas rojas.
_¡Hijo de puta, mi nariz!_Mi amo vuelve a alzar la mano y otro puño cae sobre el ojo de mi atacante. La parte retorcida de mi se ríe y goza al oírlo gritar y lloriquear, justo como yo hacía apenas unos instantes atrás, pero James Alcott vuelve a asestarle otro puñetazo en la nariz destruída y mi mente nublada se despierta un poco del estupor.
A tientas y sin quitar la vista de los dos hombres busco los restos de mi vestido destruído y me cubro la piel del pecho. _¡James!_ grito._basta._Michael Bomm cae al piso de culo, vencido por otro golpe de mi amo y lo observa con rabia. La sangre le empapa la camisa y parte de la cara marcada por mis uñas.
_¿Quién te crees que eres para meterte en mis asuntos?_le ladra. El otro se inclina y estira el cuello de su camisa, obligándolo a levantar la cabeza.
_Quiero que te vayas ahora mismo de mi casa. Y que no se te ocurra regresar jamás.
_¡No puedes echarme!
_Puedo y lo haré._Michael Bomm me mira de reojo y escupe sangre en el piso junto a mis pies.
_Maldita puta, esto es tu culpa._mi amo le sacude el cuello y lo señala, acusador, con el dedo índice.
_No volverás a tocar a mi esclava, ¿me has entendido?_el degenerado hijo de los Bomm se ríe a carcajadas, con burla en la mirada hinchada.
_No puedes prohibirme eso, a tu esclava le encanta que la toquen. Podemos compartirla si quieres. Le tienes tantas ganas como yo._veo como James aprieta los puños, ansioso por volver a asestarle otro golpe en los dientes. Pero se contiene._tú de un lado y yo del otro. Estoy seguro de que lo disfrutará.
_¡Cállate!
_Le gusta provocar con esa maldita boca, tiene que obtener su merecido._me mira sonriendo perversamente con los dientes ensangrentados y mueve las caderas en un gesto asqueroso. James tira de la camisa con más fuerza, hacia arriba.
_Sabes con quién estás hablando. Eres el hijo de un hacendado rico, pero en Fairytale yo soy quien manda._El rostro de Michael adquiere otro aspecto, cayendo en la cuenta de lo que ha hecho. James es un político y practicamente está en el Consejo, su padre se codea con los Narradores. A su lado, los Bomm no son nadie._Si vuelves aquí, asegúrate de elegir un ataud bien cómodo, porque me encargaré de que no vuelvas a ver la luz del día. _Puedo notar como la nuez de mi atacante sube y baja, antes de volver a mirarnos a los dos con rabia. Tironea del cuello de su camisa para liberarla de las manos de James._¿Entendido?
_Sí._susurra entre dientes.
_Bien._James vuelve a erguirse y parece que sólo está esperando pacientemente a que se levante para dejarlo escapar cuando vuelve a soltar otro puñetazo en la nariz quebrada de Michael Bomm._Ahora te puedes ir, imbécil._lo levanta a empujones ignorando sus lloriqueos y medio lo arrastra por el pasillo hacia las puertas traseras, perdiéndose en uno de los giros del corredor.
Los visualizo hasta que siento que estoy sola otra vez y luego deslizo la vista por las paredes. Observo fijamente unas pequeñas salpicaduras de sangre sobre las molduras doradas y también en el piso por cortos instantes. Más allá, a tan solo unos pies, están los restos violáceos y brillantes del florero que destruí en vano.
Cierro los ojos y los aprieto, tratando de regularizar la respiración. Me tiemblan las manos.
_¿Lenore?_aún tengo la visión un poco inestable, pero es James quien me mira desde su larga estatura. No había notado sus pasos al regresar. Parece un ángel oscuro con su traje de noche.
Él arruga las cejas y desliza la mirada por mí, inspeccionándome. En ese momento me doy cuenta de lo que ven sus ojos: el vestido levantado y roto. Aprieto las manos más fuerte contra el pecho para cerrar la gran abertura en la pechera convertida en girones. Aún estoy en el suelo.
_No te haré daño._me dice, levantando una de sus manos. Él no quiere asustarme y agradezco el gesto.
_Está bien, lo se..._le digo. Mi voz se oye rasposa, tal vez por todo lo que he gritado o por las lágrimas que me habían inundado. Intento sentarme sin soltar el vestido, y eso resulta un poco complicado. Él está parado ahí frente a mí y me da vergüenza, no quiero que me vea así.
Las lágrimas se amontonan junto a mi globo ocular y me maldigo por no dejar de temblar. Me siento débil e indefensa ahora, odio hacerlo.
Salgo de mis pensamientos deprimentes cuando James parece sacudirse allí en el pasillo. Se está quitando la chaqueta del traje. Sin quitarme la mirada firme de encima se acerca a la pesada mesa de madera que adorna el corredor junto a mí._Pontelo._dice._así podrás cubrirte._y después se gira, viendo a la pared manchada con sangre.
Él de verdad es un ángel. Es tan caballeroso y bueno como Darcy. Un caballero con armadura rescantando a la criada de la princesa.
Pongo la palma sobre la fría y lustrosa superficie del mármol y tiro hacia arriba para levantarme. Con rapidez y tratando de controlar mis manos paso los brazos por los huecos correspondientes en la chaqueta de gala y la subo hasta mis hombros. La tela está tibia, transmitiéndome el calor reconfortante del torso de mi amo. El perfume amaderado y un poco cítrico que desprende me invade al momento que la prenda roza mi piel. Llevo el borde del cuello hasta mi nariz y aspiro con suavidad. Es vivificador, podría pasar el día entero embriagada en su aroma.
Busco los botones con los dedos y cierro el traje. Cuando miro hacia abajo, es lo mismo que cubrirme con mis manos sobre el vestido. El corte de la confección y mi talla baja me hace ver ridícula aquí adentro, como si llevara uno de los escotes profundos de Bridgette Landon.
Sintiendo el calor en las mejillas, quito la chaqueta y la doy vuelta, poniendo la parte posterior al frente, contra mi pecho.
_Ya está._le informo. Mi amo se gira elegantemente y frunce un poco el ceño cuando me ve. Me entran ganas de explicarme aunque él no dice nada sobre mi particular elección.
_Los botones no me cubren._explico, sintiendo el calor trepando más arriba erizándome el cabello. Él sólo sonríe y me dice:
_Está bien ¿Puedes andar?
_Sí, no te preocupes. Puedes regresar a la fiesta._digo, empezando a moverme por el pasillo._me cambiaré el vestido y te devolveré la chaqueta enseguida.
_Por supuesto que eso no va a pasar._me paro en seco con su respuesta y me giro para verlo.
_¿Qué?
_Estás en shock._me dice._No voy a dejarte sola.
_No estoy en shock._retruco._Estoy bien._James me mira con una expresión compasiva y preocupada que muestra que en verdad no me cree. No estoy en shock, mis manos han dejado de temblar y soy plenamente consciente de lo que acaba de pasar._Y gracias..._susurro. Él no responde. Me mira a los ojos, creo que no sabe que hacer, así que simplemente pone las manos en los bolsillos y hace un gesto con la cabeza hacia el lado del salón.
_Vamos.
_Tengo que ir a ayudar con los fuegos artificiales._Trato de disuadirlo, pero él niega con la cabeza.
_No. Irás conmigo, vamos._ya ha hecho demasiado. Observo sus puños, se ven bien. James Alcott sabe dar buenos puñetazos, ¿alguna vez ha tenido que defenderse con las manos? Es algo más que me sorprende de él.
_¿Por qué...?_empiezo en su lugar. Quiero saber qué hacía él en este pasillo en el momento indicado para mí. Es mi ángel guardián, mi Darcy solucionando los problemas. No se si Darcy se hubiera ido a las piñas, pero sí que me hubiera dado su abrigo también. _No quiero ocasionar problemas._continúo en cambio._faltan unas horas para que la fiesta acabe,iré y...
_No empezarás a ser terca ahora, Lenore. Yo lo arreglaré, vamos._me hace otro gesto, esta vez con la mano para que le siga. Miro el final del pasillo, a donde debería haber ido si Michael Bomm no me hubiera atacado con sus asquerosos dedos, y dudo._ Vamos._repite mi amo. Y voy detrás de él.
Nos trasladamos sin ningún apuro por el pasillo curvo, pero no regresamos el salón de fiestas. Tomamos otro camino que nos lleva cerca de las cocinas, donde se empieza a oír el sonido ajetreado de los camareros entrando y saliendo y los utensilios de cocina chocando unos contra otros. Una camarera frena en seco cuando me ve a mí con el saco de mi amo y un aspecto horripilante: y él al lado, por supuesto.
_¿Dónde está Alexia?_le pregunta James. Le lanzo una mirada de advertencia que obviamente él ignora.
_Está en la entrada al salón, amo._parece que se está derritiendo porque él se dirige a ella y sonríe de oreja a oreja. Es una de las chicas que se estaba ensortijando las pestañas.
Cruzo los brazos y espero, haciéndome a un lado, más cerca de la escalera.
_Por favor, dile que venga ¿Cuál es tu nombre?_ahí está mi encantador amo, pidiendo por favor. La muchacha salta en una pata y la sonrisa le da vuelta la cabeza.
_Dina, yo soy Dina, amo._ruedo los ojos y suspiro mientras veo cómo se aleja al trote con la bandeja, girando la cabeza de vez en cuando para echar una miradita. Tal vez ya está como Elen, inventando películas.
_¿Ya puedo ir a mi habitación?_pregunto. Él sonríe y camina delante, sí, como amo en su casa, y baja las escaleras con soltura.
_No hace falta que bajes._le digo, caminando detrás.
_Lo haré._dice._Te cambiarás de ropa e iremos a mi habitación. _Frunzo el ceño mientras llego a la parte final del pasillo y abro la puerta. Después le echo una mirada curiosa.
_¿Por qué? Yo puedo quedarme aquí si no quieres que vaya a la fiesta._la conversación parece tan normal que mi frase suena a que sólo me ha prohibido ir a un baile. Como si fuera su hermanita.
_Quiero asegurarme que estarás a salvo._explica, apoyándose contra el marco de la puerta._No te preocupes, me aseguraré que Michael Bomm está fuera de mi casa y si quieres puedes regresar._lanzo una mirada a mi habitación casi vacía.
_Ya has hecho demasiado, James._observo sus manos tan cuidadas y luego subo las vista hasta los ojos. Las pestañas ensombrecen sus pómulos afilados._No puedes salvarme todo el tiempo.
_Tal vez es el destino y estoy condenado a salvarte por siempre._una sonrisa ladeada aparece en su rostro junto a un brillo particular en los iris.
_No quiero que me salven eternamente._le digo, a la defensiva. Y es cierto, si todo fuera diferente James no necesitaría preocuparse por mí de ninguna manera. No habría peligros ni injusticias.
_Eres valiente._trago y bajo la mirada a sus pies._Lenore...¿Él...te hizo daño?_ su pregunta es muy sutil. Si tuviera que responder diría que me hizo daño cientos de veces, Michael Bomm es lo opuesto a James. Es malo, le gusta golpear a las mujeres, busca pelea en todos los sitios y siempre está alcoholizado e irascible. Es el típico amo que pisotea a sus esclavos por tener un rango superior en la escala social. Pero esa no es la pregunta del hombre frente a mi.
_No._le digo. La voz emana en un hilo y no se si me ha oído._No lo hizo._pero faltó muy poco. Un escalofrío me recorre y me agarro de los codos. _Voy a cambiar mi ropa._digo, antes de permitir que él continúe preguntando. Me giro rápidamente y entro en la habitación. Me apoyo sobre la hoja de la puerta cuando cierro y suspiro.
Una lágrima resbala por mi mejilla y la limpio de un manotazo. No quiero pensar. Y no quiero que James me pregunte.
Quito la chaqueta y la huelo una vez más. El aroma no es suficiente ahora que estoy sola aquí adentro. Las imágenes me golpean precipitadamente y empiezo a sentir el dolor de las heridas.
Me duele mucho la nuca y el hueso del pómulo. Llevo los dedos a mi cara y tanteo, se está hinchando. Además mi brazo arde donde me golpeó el cuadro del pasillo y mis piernas están flojas y doloridas de repente.
Se me escapa un sollozo y arrojo la chaqueta sobre la cama antes de lograr que se moje con mis lágrimas.
Me siento sucia. Y ya estoy cansada, muy cansada de todo.
Me arranco el uniforme de esclava de forma histérica y lo pateo lejos cuando empiezo a refregar el cuerpo recordando las asquerosas manos de Michael Bomm sobre mí, otra vez.
No quiero que él me vea así. No quiero que me observé con lástima.
Tengo que ser fuerte. Soy fuerte.
Respiro hondo para lograr calmarme y me concentro en controlar el temblor en mis manos. Me coloco encima otro vestido y abro lentamente la puerta para asomarme por una rendija.
James no está afuera.
Saco un poco más la cabeza y lo veo murmurando junto a Alexia. Él estira el cuello y me sonríe de forma tranquilizadora. Le hace una seña a la mujer, que se marcha hacia las escaleras y se acerca a mí.
_Necesito una ducha._le digo. Me avergüenza decirle eso. Se que se ha imaginado cosas, a pesar de que por suerte no sucedieron y ahora me observa dudoso sobre mi respuesta anterior. Pero no puedo mirarlo a los ojos para que crea mis palabras, no ahora.
Luego de un momento dice:_Puedes usar la de mi habitación._aprieto los labios. No quiero usar sus baños, eso ni siquiera está permitido. Tomo coraje y levanto la mirada hasta la suya, de forma suplicante, sin importarme si aún tengo los ojos rojos. Pero no hay caso, no va a cambiar de opinión.
Tomo lo que necesito y voy detrás de él. Tomamos el camino rápido hasta su sala privada por la escalera de servicio.
James no dice nada, pero el silencio es cómodo y bien recibido. No tengo ganas de hablar ahora. Sólo quiero que la noche acabe.
Nada más entrar él me guía hasta la puerta de su baño, como si yo no hubiera estado aquí cientos de veces, y vuelve a echarle una mirada disimulada a mis pocas y viejas pertenencias. Intento ignorarlo y me meto dentro cerrándole la puerta en las narices. Se que no tengo que enfadarme con él, al final y al cabo, fue mi ángel salvador.
Pero quiero estar sola. Sólo quiero estar sola. A pesar de todo se me estruja el pecho al saber que fue él quien tuvo que verme así, como si esto manchara lo que soy para él. Es un pensamiento estúpido, por supuesto. No importa lo que James Alcott piense de mí, antes, ahora o nunca. Soy sólo una esclava.
Camino dentro del baño, que es más grande que el que usamos todas las esclavas, y más adelante la horrible imagen en el espejo me paraliza. Intenté verme presentable antes de salir de mi habitación pero era de pensar que era en vano.
Una mujer con ojeras huecas me devuelve la mirada en el espejo. El cabello está revuelto después de tantos tirones. El pómulo es un manchón violeta que se extiende por la ojera hasta el inicio de la nariz. Los labios se ven secos y partidos. Las marcas de los dientes de Michael Bomm están grabadas dolorosamente al costado del cuello.
Separo los botones del vestido y lo dejo caer, aunque ya vi las marcas en las piernas.
<<Maldita perra. No vas a volver a escaparte.>>
Una vez más, lo hice.
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Fairytale (Fairytale #1)
Romance"Todo es posible, todo es perfecto. Vive tu destino y se feliz en Fairytale" Fairytale es una nueva organización donde cada persona tiene un destino que cumplir, asignado desde el nacimiento por los Narradores. La sociedad está armada de modo tal qu...