- ¿Qué cuánto me duele? Jodido imbécil...
- ¡Bruno! -Me miró mal a lo que yo simplemente sonreí como la chica inocente que era.
Ahí, sentado en el césped, me miró.
- Esto es, en parte, culpa tuya...
- ¿Mía?, Yo solo estaba viéndote jugar cuando la pelota se estrelló en tu cara y ese, mi querido amigo, no es mi problema. -dije con una expresión un tanto altanera, se tocó el pecho del lado del corazón e hizo una mueca de dolor, puedo asegurar que mi cara cambio a una de preocupación- ¿Qué pasa?, ¿Te duele?
- Es que...tú...me dijiste amigo. -en ese momento se escucho un coro de "ooh" y me di cuenta de que varios nos estaban rodeando- eso no se hace cuando probablemente me rompí la muñeca, y todo por estar observando lo hermosa que te veías ahí sentada.
Me puse roja como un tomate, aunque no entendía cómo no estaba quejándose del dolor y solo hacía muecas, digo, se había roto la muñeca, ¿Cómo no le dolía?
- Eres un tonto si crees que puedes conquistarme rompiéndote la muñeca -cruce mis brazos a la altura de mi pecho y eleve una ceja mientras veía como lo subían a una camilla y lo llevaban a una enfermería- No soy tan fácil.
- ¿¡qué!?, ¿Cómo que después de esto no me darás el sí?, eres cruel Abigail. ¡ERES CRUEEEL! -gritó mientras lo alejaban poco a poco del campo.
- ¡CRUEL ES BUENO! -grité de vuelta y me reí mientras comenzaba a caminar detrás de él y le hacía señas a Eve de que me esperara, ella seguía riendo y me levanto el pulgar en respuesta.
Había pasado una hora y media cuando por fin me habían dejado pasar a ver a Bruno...y sí, seguía repitiéndome que debía darle el sí.
- Oh, vamos, acepta que esto -me mostró el cabestrillo azul donde estaba apoyado su brazo ahora enyesado- me hace ver más cool.
- No, Bruno. Te hace ver como un tonto que no sabe cuidarse solo. -dije con los brazos cruzados y una expresión seria en el rostro, contuve la sonrisa mientras veía como abría la boca indignado e intentaba cruzar sus brazos también, pero el yeso se lo impedía y en su lugar ponía cara de dolor- ¿ves?
Volteo su rostro al otro lado de la habitación y tocándose el pecho de manera dramática, dijo:
- Vete Abigail, tú solo me lastimas.
Rodé los ojos y me acerqué a la camilla donde estaba recostado.
- Esto no es como las novelas que ve Doña concha, ¿eh?
- Y encima, crees que estoy actuando mi dolor, por Dios, ten un poco de compasión por el pobre lisiado aquí acostado y trátame aunque sea un poquito bien... -esto lo dijo mientras ponía una mano en su frente y ponía expresión de angustia y dolor- Ah, y deja de meter a mi abuelita en esto, por favor.
Ok, tú y yo estamos de acuerdo en que esto era demasiado, ¿no?, pero decidí ser buena persona con él y darle un poco de cariño.
No me malentiendan, no lo trataba mal, Bruno me gustaba, pero quería ver hasta donde llegaba con tal de conquistarme.
- Bien, te daré un beso donde yo quiera, pero necesitas cerrar los ojos y no moverte para nada.
Aplaudió como niño pequeño y se recostó mejor.
- Por favor que sea en los labios, por favor que sea en los labios -lo oí murmurar mientras cerraba los ojos y paraba un poco los labios.
Escondí una risa aclarando mi garganta y me acerqué poco a poco a su rostro. Toqué con mi nariz la suya y le robé un suspiro, me acerqué un poco más y finalmente...besé su nariz. Me alejé de su rostro y de la camilla para ver su reacción.
- Sigo esperando mi beso, muñeca. -rodé los ojos por tal apodo, me reí.
- Iluso.
Me acerqué a un sillón que estaba a un lado de la habitación y me senté en él mientras oía a Bruno moverse en la camilla.
- ¿qué?, ¿eso fue todo?, ¿enserio? -sonreí inocentemente mientras cruzaba mis piernas y lo miraba con expresión juguetona- Eso no es justo, tú me dijiste que me besarías.
- No, yo dije que te besaría donde yo quisiera.
- Esto es el colmo, no, yo quiero mi beso en los labios. -intento cruzar sus brazos de bueno pero no pudo por lo que simplemente me miró con el ceño fruncido- es porque estoy lisiado, ¿no?
Suspiré y formé una sonrisa maliciosa.
- Entonces, del uno al diez, ¿Qué tanto te dolió?
- Ese día su abuelo se indignó mucho conmigo, niños, así que nunca le mencionen eso si quieren estar en santa paz con él.
- ¿Entonces el abuelo se lastimó por estar viendo lo bonita que eras, abuela? -preguntó Paty.
- Lo bonita que sigue siendo, cariño. -Bruno llegó por detrás de mi y me dio un beso en la mejilla, oí a las niñas suspirar y a Alex haciendo arcadas- Cállate, zopenco, de no ser por ti, seguiríamos disfrutando del día de campo.
- ¡BRUNO! -lo pellizque mientras lo veía con el ceño fruncido, le encantaba discutir con Alex, parecían un par de niños y déjenme decirles que a este último, le encantaba sacarle canas verdes a su abuelo.
Alex con actitud indiferente, frotó su mano en su ropa, sopló en ella y poco a poco formó una sonrisa maliciosa.
- Entonces, Tete, del uno al diez, ¿Cuánto te dolió?
Ahí vi las orejas de Bruno ponerse rojas.
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¡Hey! ¡Volví!
Han pasado varias cosas y no pude subir más, pero aquí estoy, quizá actualizaciones mas lentas, pero al fin actualizaciones. Recuerden votar y comentar <3
Con mucho lof, K.🤞❤
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Porque si no preguntas, no respondo.
Teen Fiction- Te pones muy sentimental cuando hablas de nosotros, pasita. Yo lo mato. Mis nietos rieron cuando oyeron el apodo que me había puesto, que no era para nada original, si se me permite decir... - Eres un viejo chismoso y feo, vete, déjame seguir con...