Epílogo

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- Y Dylan ya camina bien y habla bien, ¿Sabías que el otro día me persiguió para quitarme una paleta? Fue horrible Abbs, Alex lo está entrenando para estar en contra mía, lo sé.

Sacudí un poco mis pantalones, quería terminar de contarle todo, habían pasado bastantes cosas desde la última vez que vine y un poco de polvo no me iba a detener.

- Ojalá hubieras visto a Tania competir en eso del fútbol, es increíble cómo descubrió que le gustaba. Esas vacaciones a las que me obligaste a ir rindieron sus frutos. Una vez que Tania le pegó con el balón en la cara a Alex, ya no hubo fuerza humana que la detuviera.

Solté una risita, mi nieta había cambiado un poco, se había hecho más dura con el tiempo, estaba comprometida con el deporte y había terminado con Toño. En el fondo, sabía que estaba enojada y triste; y esa era su manera de demostrarlo.

- Ay, Abby, Renata y Paty están en una escuela de ballet. Se ven hermosas cuando están bailando, Paty es muy modesta y dice que no lo hace bien, pero es increíble, bueno, ambas lo son -inquirí después de sentir la brisa suave del viento acariciarme el rostro-. Bruno Jr. se cortó parte del dedo el otro día, es igual de tonto que yo, lo hubieras visto lloriquear. Fue tan divertido.

Suspiré.

- Y te extrañamos Abby, todos lo hacemos.

Acaricié con cariño la tumba donde descansaba mi esposa.

Año y medio después de hacer el famoso viaje, Abby había sufrido otro infarto. Y esta vez no pudimos hacer nada. El 23 de mayo una parte de mi corazón se fue junto con ella.

La verdad es que mentiría si dijera que recuerdo todo con claridad, parte de ello está borroso. Un segundo estábamos desayunando después de que entré de arreglar la llave del agua del patio y al otro estábamos en una ambulancia camino al hospital. Cerré los ojos mientras sentía otra corriente de aire acariciarme el rostro. Durante mucho tiempo estuve tan triste, no podía comer solo porque no estaba ella, en mi cumpleaños nadie estuvo para contar un año más conmigo, en navidad nadie me escondió los dulces que regalaban en la tienda (y que yo comía en secreto después de encontrarlos), en año nuevo nadie se puso roja después de besarla enfrente de toda la familia. Aprendí a cocinar mejor y a lavar la ropa sin hacer un desastre con el jabón, aprendí a recordar pagar las cuentas yo solo, ya que mi Abby siempre me ayudaba y acompañaba con eso. Aprendí a regar las flores del jardín y a lavar los platos después de cada comida.

La extrañaba tanto, cada que llegaba de algún mandado a nuestra casa, esperaba verla salir de la cocina con un vaso de Coca-Cola bien frío para mí, cada que comía de más esperaba oírla regañarme, hice tantas cosas esperando verla, oírla, tocarla una última vez...

Pero nunca regresó.

- El inútil está clavado con Amanda, ¿la recuerdas? La chica por la que me vestí de Russell -inquirí, seguido de un ataque de tos-. El otro día llegó a la casa todo sudado y frustrado porque ella se había enojado con él y no sabía qué hacer. Ahora solo estamos esperando el resultado de su disculpa, Abby. Estarías orgullosa de mí.

La noticia de su muerte viajó rápido, Evelyn no podía creerlo incluso cuando estaba en el funeral. Ben no dijo una sola palabra hasta una semana después. Carlitos no paraba de preguntar por su "Tata", Paty y Renata no paraban de llorar cada que hablaban conmigo, Dylan estaba inquieto pues quién lo consentía más que nadie ya no estaba, mis hijos no ponían un pie en la casa sin que se les formara un nudo en la garganta y salieran con los ojos llorosos, Alex no me molestó una sola vez en todo un mes y mi Tania...Tania fue la más afectada, no habló con nadie por un mes completo y lloraba todo el tiempo, faltó a la escuela en más de una ocasión y la encontramos en el cementerio sentada junto a la tumba de su abuela.

Porque si no preguntas, no respondo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora