Vernon Dursley nunca fue un hombre honesto, en un viaje por negocios contrajo una deuda con la mafia, y no encontró mejor solución que vender a su "fenómeno" sobrino político para saldarla.
Un matrimonio, un inesperado amor, un viejo amor y una trai...
En una construcción abandonada, un grupo de 7 magos y brujas estaban reunidos frente a una mujer - sra. Lestrange - dijo una mujer vestida de enfermera, a medida que su rostro y cuerpo cambiaban. - Black - corrigió la bruja. - ¿disculpe? - parpadeo sin entender. - Black, no Lestrange, el muy traidor me dejó y huyó con su hermano. ¡Se atrevió a disolver nuestro matrimonio! ¡me dejó a mí!, a mí que provengo de una Noble y Ancestral Casa de sangre pura - dijo entredientes con rabia. - eh, lo siento, a veces el amor no es correspondido... - ¿Amor? - comenzó a reír - ¡Qué ridiculo! Rodolphus y yo nos casamos para fortalecer lazos entre nuestras familias, fue una manera de garantizar su lealtad. Amor... no, el amor no existe es sólo un concepto burdo que crearon para anular nuestro potencial. - Oh, hum... conseguí sacar a los bebés de la Clínica como pidió mi señora. Necesito alejarme, las autoridades pueden encontrar a la verdadera enfermera y dar conmigo. Si fuese tan amable de darme mi pago por favor. - Muy bien hecho Mei Chang, has demostrado que no todos en tu familia son traidores a la sangre - respondió satisfecha. La mujer sonrió por el halago, Bellatrix se movió como felino hacia una mesa y tomó una bolsa que parecía contener dinero; Mei observaba con avaricia y la bruja oscura sonrió. - Tendrás tu recompensa Chang - dijo con voz melosa, y espeluznante para alguien tan retorcido. Abrió la bolsa y Mei gritó, algo dentro de esa bolsa absorbió toda su magia y fuerza de vida, el cuerpo quedó inerte sobre el piso de piedra. El grupo quedó horrorizado. - ¿Qué fue eso? ¿Por qué lo hizo? - preguntó una joven. La bruja la miró sin comprender, su mirada estaba algo vacía. - Le dí lo que merecía. ¡Ella se robó a los hijos de mi sobrino! ¡Pobre Draco! Debe estar muy triste - se lamentaba. - pero señora, usted fue quién se lo ordenó - un mago de cabello entrecano intervino. - ¿Selwin, cierto? - el hombre asintió - Eso no tiene nada que ver, ella atentó contra miembros de mi familia - miró en general al grupo - envío a mis adorables sobrinos nietos ¡envueltos en una funda de almohada! ¡Y dentro de una odiosa caja de cartón cómo si fueran gatitos! ¡Qué atrevimiento! Esos bebés son la próxima generación de sangre pura, puede que uno de sus padres pertenezca a una familia de traidores a la sangre, pero no llevan sangre muggle en sus venas - dijo con una sonrisa torcida y luego cambió su expresión a una abatida - Tuve que enviar por mis pequeños sobrinos, Draco no está bien, está confundido. ¡Ese adiestrador de dragones lo confundió! ¡Lo engañó! Yo criaré a estos niños, les mostraré el camino correcto, esperaremos por Draco. Confió en que mi sobrino reaccionará y volverá con los suyos.
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El silencio era palpable, nervios, miedo, las personas que estaban ahí con Bellatrix se lamentaban en su interior por no haber seguido el consejo de los hermanos Lestrange. Huyeron con el trío de mortífagos de los aurores, todos tuvieron que utilizar disfraces, verse más joven o más viejo, ninguno pretendía pasar sus días en Azkaban o ser alimento de los dementores. Ninguno sabía que hacer, supusieron que el Señor Oscuro habría tenido un plan de contingencia y Bellatrix como su comandante, su mano derecha, la segunda al mando, tendría que saberlo, ingenuamente pensaron que si se quedaban con ella saldrían bien librados del problema. Un misterioso mago de túnica con capucha, color naranja y tornasol, es decir azul violáceo, los llevó a un descampado y entregó un viejo libro con el símbolo de Grindelwald en la tapa y 3 trasladores internacionales, pensaron que debía ser alguno de los seguidores del señor tenebroso de primera generación, pero ahora comenzaban a dudar. Rodolphus discutió a los gritos con su esposa, finalmente disolvió su unión por incumplimiento de su contrato matrimonial, Bellatrix no había engendrado ningún heredero para la Casa Lestrange. Rabastan y Rodolphus Lestrange se exiliaron hacia las colonias, probablemente se radicarán en Nueva Zelanda o Australia.