capítulo 29

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Nos vestimos rápidamente y fingimos estar dormidos. Escuché como la puerta se abría y me puse nerviosa.

– Están dormidos.–escuché decir a mi hermano.–Bueno, iba a llevarlos a comer...

– Puedes llevarnos a nosotros.–dijo Xiaojun. Aprovechado.–Y también les traemos algo a ellos.–alguno apagó la televisión

– Me parece buena idea.–habló Kun y se escuchó como la puerta era cerrada. Abrí un ojo y me aseguré de que ya no estaban. Golpeé a Kunhang y soltó un quejido.

– Me golpeaste justo ahí...–su voz se cortó y quise reír.

– ¿Quieres que te lo sobe?–bromeé.

– No me molestaría.–lo miré con los ojos bien abiertos.–Tú lo provocaste, ahora ayúdame.–me quedé en silencio. Mordí mi labio indecisa. Llevé mi mano y toqué su miembro, soltó un jadeo de alivio.

Metí mi mano en su ropa interior y lo acaricié directamente. Lo saqué y comencé a masturbarlo despacio. Sonreí a causa del gruñido que soltó y mordí mi labio.

– Bebé... Escupe un poco en tu mano, es doloroso si lo haces simplemente así...–hice lo que me dijo y pasé mi mano llena de saliva por todo su pene, lubricándolo. Maldijo en voz baja, continué con lo que estaba haciendo, disfrutando los pequeños suspiros que soltaba Kunhang.

Aumenté la velocidad de mi mano y gimió un poco alto. Sentí autosuficiencia, yo era la que lo estaba haciendo gemir, sonreí.

Un gemido ronco me anunció que estaba cerca y aumenté aún más mi velocidad. Gruñó mi nombre, corriéndose manchando mi mano y su camisa.

– Lo hiciste bien, princesa.–acarició mi mejilla y sonrió.–Ahora deja que yo te ayude.

Se quitó la camisa, limpió mi mano con ella y después la lanzó lejos. Me recostó y me besó, pasó su lengua por mi labio inferior, delineándolo. Bajó sus labios a mi cuello y dejó un pequeño beso ahí, metió su mano en mi pantalón y bragas, acarició mi clítoris y solté un gemido.

– Separa un poco las piernas, por favor.–susurró en mi oído. Comenzó a mover su dedo más rápido, escondí mi rostro en su cuello dejando salir algunos gemidos.–Usaré mi boca, ¿está bien?–sin pensarlo mucho asentí. Sacó su mano y bajó hasta quedar entre mis piernas, quitó mi ropa.

Me aferré a las sábanas cuando su lengua recorrió mis pliegues, mordí mi labio con fuerza que creo que sangró. Con su lengua jugó con mi hinchado clítoris y sentí un espasmo.

Dejé salir mis gemidos sin importarme que los vecinos me escucharan. Salté de la sopresa cuando metió un dedo, bajé la mirada, encontrándome con la sexy imagen de él comiéndome. Me miró a los ojos y sonrió.

Metió un segundo dedo y tiré mi cabeza hacia atrás, gimiendo alto. El sonido de sus dedos entrando y saliendo con rapidez de mi mojado interior me hizo excitarme más.

– Vamos, princesa, córrete para mí.–dijo la esa frase cliché de las historias eróticas, reí un poco. Sonrió divertido mientras metía otro dedo, cerré los ojos, dejándome llevar por el placer. Llegué a mi orgasmo gimiendo su nombre. Abrí un mis ojos, lo vi llevarse los dedos que tenía en mi interior a la boca y chuparlos. Se tiró a mi lado y me acercó a él. –Zhou, si te digo algo, ¿me creerás?–asentí.–Soy virgen.

Me levanté viéndolo con los ojos abiertos como platos. Rió un poco.

– ¿Y Dasu?

– Nunca pude hacerlo con ella porque siempre venías a mi mente.–pellizcó mi mejilla.–Esto que hice lo aprendí leyendo.–sonrió. Me volví a acostar a su lado y apoyé mi cabeza en su pecho.

– ¿Así que yo te quitaré la virginidad?–pregunté divertida, asintió.

– Tú eres la indicada.–reímos.

Vaya, había varias cosas que no sabía de Kunhang.

Promise | henderyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora