Vernon Dursley nunca fue un hombre honesto, en un viaje por negocios contrajo una deuda con la mafia, y no encontró mejor solución que vender a su "fenómeno" sobrino político para saldarla.
Un matrimonio, un inesperado amor, un viejo amor y una trai...
Asami tuvo una extensa conversación con el director Motonaka Shinzu respecto a qué hacer con la idea de Harry, el director aconsejó que esperará terminar el año para hacer algún traslado, sin embargo, aceptó que los niños realizarán una evaluación de conocimientos para ingresar al siguiente año. También envío una carta a la directora de Hogwarts, ella fue menos condescendiente, si los niños comenzaban con el grupo de primero, debían terminar el curso completo, no admitiría que los niños fueran retirados antes de tiempo. Aunque la directora se mostró intransigente al principio, Asami luego de un viaje a Escocia logró convencerla de permitir a Harry y los niños presenciar el banquete de bienvenida, sumado a la experiencia del viaje en el Expreso de Hogwarts y el paseo en bote, aunque no fueran alumnos de la escuela.
De regreso en Tokio, Asami reunió a sus hijos en la sala de estar, Harry estaba sentado en un sillón individual y Asami en otro, los niños juntos en el grande. Asami comenzó por informarles sobre lo que implicaba asistir a Hogwarts, por alguna razón los niños habían confundido la invitación, como eso una invitación, es decir, ir a conocer dónde estudiaron de niños su papá y abuelos, luego regresarían a su casa. - Padre, no quiero dejar a mis amigos, sé que ahí estarían Drake, Lyra y Alphard, eso sería bueno, pero... si tenemos que hacerlo, yo tratare de... - Masaru intentaba mantenerse impasible, admiraba a su papá Asami, e intentaba parecerse a él. - No es necesario que digas más, puedo entender a lo que te refieres. ¿Ustedes? - preguntó a los otros 2. - Creo que puedo hacer subordinados, digo, amigos dónde vayamos - respondió Aiko - No me gusta la idea de estar prisionera en un viejo castillo, pero puedo adaptarme. Sin embargo, advierto que no permitiré que nadie trate de ordenarme, papi nos contó sobre las casas y las peleas que tuvo de niño. Si soy Ravenclaw, lo más seguro, no permitiré que se metan conmigo. - Querrás decir Slytherin - murmuró el menor. - ¿Decías otouto? - dijo Aiko. Koichi se congeló unos segundos, su hermana tendía a ser vengativa. - Nada querida Aiko-chan - sonrió con simpatía - Yo espero no estar en Slytherin si tengo que ir a Hogwarts, en realidad prefiero seguir en nuestra escuela - con una mirada adorable se dirigió a Harry - Papá, me gustan tus cuentos sobre Hogwarts, tus aventuras son mis favoritas, pero no creo estar listo para eso. Lo siento. - Niños, no van a pasar por lo mismo que yo, sería una experiencia diferente. El castillo rezuma en magia, es un lugar asombroso, yo pensé que les gustaría ir, pero si no quieren no están obligados - dijo Harry con una sonrisa triste. Los niños se veían incómodos y miraron entre sí. - Entonces, no van - Asami fue interrumpido por los niños. - ¡Papá, espera! - dijo Aiko - iremos un año, si no logramos acostumbrarnos, por favor ¿podemos volver? Harry se sorprendió y miró hacia Asami, quién guardó silencio unos minutos y cruzó sus manos, luego hizo su contraoferta. Después de discutir sus opciones, acordaron hacer un recorrido turístico, y pasar 15 días en Hogsmeade para que Harry rememorará sus días de escuela, luego regresaría a Tokio. Para Asami sería fácil no preguntar o proponer opciones a sus hijos, al fin de cuentas era su padre y debían hacer lo que él ordenara, pero recordaba lo mal que lo pasó de niño por las arbitrariedades de su propio padre, si podía evitar esas situaciones lo haría, claro que siempre se aseguraría que el resultado fuera a su favor.
Draco y Charlie se preparaban para el viaje, luego de conversar con Asami estuvieron meditando, por eso siguieron su ejemplo y hablaron con el director de la primaria a la que sus hijos asistían. Es cierto que quizás las cosas no sean como las recordaban, además, los niños podían no integrarse bien o asimilar el cambio, los niños no parecían muy de acuerdo con la mudanza, pero estaban curiosos por todas las anécdotas que los adultos de su familia contaban. La menor de los Weasley-Malfoy, Adhara Elaine de 5 años, era quién más preocupada estaba.
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