Capítulo 11: Compañeros

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Pasada la gran conmoción  y, con el inicio de los ataques en Liones, me vi en la obligación de volver a casa de mi madre. Pocos días atrás, ella y mi padre habían comenzado a vivir juntos una vez más. No es como si se hubieran enamorado como en el pasado, más bien era una medida de seguridad. En ese tiempo nos convertimos en la familia que una vez representamos, incluso ayudamos en la limpieza de demonios en el reino.

- (Nombre), cariño. ¿Puedes hacer crecer este tomate? Lo necesitamos para la cena - Solicitó amablemente mi padre.

Obedecí y cumplí aquello que pedía. Desde que nos habíamos separado los pecados, notaba que mis poderes se debilitaban progresivamente. Ágar solía decirme que quizá me faltaba el "detonante", refiriéndose a Gowther. Casi nada se sabía de él, lo último que pude escuchar es que le tenían de sospechoso de ser parte de los diez mandamientos.  Y, con respecto a los demás, ellos estaban regados por todo el territorio con tareas específicas.
Inmersa en mis pensamientos, no presté especial atención a los ruidos de fuera. Ágar tomó mi mano y corrió hacia la puerta. Al cruzarla, escuché los gritos del capitán. Es entonces que los vi, quienes habían sido mis compañeros de batalla por tanto tiempo, reunidos frente a una torre. Corrí hacía ellos, eligiendo como primer acción el abrazar con fuerza a Meliodas, quien creía muerto. Los pecados se unieron a mí en un cálido reencuentro. Giré hacia Gowther, mi corazón dio la misma voltereta que la primera vez. Y, a pesar de todo lo que había pasado, aún se me hacía realmente lindo, con la dulce inocencia de alguien que no entiende. En ese mismo instante, los dos miembros faltantes cayeron del cielo sobre la antigua torre, aplastando al dragón. Allí se vieron las prioridades de dicho miembro y Ban, burlarse de las mini alas de King. También notaron un cambio en Diane.

- ¡Mis recuerdos han regresado! -.

- Eso es imposible - Negó el joven de cabello rosa - Los recuerdos purgados no pueden recuperarse -.

- Te equivocas, Gowther. Los atesorados recuerdos que han sido enterrados en lo más profundo del corazón... Aún si se olvidan o se ocultan en la neblina, nunca, pero nunca, desaparecen - Interpuso su mano entre ambos - Es por eso que recuperaremos tu corazón perdido juntos -.

En vista de que el Rey Bartra apareció enseñando un extraño objeto semejante a un corazón, la cabra escapó. Ya que la regla número cuatro lo declaraba, los pecados fueron a su captura. Dudé un poco en acompañarlos, yo no era precisamente una de ellos, simplemente les acompañaba y ayudaba en la taberna. Poco hacía en peleas. Ban aprovechó que me hallaba distraída y me impuso vuelo desde la cima. Meliodas, mientras caía, comenzó a alentarme.

- (Nombre), no eres una pecado por tener un error o un crimen sobre ti. Eres una de nosotros por todo lo que has hecho en tu vida -.

- ¡Y por tu gran corazón! - Expuso Diane.

Pequeñas gotas desafiaron la gravedad, volviéndose la prueba de que mi lugar era junto a ellos. Todos ellos, por tanto debía ayudar a Gowther, estaba en mi deber.
Le intentamos cazar por todos lados, separados y en grupos. Iba detrás de la pequeña gigante cuando, de pronto, utiliza una patada para derribar al objetivo. Intenta escapar, pero King le obstaculiza el paso con Guardián. Ayudo inmovilizado al muñeco con " Prisión hoja".

- Debo borrar el ruido otra vez -.

- ¿De qué hablas, Gowther? -.

- Ya he borrado mi memoria antes, pero no desaparece -.

Luego gritó con todas sus fuerzas. Merlín insistió en que aumentara las capas de mi prisión. Y explicó, por fin, la realidad, Gowther tenía un corazón dentro suyo todo el tiempo, la representación que el rey había mostrado con antelación no era más que un adorno.

- No las necesito, no las quiero -.

Diane fue perdiendo la paciencia y vociferó lo que Gowther debía entender. Que en la vida podían haber malos recuerdos que duelen, pero también existían los buenos y que las emociones eran parte de él, no debía rechazarlas. Empezó a llorar, eso era la gran prueba.

- Yo cerré mi corazón con mis propias manos. Traté de olvidar el dolor de perder a as personas importantes para mí... Nadja... Gowther... - Su expresión cambió repentinamente - Gracias, Diane, por guiarme en el camino correcto -.

Intentó abrazarla, pero King se interpuso. Me miró de reojo, tal parece que tenía algo de arrepentimiento dentro. Parecía un pequeño niño que había cometido un error y no sabía como decirle a la madre. Extendí mis brazos abiertos, reclamando por el abrazo que tanto quería. Escuché como se disculpaba innumerables veces en mi oreja. Entrelacé los dedos con algunos de sus mechones en señal de que todo estaba bien. Quien se encontraba ahí abrazándole, no era la chica a la que le gustaba, sino la compañera con la que solía charlar y observar en sus rituales. Acababa de renacer como alguien nuevo, con ello me decidí a olvidar mis sentimientos y simplemente ser compañeros.

El chico de las estrellas 🐐💖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora