Capítulo 7: Memorias

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Lo primero que vi, al abrir los ojos, fue a Gowther en posición fetal rogando por el encierro. Le obligaron devolver las memorias robadas, y se disculpó. La caballero sacro agradeció el rememorarle a su difunto padre.

- Si tanto querías entender el amor, ¿por qué no hablaste con (Nombre)? -.

- Yo no tenía conocimiento sobre sus sentimientos hacia mí, señor -.

El capitán lo golpeó en la cabeza, y sentí su mirada clavada en mi espalda, ya no quería verle a la cara, no podía. Caminé en dirección contraria hasta chocar con Slader. Merlín le había convocado. Usando su poder mágico, convirtió al joven del cabello rosa en una versión mucho más pequeña de él. Pidió como favor que el miembro de los Rugidos del Alba cuidara del muñeco, pero me ofrecí en su lugar. Desde ese momento estuvo a mi merced.

***

Residimos en la taberna junto al nuevo admirador de Merlín. Tomos soltaron comentarios referidos a que Gowther era su preciado compañero. En una oportunidad, Slader comentó lo afortunado que era al tener tantos buenos amigos y una chica que le quisiera. Sus palabras fueron la escusa para que las miradas se clavaran en mí.

- Afortunado o no, es sólo un monstruo -.

- ¿De qué hablas? -.

- ¿Qué crees que digo, capitán? - Mantuve el equilibrio sobre mis hombros - Ahora mismo veo a Gowther como un simple monstruo manipulador -.

- Si, pero quizá si se había enterado de que te gusta antes, no habría sucedido todo esto - Intervino Hawk.

- Yo no podría mis manos al fuego por eso. Si vamos a entrar en el mundo de los "quizá", podríamos tener de hipótesis que me habría utilizado para su investigación. ¿No le parece factible, señor cerdo? - Suspiré - No me malentiendan, mis palabras no son más que un intento de ocultar el hecho de que aún me gusta. No importa cuanto lo piense, le sigo queriendo. Y, es por eso, Capitán Meliodas, que solicitaré un retiro temporal -.

- ¿Estás segura de eso? - Participó Merlín - ¿Aún planeas cuidar de él en otro lugar? -.

- Tranquila, quiero ir a un pequeño pueblo de Camelot. Allí tendré apoyo mágico, así que no habrá inconveniente -.

Meliodas concedió el permiso y la maga me ayudó a llegar inmediatamente. Observé el lugar con detenimiento. A mi padre solían gustarle mucho las plantas, y se notaba. La entrada se componía de enredaderas y un jardín vertical. Llamé a la puerta. Atendió en pijama algo adormilado. Tardó varios segundos en reconocerme. Pero, al lograrlo, se abalanzó contra mí en un fuerte abrazo. Hace años no sabía nada de su pequeña niña, que estuviera visitandole alcanzó su corazón. Entramos con la promesa de un té y el intercambio de anécdotas. La nostalgia fue nuestra anfitriona, logró ponernos a llorar recordando. Es es momento no existía cosa más bella que nuestro reencuentro. Nada podía ser más especial que él y yo compartiendo otra vez el mismo espacio.

- Por cierto, querida. ¿Qué es ese pelo rosa en tu bolsillo? -.

Cuando saqué a Gowther escupió el té.

- Su nombre es... -.

- ¿GOWTHER? - Parecía asustado, completamente atónito.

- Padre, ¿estás bien? ¿Cómo le conoces? -.

- No creí que siguiera vivo. Yo... Él... - Empezaba a balbucear - Cuando tu abuelo fue guardia en el castillo, él era la criada favorita de Lady Nadja, la hermana del actual rey.

Permití que bebiera de mi taza y que siguiera con la historia.

- Un día lo acompañé al trabajo. Escuchamos un grito desgarrador. Y, tras entrar en la habitación de la princesa, todo estaba lleno de sangre. Él, tenía un hoyo en el pecho y no traía ropa -.

Imaginé toda la escena en mi cabeza, por deducción se llegaba a la conclusión de que violó a la princesa y la asesinó. Pero carecía de sentido si nos centrábamos en el hoyo. ¿Y si trató de reanimarla con su propio corazón? Al ser un muñeco pensó en que no moriría. ¿Por qué la salvaría? ¿Habrían sido amantes y desesperó cuando murió? Todo esto explicaba el hecho de que ya no tuviera un corazón.
Estando inmersa en mis pensamientos, no logré captar el alboroto exterior a tiempo. Pronto, una ráfaga de viento azotó el pueblo. La casa comenzó a desmoronarse, salimos presipitados. A lo lejos de mi vista, donde gran parte de Camelot se veía, fue reemplazada por una planicie de tierra y arena. Entendí que ya no podía holgazanear. Devolví a Gowther al lugar entre mis ropas y avancé hacia la pelea ayudándome de plantas. Poco a poco se distinguía mejor el panorama. Una armadura roja interrumpía la paz. Meliodas trataba de hacerle frente, pero era demasiado débil. En el movimiento, el muñeco calló, frené para recorrerlo. Antes de que pudiera hacerlo, volvió a su tamaño normal. Disparó un ataque y aquella entidad demoníaca abandonó la batalla sin asesinar a mis compañeros. Escuché una aterradora risa detrás de mí. Gowther parecía un lunático. Caminó hacia los heridos para continuar riendo.

- Deben saber que ahora tengo que despedirme. Hay cosas que requieren mi atención y tengo que hacer -.

Trató de huir caminando. Salté sobre él y coloqué en su muñeca el prototipo de emergencia de Merlín. De ese modo sus poderes mágicos eran controlados. Completada la acción giré hacia el orbe de la maga, quien pronto se ocupó de los hechizos que capturaban a los gobernantes de Camelot y Liones. Juntos llevamos a los heridos hasta el castillo. No sin antes, arrojarle mi capa al desnudo.

El chico de las estrellas 🐐💖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora