Capítulo 7 ¿Siempre son así?

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- Es que siempre me estás pellizcando, y no me das amor mujer, a mi me tienes que dar amor.

- Serás bruto, pudo pasarle algo a Carlos, cabezota.

- Pero no le pasó...

Di una palmada a mi frente y le pedí a Diosito que me diera paciencia, pues me dio un esposo muy necio.

Tania nos observaba divertida mientras Bruno barría el azúcar que había caído en el piso, yo había recogido los pedazos de mi frasco de azúcar y Tania había terminado de limpiar a Carlitos.

- Tata, iré al súper mercado, compraré azúcar.

- Mi niña, no vayas tú, que vaya Bruno, a fin de cuentas él fue el culpable de todo este desastre, además, le hace falta hacer ejercicio, lo dijo su doctor.

- ¡Ya nos exhibiste!

- Cállate, cualquiera lo nota, viejo descuidado y gordo. -Le guiñe un ojo a Tania quién solo negó con la cabeza sonriendo.

Bruno soltó la escoba y me miró con los ojos entrecerrados.

- Acepto que me hayas hecho un mandilón, que por tu culpa me quebré la mano, que me hagas tratar bien al insolente aquel, ser tu chacho...pero llamarme gordo, eso sí que no.

- Sigue barriendo o le digo a Brendita que fuiste tú quien causó el accidente de Alex.

Negando con la cabeza tomó la escoba y siguió mientras murmuraba maldiciones.

- En fin, iré yo, solo cuida a los niños un momento, Tata, ya regreso.

- Con cuidado mi niña, no te tardes.

Oí que se cerró la puerta principal un momento después y me dirigí a la sala con los niños a ver un momento la televisión.

Al poco rato se nos unió Bruno, quién seguía fingiendo estar molesto conmigo.

Estábamos concentrados en ver una película que casualmente pasaban en la televisión, cuando escuchamos unas risas por la ventana que estaba en la sala.

Alex era el más cercano a esta y se estiró un poco intentando no mover mucho su pie y después de lanzar un silbido nos miró con una sonrisa maliciosa.

- Abuelo, creo que te encantará ver esto.

Bruno frunció el ceño y se levantó a observar por la ventana.

Poco a poco vi como su expresión cambiaba a una de molestia y tomando una lámpara que se encontraba en una mesa al pie de la ventana, se aproximaba a la puerta.

- Este jovencito aprenderá a no meterse con mi nieta... -Escuché la puerta abrirse y ahí reaccioné, bajé a Dylan al piso y me encaminé a la salida.

- Alex, cuida a tus primos por favor.

- No prometo nada...

No le respondí nada y salí a ver que estaba pasando.

Mi querido esposo estaba amenazando a Toño, nuestro vecino, con la lámpara que anteriormente había tomado de la sala con Tania detrás de él cubriendo su rostro con ambas manos en señal de vergüenza.

- ¿Pero qué está pasando aquí? -Miré a Bruno, pero él estaba mirando con ojos entrecerrados a Toño.

- Este muchachito está de lujurioso con nuestra niña, mete a Tania a la casa, pasita, esto se va a poner feo.

Otra vez ese apodo, carajo, ¿no tenía más en su repertorio?

- Abuela, Toño y yo solo estábamos platicando aquí cuando de pronto salió el abuelo diciendo que: "Alejara sus sucios y lujuriosos ojos del cuerpo angelical de su nieta, que ya había visto sus intenciones" -Habló Tania mientras me veía entre los dedos de las manos que cubrían su rostro.

- Es cierto, Abby. -Agitó la lámpara a manera de espada y picó a Toño- ¿Crees que no sé lo que quieres con ella?

- ¿Yo?, Señor Gallardo, yo solo estaba conversando con su nieta, yo no quería...

- Entonces estás diciendo que mi nieta no tiene potencial para salir con nadie. -Decidí no interferir, esto era gracioso.

- ¡Abuelo! -Tania estaba demasiado sonrojada y yo a lo lejos podía oír las risas de Alex.

- ¿Qué?, N-no, ella es muy linda, de hecho, y-yo venía a...

- ¡Ajá! Así que aceptas que venías a usurpar su tesorito.

Toño se sonrojó demasiado y empezó a rascar su brazo mientras Bruno aún sostenía la lámpara apuntándolo.

- ¡NO!, Y-o no haría algo así, y-yo solo venía a invitarla a ver una película.

- Muchacho, no me vengas con ese cuento, esa mentira yo la invente, nadie ve la película, mira que Abby y yo...-Momento de intervenir, me acerqué a Bruno lo más rápido que pude y lo jale del suéter que traía puesto.

- Bien, querido, es hora de entrar, los muchachos no están haciendo nada malo; déjalos hablar.

- No, este muchacho va a corromper a nuestra Tania.

- Tania sabe cuidarse sola, no va a darle su tesorito a nadie.

Miré a Tania que no podía estar más roja y luego a Toño que estaba igual o peor y a manera de disculpa, intenté meter a Bruno a la casa.

- Lo siento cariño, ya nos vamos.

- No, que nos vamos ni que ocho cuartos; no van a ningún lado jovencitos.

Aproveché ese momento para quitarle la lámpara a Bruno y picándolo, comencé a empujarlo hacia la casa.

- ¡Atrás Bestia, atrás!

- ¡Ay! Abby, solo estoy cuidando a nuestra niña... ¡Ay!, ¡Ya voy, ya voy!

Escuchando las risas de fondo de Alex, me aseguré de meter a Bruno y me volteé a ver a Tania y Toño.

- Tienes mi permiso de ir a donde quieras, cariño, pero ten mucho cuidado...ah, y de regreso traes el azúcar, ¿sí? ¡Gracias!

Cerré la puerta y me apoyé en ella, cuidando que Bruno no volviera a salir, pues estaba asomado en la ventana.

- ¿Siempre son así? -Escuché que Toño se aclaraba la garganta y algunos pasos antes de comenzar a escuchar que se alejaban poco a poco charlando.

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Me encanta la pareja de Bruno y Abby <3 Amor eterno a esta pareja...

Espero que les esté gustando :3

Nos leemos pronto.

Con mucho lof, K.🤞❤

Porque si no preguntas, no respondo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora