POV Bruno.
Estábamos en un pequeño bosque que quedaba cerca de nuestra casa, los niños habían querido salir y ni Abby ni yo teníamos corazón para negarles algo.
- Entonces... Chico malo y fumador, ¿Eh? -Abby me miró con una ceja alzada, ese niño bocón.
- ¿Quién, cariño? -intentar hacerme el tonto era una de mis alternativas. No molesten.
- No lo sé Bruno, dímelo tú.
Los niños estaban jugando enfrente, mientras Dylan, Abby y yo estábamos sentados en una manta lo suficientemente grande para todos. Dylan nos miró con la cabeza ligeramente inclinada a un lado y gesto de confusión. Debería ayudarme.
- Bueno, tenía que verme cul con él, tenía que respetarme. -se cruzó de brazos después de pasarle un bloque azul de plástico a Dylan- además tienes que aceptar que yo era muy cul.
- Bruno, todavía lloras por Steve, y en ese momento te preocupabas de llevarlo al veterinario cada mes sin falta, incluso me regañaste una vez por distraerte y no llevarlo.
- No metas a mi pato en esto, todavía duele.
Abby rodó los ojos y con una sonrisa juguetona, habló:
- Lo que quiero decir, es que no debes enseñarle eso a Alex, cariño.
- Bien, pero si ese niño no me respeta, te echaré a ti la culpa. -me crucé de brazos y con gesto enfurruñado murmuré- uno ya no puede decir nada porque de todo se quejan.
Dylan sonrío, quizá por mi rostro y aplaudió con sus dos manitas enfrente de su cara, mientras Abby quitaba mi gesto con un dulce beso en la mejilla, esa mujer podía conmigo, siempre fue así.
Tomé su mano y la besé mirándola a los ojos, entonces, escuchamos un par de suspiros delante nuestro y volteamos a ver de quién se trataba.
- Hacen taaan bonita pareja, Tete. -Tania sonreía con un brillo muy lindo en sus ojos.
- Tengo una pregunta abuelo... ¿Cómo supiste que te gustaba la abuela?
Miré a Alex con una ceja alzada, mientras él miraba a otro lado medio sonrojado medio incómodo. - Digo, Paty quería saber.
- Pero yo no... -Paty decía con el ceño fruncido antes de que Alex llegara a taparle la boca con su mano.
- Mejor dinos, ándale, ¿si?
Ignoré su gesto, pero luego le preguntaría por ello.
- Les diré, pero sólo si me dan la mitad de sus pedazos de pastel. -Enseguida escuché un coro de "aah" por parte de todos menos Dylan. Sonreí con suspicacia y crucé mis brazos esperando sus respuestas.
- No señor, no puedes comer tanta azúcar Bruno, lo dijo el doctor, ahora cuéntales sin pedir nada a cambio, viejo aprovechado. -Resoplé, descruzando los brazos, no tenía caso pelear, ella siempre ganaba; Así que comencé.
Sabía desde un principio que Abs era distinta a las demás, pero nunca lo noté más que el día en que la miré hablar con Andrés.
- Y no, no el que llega cada mes, niños. -Y seguí sin importarme mucho el sonrojo de Tania y la mirada un poco confundida de los demás.
Estaba sacando la basura de mi casa, mamá no paraba de gritar que nadie la ayudaba con los deberes de la casa y yo, como el gran hijo que soy, me ofrecí a hacerlo. Fue entonces, cuando voltee.
Ahí estaba ella, tan sencilla como siempre, hablando con un chico, no tenía el gusto de conocerlo (nótese el sarcasmo) , pero tenía cabello negro y tenía buena estatura y musculatura. Estaba riendo con él, mientras acomodaba un mechón de su largo cabello castaño detrás de su oreja y lo miraba con ojos soñadores.
No me di cuenta de lo mucho que apretaba la mandíbula hasta que me dolió y pude soltarla, un poco confundido me di cuenta también de mis manos estaban vueltas puños y mi ceño estaba fruncido, el ritmo de mi corazón también había aumentado, no entendía por qué.
Él se acercó más a ella y dejo un beso en su mejilla... ¡ELLA NO SE OPUSO PARA NADA! Pronto, me di cuenta de que empezaba a avanzar hacia ellos y paré.
Estaba confundido, ella y yo éramos buenos amigos, habíamos salido varias veces y ella conocía a algunas de mis ex novias (que no eran muchas, aclaro.), se reía de mis chistes, nos ayudábamos en la escuela, la acompañaba a su casa, sonreía cada vez que la tenía cerca y yo tomaba su mano cuando sabía que tenía un momento difícil, pero jamás habíamos pasado la zona de amigos y ambos estábamos bien con eso.
¿entonces por qué me dolía ver que no se apartó de él?
Mierda, no.
Jamás había sentido esto, digo, me había gustado gente antes, puedo asegurar que hasta me había enamorado, pero, ¿esto?
Era como si me quitaran la mitad de mi en un solo beso...y en la mejilla.
Ahí lo supe.
¿Estaba enamorado de ella? ¿Desde cuándo era así? ¿Como había pasado? ¿Por qué no lo noté antes?
Eran tantas preguntas, y yo solo conocía la respuesta a una.
Sí, estaba enamorado de ella.
- Así que ese día, fui hasta ellos, tomé a su abuela de la cintura, la besé y ese chico jamás se le acercó. -Les sonreí con orgullo, hinchando mi anciano pecho.
- Claro que no, ese día te vi y te metiste corriendo a tu casa agarrándote el cabello como un loco. -Volví a resoplar.
- Tú no ayudas, mujer.
- ¡JA! Eres un mentiroso. -El insolente, como lo apode desde que a los cinco años me sacara el dedo de en medio, sonrío con burla en los ojos.
- Por lo menos yo sí le dije a mi chica que me gustaba. -Hice hincapié en el "sí" y crucé mis brazos mientras él me sacaba la lengua- Ey, más respeto, muchacho.
Y así pasó la tarde, mientras yo peleaba con mi nieto y los demás sólo se reían de nuestras tonterías.
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¡Hey! ¡Capítulo narrado por Brunito bebé! <3
Espero que les esté gustando, recuerden votar y comentar si es que les gusta.
Espero volver pronto, con mucho lof, K.❤🤞
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Porque si no preguntas, no respondo.
Teen Fiction- Te pones muy sentimental cuando hablas de nosotros, pasita. Yo lo mato. Mis nietos rieron cuando oyeron el apodo que me había puesto, que no era para nada original, si se me permite decir... - Eres un viejo chismoso y feo, vete, déjame seguir con...