El chico de las estrellas 🐐💖

Capítulo 16: Esperanza

El inmortal peleando contra la poderosa mandíbula interpretaba una escena que, en otras circunstancias, habría sido realmente cómica. La tan enorme serpiente vociferó y desde su largo estómago salieron jugos gástricos. El vapor de  éstos era altamente tóxico para cualquiera, más para las plantas. Presencié como toda forma de vida  vegetal sucumbía débil. Diane y King gritaron desesperadamente que huyera contemplando lo mismo que yo. Traté de alejarme los más rápido posible. Corrí con la intensidad de una descarga eléctrica. Papá me esperaba con la puerta de la taberna abierta. Casi llegando empezó a brotar sangre de mi nariz. Una vez entré me revisó. El ácido había afectado de forma parcial, mi cabello tan sólo lograba cubrirme las orejas. La nariz sangrante, el temblor que iba desde mis pies hasta las cervicales, todos eran efectos de ella. Me pesaba en el corazón no poder ayudar, pero era lo mejor. Mucho ayuda el que no estorba.

- (Nombre), cariño. Vas a romper la cuchara si sigues así -.

Efectivamente, estaba apuñalando la madera con una cuchara que poco a poco se inclinaba a un lado. ¿En qué patética versión de mí misma me había convertido? Escondida por miedo a morir mientras el resto se enfrentaba a dos grandes amenazas. Tomé dos pociones curativas y volví a salir con los gritos de mi padre de fondo. El vapor mortal se iba disipando poco a poco. Melascula ya no parecía tan poderosa llena de golpes y sin oportunidades de ganar.

- Melascula es una serpiente venenosa que vivió 3000 años mientras todo el tiempo se bañaba en el poderoso miasma del mundo de los demonios -.

La sombra de aquella gran reptil acabó encerrada en un tubo de ensayo.
Dentro del cubo perfecto un león y un dragón preparan la batalla principal. Dos amigos que debían luchar a muerte como dos hámsters macho en una misma jaula. No duró tanto como se esperaba y el resultado se definió en el primer minuto del medio día. Escanor, victorioso, salió caminando del hechizo, haciendose pasar por alguien realmente rudo cuando también estaba herido. Ofrecí mis pociones medicinales algo tarde. En cuanto lo toqué de desplomó en seco, no podía seguir en pie aunque lo intentara. La gigante exclamó realmente sorprendida que si era más fuerte que el orgullo, King la siguió. Gowther envolvió mi nuca con su mano. Verificó que, obviamente, ya no tenía tanto cabello, se había quemado.

- Es el mejor daño que pudo haber pasado - Dije posicionando mi mano sobre la que me tocaba.

Sentí un hormigueo en el estómago cuando posicionó sus labios en mi cuello, justo en donde aún tenía ardor por la quemadura.

- Estamos en una situación terrible - Confesó Merlín.

Una vez dentro, dejaron al capitán sobre una manta en el suelo.

- Ahora que sus emociones han sido robadas por el rey demonio, está regresando a ser el viejo Meliodas y su poder y crueldad son incluso mayores que en ese entonces -.

Justo después de que pronunciara la última letra, el antes pervertido y amigable capitán se levantó de golpe. La Maga efectuó el ataque que logró hacer retroceder a la bestia. La fría melodía del dolor brotaba en cada corazón de los pecados. Elizabeth y ella discutieron, acabando con la diosa y el demonio en un mismo cubo.

- ¿Qué se supone que hagamos ahora? -.

- Ustedes irán a Camelot como planeamos. ¡Nuestra misión como los siete pecados capitales es liberar Camelot de los diez mandamientos y a la gente de Liones - Merlín era muy decidida cuando hablaba de eso - Así que, Diane, King, Gowther y (Nombre), ustedes son los únicos en los que podemos confiar -.

Todo pasaba tan rápido que a penas lograba entenderlo. La inusual pareja de gigante y hada permanecían en el balcón hablando, posiblemente sobre sobre todo el peso que recaía en nosotros. Casi cruzaba el umbral junto a ellos, su voz me frenó.

- Incluso si se recupera, la probabilidad de que el capitán vuelva a la normalidad es cero. Pero, independientemente de cuán pequeñas sean sus probabilidades, aún espero que regrese pronto -.

Nos miramos por veinte eternidades completas. Con las manos entrelazadas y las almas conectadas en la misma dirección. El grito en el cielo se mantenía dentro de mi propia cabeza.

- Sin importar lo que pueda venir protegeremos a todos -.

- Hasta el final - Terminó mi frase.

Algo nacía en ese mismo intante, y daba mi vida porque era algo que cambiaría todo. Sin un título o la situación realmente clara, ambos sabíamos que estábamos juntos en eso. Yo lo apreciaba, y seguro él también lo hacía.