Capítulo 24 ¿Aún así lo haremos?

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Me limpié las lágrimas con las manos temblorosas. Esto no podía estarme pasando.

A Bruno le habían detectado cáncer de pulmón cuando era un niño y de inmediato lo habían tratado. Con el paso del tiempo el cáncer se fue y pudo vivir tranquilo por un corto periodo de tiempo. Sin embargo, regresó para nunca irse.

Cuando estábamos en preparatoria lo volvieron a detectar en una de sus revisiones, no obstante, Bruno no quiso decirle a nadie que no fuera parte de su familia, hasta que conoció a Ben. Quién poco a poco asimiló la noticia y se quedó a lado de Bruno, hasta ahora.

Mi esposo no quiso recibir un tratamiento "especial", él solo quería vivir su vida como cualquier otra persona, aunque intentaba cuidarse un poco (excepto por los dulces); hasta que me conoció a mí. Le di la esperanza que necesitaba y de alguna u otra manera, logró vivir todo este tiempo a mi lado. El día que no llegó a nuestra cita, por la tarde, su padre le llamó para avisarle que le habían programado una cirugía para ver si se podía extirpar de alguna manera, estuvo 2 meses en recuperación, hasta que por fin pudo levantarse de la cama y seguir su vida, por eso nos separamos. Me buscó de nuevo y aquí estamos. Todo esto sin darme cuenta. No me quiso decir nada porque él creía que todo saldría bien y esta sería sólo otra piedra en el camino, sin embargo, la llamada que había recibido era de su doctor. Ya se imaginarán las noticias que eran.

Para Bruno las cosas no pintaban bien, le daban de dos a tres años de vida más. Por eso me lo decía hasta ahora.

- Perdóname, Abby, no quise preocuparte.

- ¿No crees que me habría gustado estar ahí cuando pasabas por momentos difíciles? Sostener tu mano, como tú lo hiciste conmigo cuando me dio el infarto.

- No creí que quisieras una vida preocupada por un enfermo que a final de cuentas, va a morir.

Negué con la cabeza mientras más lágrimas resbalaban por mis mejillas. Furiosa, lo pellizqué y lo obligué a mirarme.

- ¿Te parece que he sido infeliz en mi vida? Eres un idiota por creer algo así, yo habría estado ahí, cada segundo de cada día, para hacerte reír con mi torpeza y recordarte los días buenos. Pero no, con tu complejo de superhéroe nadie puede competir. Vamos a hacer esto juntos de ahora en adelante, iremos a tus citas con el doctor juntos, vamos a ver qué podemos hacer para cuidarte más y por favor, por lo que más quieras en este mundo, ya no me ocultes nada, ¿sí?

Incrédulo, me tomó las manos, me besó y abrazó tantas veces que no pude contarlas.

- Creí que estarías muy enojada, estaba tan asustado de pasar por esto yo solo. Gracias, Lirio. Por nunca dejarme y aun cuando te oculte algo tan importante como esto sigas conmigo igual de firme que el primer día. No sabes lo mucho que te amo.

Sonreí, aún con los ojos llorosos y las manos temblándome.

- Pero el viaje sí lo vamos a hacer, así que vamos a hacer maletas, cariño.

- ¿Aun así lo haremos? Creí que después de lo que te dije, querrías quedarte.

- Dime que no quieres tener un último viaje con toda tu familia, ahora más que nunca debemos hacerlo, además, quién sabe cuántas locuras de ancianos podamos hacer.

- No lo sé, Abby...

- Te compraré una bolsa nueva de dulces, si vamos.

- Me convenciste desde las locuras, pero no quería verme tan facilote. No soy de esos.

Se levantó de la silla y se fue de la cocina con una mano en la cintura y la otra en el pecho. Solté una carcajada y recogí la cocina. Verifique que todo estuviera apagado, cerrado y limpio, antes de escuchar a Bruno gritar algo sobre su traje de baño. Negué con la cabeza y salí de la cocina, dispuesta a ayudar al desastre andando que era mi esposo.

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- Bruno, ya es hora, amor. Despierta, hoy es el gran día.

- Son las 6 de la mañana mujer, nos dormimos hasta las 2 haciendo maletas. ¿Podrías darme unos minutos más de sueño, por amor a Juan Gabriel?

Rodé los ojos y me dirigí al closet que teníamos en la habitación. Cuidando no hacer mucho ruido, saque un bombón cubierto de chocolate que tenía guardado para emergencias. Me acerqué a Bruno y le puse el bombón debajo de la nariz.

Mi esposo poco a poco se fue despertando, intentando alcanzar el bombón con la boca, cuando lo quiso agarrar con la mano fui más rápida y lo acerqué a mi boca sin comerlo.

- Eso es muy sucio, incluso para ti, Abby -inquirió mirándome con los ojos entrecerrados-. Dame un poquito aunque sea.

- Esto podría ser tuyo si levantas ese trasero flojo de la cama y vas a darte un buen baño para espabilarse.

Rodó los ojos, pero murmurando maldiciones hacia su obsesión con los dulces se levantó del colchón y se señaló a sí mismo. Retrocedí unos pasos por si se quería pasar de listo e intentaba robarme el dulce.

- Listo Abby, ahora, dame chocolate.

Sonreí con malicia y me comí el bombón de una sola mordida.

Bruno abrió la boca, incrédulo.

- Eso no es justo, no señor.

- Eso fue por ocultarme lo de anoche. Ahora a bañarse, que se nos hace tarde.

- Cásate, decían, serás muy feliz, decían...

Solté una risita mientras veía a Bruno caminar hacia el baño, tomando ropa y su toalla en el proceso.

Después de 20 minutos apurando a Bruno, guardando cosas de último momento, desconectando electrodomésticos por si acaso y cerrando puertas y ventanas, estábamos metiendo las cosas en el auto de la familia de Erika, nos tocaría irnos con ellos, como eran pocos, nos harían un espacio.

- Pido la ventana, abuela.

- Está bien, Alex. Solo no pongas música en tus audífonos muy alta, ¿eh? O te los voy a cortar.

- No, en las ventanas vamos tu abuela y yo. Y no está a discusión, así vamos a caber mejor, inútil.

- Papá, te he dicho que no le digas así a Alex...

- Es imposible, la tentación me gana, lo siento cariño -mi hija mayor negó con la cabeza y luego se dirigió a su esposo para ver que todo estuviera correcto y poder irnos de una vez-.

- Déjalo, mamá, él sabe que si se va en medio no vamos a caber todos.

- ¿¡ME ACABA DE LLAMAR GORDO OTRA VEZ!?

Bueno, este sería un muy largo viaje.

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Pude darme un tiempo para escribir y aquí el resultado, extrañaba esto.

Hemos llegado al último capítulo de esta historia :') Claro, aún me falta el epílogo.

Espero que les haya gustado <3 Nos leemos luego 😊

Con mucho, mucho lof, K.❤🤞

Porque si no preguntas, no respondo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora