Capítulo 17: El regalo

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El tiempo pasó corriendo como liebre. Gowther y yo hacíamos todo juntos nuevamente. Me acompañaba en todos mis rituales, que por esas circunstancias hacia muchos. En un momento, a mitad de mi fabricación de pociones, King se unió a nosotros. Traía una pequeña caja decorada entre manos y una sonrisa satisfactoria en el rostro.

- Gowther, lo he estado guardando por un tiempo, y creo que ya es hora de dártelo - Abrió la tapa - Es un pendiente -.

Del collar colgaba el corazón falso que una vez le había pertenecido. Él se quedó inmóvil observándolo, y poco a poco fue girando en mi dirección. No diría que me encantó el regalo, era un recordatorio de que una vez amó a la princesa y quiso dar su vida por ella. Quizá me sentía celosa y algo molesta. Es decir, todo iba bien, estábamos "juntos" y llegó su recuerdo para dejarme en claro que jamás pude ser tan especial como ella lo fue. No esperaba que Gowther arrancara su propio corazón por mí, tampoco quería. Éramos diferentes para él. Y yo no era nada en comparación, no lo había rescatado cuando no recordaba ni a su creador, tampoco fui la primera persona que amó o con quien se entregó, ella si. Con su mirada atenta a lo que pueda decir, intenté poner mi mejor sonrisa. Después de todo, quien aún debía cumplir con su decisión era yo. Opté por seguir a su lado cuando no tenía la certeza de que sentía lo mismo. Nada estaba dicho, no existían títulos de por medio ni una promesa de estar juntos. Sospeché que aún necesitaba su tiempo para definirse, y el regalo sólo lo extendía más.

- ¿No te parece bonito? - Dije con el tono más amigable que pude - Con él no puedes olvidarte de Nadja o de Gowther - Me giré hacia King mientras una lágrima solitaria escapaba en libertad - Gracias por hacerle tal regalo, King. Es hermoso -.

Ambos se quedaron casi de piedra cuando, al terminar de decir lo que debía, simplemente me fui. Caminé por toda la taberna hasta encontrar un lugar tranquilo, lo cual resultaba imposible con toda la situación del capitán. Mi padre estaba en guardia para utilizar "Purga" en cuanto fuese necesario. Me acerqué a él, toqué su hombro y casi pierdo un ojo. Se disculpó casi medio millón de veces. Confié un beso sobre su frente en signo de que siguiera con su trabajo. No había lugar para mí. Traté con todas mis fuerzas en no cruzarme con lujuria, quería que lo último que viera sobre ese tema fuera una (Nombre) feliz por él. Que no sintiera ni una pizca de dolor o celos por aquel regalo, aunque fuese una mentira.

- ¿Que carajos está pasando? - Refunfuñó el capitán de las sobras.

La taberna, la madre de Hawk, todo el terreno esta temblando. Me asomé por la ventana y una exorbitante magia oscura se avecinaba hacia nosotros. La noche acechaba cuando tan sólo habían pasado pocas horas desde el mediodía.

- Alguien a engullido toda la región con su magia. ¡Todos estén listos para un ataque en cualquier momento! -.

Ni bien Merlín hubo terminado, aquella entidad que traía la noche apareció delante del cubo perfecto. Abrí más la ventana y escapé hacia la terraza, donde Diane, King y Gowther parecían sorprendidos del cielo.

- (Nombre), ¿qué está pasando? - Se acercó la gigante.

- Debes hacer algo rápido, el culpable de la oscuridad está aquí. Creo que quiere hacerle algo al capitán y Elizabeth - Alerté.

Rápidamente, metió su enorme brazo en la taberna, sacando con ella a quien estaba en peligro.

- ¿Quién te atacó, Elizabeth? -.

- Una gigante con nivel de poder de 8000 -.

Nos giramos hacia el anciano.

- Un hada con nivel de poder de 40000. Oh, asombroso - Elogió - Una... ¿bruja híbrida? Sin poderes en absoluto y con un nivel de poder de 35400 un... hmmm... ¿humano? Espera. ¿Eres Gowther? No, sólo eres una muñeca -.

- Gowther, ¿lo conoces? - Cuestionó el rey hada.

Ni siquiera escuché lo que hablaba lujuria, sentía como mi propio cuerpo de pedía que saltara desde la altura en la que estábamos. Esa noche no era normal, caía todo su peso sobre mis hombros. Tomé impulso y salté. El viento me pedía que pare, pero no podía, no quería. Cuando estaba a punto de convertirme en una versión plana de mí misma, Ban, el muerto viviente, lo evitó. Me abofeteó varias veces para que reaccionara, de nada servía. Cerré los ojos y me sumergí en el oscuro mundo que suponía mi mente.

El chico de las estrellas 🐐💖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora