Capítulo 1: Gowther

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Antes de empezar quiero hacer un pequeño aviso. El cómo aparecerá Gowther será de acuerdo al anime porque más gente lo conoce y porque es la versión que más me gusta. Disfruten.

En cuanto volvieron a la taberna ataqué con mi propuesta, quería trabajar con ellos. Meliodas, el líder, aceptó y me contrató como artista oficial del Sombrero del Jabalí. Es así como los acompañé en la búsqueda de los siguientes pecados. La primera fue Diane, el segundo Ban y el siguiente King.
Mi momento favorito fue cuando apareció Gowther. Hace pocos días habíamos recuperado a Gideon, el tesoro sagrado de Diane. Yo estaba sobre el tejado preguntándome que pecado seguía. ¿Merlín?¿Escanor?. Prefería que fuera Gowther. Se me hacía tan misterioso, deseaba con muchas ganas saber lo que se ocultaba tras esa armadura. Ponía mis manos al fuego creyendo que era alguien grande y fuerte. ¿Era posible que se tratara de una raza que aún no había visto?.

- (Nombre), ¿te quedarás allí parada o vendrás con nosotros? - Gritó Ban

- ¿Quedarme? ¿A dónde van? -.

- Creemos que Gowther está cerca -.

Me sorprendí muchísimo. ¿Tenía poderes de hacer realidad lo que se pasaba por mi cabeza?. Lógicamente decidí ir, la curiosidad me superaba.
En el camino encontramos a un caballero moribundo y asustado balbuseando. El gigante en armadura, los chicos creyeron enseguida que se trataba de Gowther. Al acercarnos, nos llegó la información sobre que un grupo del ejército de Liones se estaba encargando de él. Los tacharon de sanguinarios y fríos. Cuando los vi no me lo parecieron tanto.

- Corre, Gowther - Le escuché decir a Meliodas.

La corta batalla entre su bando y el nuestro fue interrumpida por un joven. Éste inició un momento cómico en el cual hablaba con el gigante sin prestar atención a la situación. Ban se encontraba al borde de la desesperación, gritó cosas como "¿Y tú qué, niño?". En pocos segundos los conocidos como Rugidos del alba retomaron el enfrentamiento. Entonces, desde un lugar estratégico, aquel guerrero portador del arco, lanzó su ataque contra el gigante. No dio tiempo a reaccionar, todo parecía perdido. Pero, entre la luz apareció el joven del cabello verde con la flecha entre manos. Narró la situación en la que nos veíamos envueltos. Todos éramos expectantes de su gran revelación. Sus compañeros pecados no podían creerlo. Mientras separaba sus labios, el cabello antes verde se tornó rosa creciendo hasta los hombros. Y es así que reveló su identidad. Aquel misterioso y enigmático personaje era Gowther, la cabra de la lujuria. Él mismo que, segundos después, cortó la cabeza del monstruo en armadura, otorgándosela con serenidad al bando contrario. Cuando éstos se fueron es que la verdadera batalla comenzó. Como simple observadora de la situación que fui, noté que el cuerpo decapitado se movió progresivamente hasta rugir con entusiasmo. El nuevo miembro reveló lo que aquello era en su pasado, un Caballero Sacro. Aparentemente mis compañeros lo conocían, se referían hacia aquella bestia como Dave, un padre mimoso con sus hijos. Y comenzó la pelea interna, Ban y Meliodas tenían posturas distintas sobre si asesinar a aquel monstruo o no. En un punto, tras el ataque de King, Gowther se alejó del resto para limpiar sus anteojos. Le tenía tan cerca y aún así no se percató de mi. Cuando ya estuvo listo volvió utilizando su poder mágico "invasión". Muchas más cosas pasaron, Elizabeth ayudó a terminar la disputa. Y, cuando ya todo acabó, salí de mi escondite. Gowther permaneció junto al antes caballero sacro durante sus últimos momentos.

- Gowther, te agradezco, amigo... - Le oí decir.

Parecía sorprendido por la forma en que se refirió a él. Trató de entender sus sentimientos a pesar de que este ya no le escuchara. Me acerqué a él, admirando los restos demoníacos.

- Hay una cosa que quiero preguntarte - Volteó la mirada en mi dirección - ¿Tú quién eres? -.

- (Nombre). Gowther, pecado de la cabra, es un honor conocerte -.

- ¿Honor? Supongo que debo decir lo mismo -.

- Creo que debes hacer aquello que supones en vez de simplemente decirlo -.

Entre ambos sólo habían algunos centímetros, los suficientes como para sentir la respiración del otro. Ante mis palabras, pensó un poco el qué decir.

- En ese caso, es un honor conocerte, (Nombre) -.

No representaba expresión alguna y, aún así, podía ver un brillo en sus ojos. Ya no sólo me intrigaban, si no que me atraían a investigar que de especial tenían.

El chico de las estrellas 🐐💖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora