Venganza

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Venganza

Inuyasha...

Es su pelea no la mía, no debo meterme aunque quiera, a pesar de que ella este en desventaja, no me meteré ni la ayudare sólo me cargue a Kikyo ese era mi deber.

Kagome recibe una cortada en el abdomen pero no se hecha atrás, es más. Con más fuerza ella contra ataca logrando herir sólo el hombro ya que sus otros ataques eran bloqueados por la espada que con el choque de las garras contra el metal sobre salían chispas.

-No puedo dejarlo así-susurró al aire.

Bankotsu patea a mi azabache golpeandola contra el muro, eleva su espada con una gran sonrisa; de un salto destrozó el cristal de la ventana desenfundando mi espada contra la de este gusano, nuestras espadas chocaron provocando unas ondas de energías opuestas.

-oye...-dobló mi mirada a la azabache, ella me mira algo molesta.

-es mi pelea... no te metas-replicó, sonrió arrogante.

-entonces llévate a mi víctima, a quien mató a tu amiga y te envío a este insecto-bankotsu atacó con su espada, mientras yo la bloqueo con mi colmillo de acero.

-Naraku entonces, cuidate-la felina salió por la ventana, ambos nos miramos con fuego en la mirada, nos destruiriamos mutuamente pero sólo uno saldrá Vivo.

-cuando encuentras una mujer así es imposible dejarla no?-dijo el pervertido.-yo estuve buscandola por todos lados... nunca pude quitárselo de la cabeza, tenerla de nuevo entre mis brazos mientras la violó salvajemente... es maravilloso-mi mirada busca la manera de matarlo, la sangre me hierve, oi, esa chica se volvió algo tan fuerte para mi ¿como?.

-pues tienes que verla cuándo quiere de verdad-sonreí, abrí más mis piernas mientras me posicionaba para atacar con mi espada.

Empezamos a pelear, nos lastimamos mutuamente pero yo tengo una ventaja que él  no, yo soy un mitad bestia y sólo un sucio humano. Con agilidad y muy rápido golpeó su espada partiéndola a la mitad, sin embargo el filo de la mía sigue entrenándose en su cabeza bajando a su cuello, una muerte instantánea y muy hermosa a mis ojos.

Corrí por los tejados encontrando los signos de la lucha de Naraku y Kagome, el olor a sangre de ambos se siente en el aire pero ellos ya no están aquí, percibo sus presencias encontrando a Kagome en el suelo semi consiente y el cadáver de Naraku a un metro, pobrecita mi pequeña Neko tan fuerte y frágil; la pasó muy mal y no me gustaría que le vuelva a pasar.

La recogí del suelo y como alma que lleva el diablo corro a mi casa, necesito atenderla, bueno mi padre porque de medicina no se ni j.

***

Kagome...

Abro los ojos, me duele mucho el cuerpo. Puedo sentirlas, a las heridas recientes y frescas esta habitación la conozco es la que yo habite en la casa de ese perro Pulgoso, me incorporó un poco sintiendo una herida abrirse, la puerta se abre dejándolo entrar a él.

-tus heridas son recientes, aún no puedes moverte-Inuyasha me recosto nuevamente, mis fucsias se encontraron con sus dorados, siempre tan bello y arrogante.

-te odio-digo, el sonríe más y dejar en mis labios un suave beso que no me da tiempo de seguir.

-eso dices tu princesa, tu madre esta aquí... dice que te llevará cuando te recuperes, y como vas mirándote rápido serán tres días-me mostró tres de sus dedos, mi madre esta aquí.

Asesinos Profesionales [Inuyasha] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora