Capítulo 21. ¿Te puedo ayudar en algo, abuelo?

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POV Bruno

Alex se había encerrado en su habitación y no quería salir. Entró Tania a molestarlo y no funcionó. Entró Carlos a jugar con él y no funcionó. Entró Abby con una galleta y tampoco funcionó.

Cabe mencionar que Abby me miraba mal cada que podía, no me daba besitos y, de alguna manera, ya no había dulces en ninguno de mis escondites.

- Vas a entrar a ahí y le vas a ofrecer una disculpa. Además, le vas a ayudar a que esa niña lo perdone. ¿Cómo lo harás? No me interesa, pero lo vas a ayudar.

Suspiré y miré a Abby con ojos de cachorro.

- No va a funcionar, solo se te está colgando más la piel de los párpados.

Resoplé, pero cuando me miro con ojos de pistola, le sonreí tan grande como pude y asentí con fingido entusiasmo. Esto iba a ser difícil.

- No te veo yendo a ayudarlo.

Murmurando maldiciones, caminé hasta la habitación que el insolente compartía con otros de mis nietos cuando venían y entré sin tocar.

- Tania, ya te dije que no quiero comer, estoy pensando como puedo hacer que Amanda me perdone -un bulto en la cama me habló-.

Cerré la puerta detrás de mí y de la manera más sigilosa que pude, me acerqué a la cama. Respiré hondo y tomé la sábana que estaba cubriéndolo. Alex dio un brinco y me miró confundido por unos segundos, hasta que frunció el ceño y me miró con enojo.

- ¿Te puedo ayudar en algo, abuelo?

- No, de hecho vine a ayudarte yo a ti, inútil.

- Es increíble que después de lo que hiciste vengas a querer "ayudar". No quiero tu ayuda, gracias.

Negué con la cabeza, era cierto que yo había sido el causante de todo este alboroto. Tengo que admitir también que este no era mi plan original, en mi cabeza todo había tomado un rumbo diferente y con un mismo objetivo.

- Escucha, como alguien que la mayor parte de su vida la ha cagado, te conviene escuchar mi plan.

- ¿Sabes que le diré a la abuela que dijiste una grosería, cierto?

- Te lo debo por lo que pasó -me encogí de hombros-. Escucha, hijo. Sé que crees que solo quiero fastidiarte, que no confió en ti, que creo que eres un inútil...Pero, y escucha bien y con atención, porque de ninguna manera lo voy a repetir y menos enfrente de tu abuela; pero, sé que eres el tipo de chico que no dejaría ir a quien de verdad quiere, el que arregla las cosas, el que sabe que puede incluso antes de intentarlo. Mi intención con la apuesta no era otra más que te animaras a dar un paso con esa chica, lamento si todo se malinterpreto de tal manera. Pero esta es la cosa, tienes que luchar por ella, sin importar que tanto se burle la gente, que tanto te digan que no podrás, que tanto te rechace. Si es lo que de verdad quieres, si eres bueno para ella y estas dispuesto por y para ella, entonces hay que enmendar las cosas.

Alex me miró por unos segundos hasta que se sentó, tomó un par de tenis que tenía debajo de la cama, fue hasta una cajonera que tenían para cuando vinieran de visita y sacó un par de calcetas también, con rapidez se puso ambas cosas, todo bajo mi atenta y confundida mirada.

- ¿Me vas a dejar hablando solo? Sé que me equivoque y que todo salió mal, pero ¿Has escuchado eso de "respetar a tus mayores", inútil?

- Deja de quejarte y acompáñame a comprar algunas cosas abuelo, tengo que recuperar a mi chica.

Con una actitud renovada, Alex salió del cuarto. Sacudí la cabeza y me puse de pie, sintiéndome todo un ganador.

- Cariño ¿A dónde vas? Si tu abuelo te dijo algo solo dímelo y yo lo pellizco hasta que...

- No, Tata, está bien, tenemos que salir el abuelo y yo ¿está bien?

- S-supongo que sí -Alex asintió como agradecimiento, le dio un beso a mi Abby en la frente y salió de la casa. Abby me miró con confusión, solo pude encogerme de hombros una vez más, robándole un beso- Más te vale que lo que sea que estén planeando funcione, Bruno Gallardo.

- No prometo nada, pero créeme que lo intentaremos. Te amo.

Y seguí a Alex.

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- ¿Cómo me convenciste de hacer esto? Me veo ridículo. Debí dejar que te quedaras soltero de por vida.

- Te sentías culpable por quitarme la oportunidad y quisiste ayudarme con esto. Deja de quejarte, ya casi termina el entrenamiento -acomodó mejor el ramo de flores y el libro de aventuras que había hecho-.

Resulta que la chica es fan de Disney. Específicamente se vuelve loca con la película Up. Sí, esa donde el viejo amargado viaja hasta el fin del mundo, acompañado por un niño chino y gordito. Alex sugirió que nos vistiéramos de los personajes para que fuera tierno, yo sugerí que le comprara la película y ya estaba.

Alex usó mi culpa en mi contra.

Alex usó mi culpa y a mi esposa en mi contra.

Alex ganó.

¿Y adivinen quién soy? Sip, soy Russell.

- Cariño, sonríe un poco, esto es por ayudar a Alex.

- Abby, si estuvieras vestida de exploradora cargando una mochila innecesariamente grande, entenderías mi cara.

Habíamos tardado dos días en conseguir todo lo que Alex necesitaba para pedirle una disculpa como Dios manda a su chica. Después de eso, el condenado chamaco nos había llevado a todos al campo de nuevo para que le confirmáramos la historia a Amanda.

Pasaron unos minutos hasta que Alex logró ver a Amanda entre la gente. Caminamos todos juntos hasta llegar a donde estaba. Hablaba con un chico más bajito que ella y bebía agua de una botella para cuando nosotros llegamos.

- Manda, soy yo ¿podemos hablar?

Amanda se ahogó con el agua y se despidió del chico con un movimiento de cabeza, mirándonos incrédula.

Se acercó hasta la chica con ambos regalos en un brazo y tomándola gentilmente de la mano, la llevó hasta un lugar alejado de nosotros. Tardaron un poco de tiempo en volver, pero cuando lo hicieron, Amanda tenía en sus manos ambos regalos y estaba sonrojada.

- Bien, abuelo, te toca a ti.

- ¿Tengo que hacer esto? ¿De verdad? -miré a mi esposa con súplica en los ojos, pero solo negó con la cabeza y me indico que lo dijera.

- Abuelo, estamos esperando -suspiré y le sonreí a la chica.

- Hola, buenas tardes. Mi nombre es Bruno y soy un guía explorador de la Tribu 54, guarida 12. ¿puedo ofrecerle una disculpa, señorita?

Todos estallaron en carcajadas.

Me crucé de brazos, aparentemente enfurruñado; aunque por dentro, estaba más que feliz de poder ayudarle a Alex con esto.

Después de todo, cuando me vaya, quiero irme sabiendo que los dejé bien.

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Me encantó escribir esto <3

Espero que les esté gustando, no olviden votar y comentar.

¡Nos leemos luego!

Con mucho lof, K. 🤞❤

Porque si no preguntas, no respondo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora