Capítulo 3: Sentimientos encontrados

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El sol resplandeciente calentaba poco a poco cada rincón de la tierra. La taberna estaba en movimiento, un nuevo destino nos esperaba. Era la única despierta tan temprano, por tanto inicié con los preparativos de mi ritual diario. Meliodas solía enojarse si usaba mucho de sus ingredientes con fines mágicos, pero la situación lo acreditaba. Todo rasto de ruda y romero en el establecimiento fue directo a mi caldero. Las velas viejas, casi totalmente consumidas fueron reutilizadas. Tras unos minutos de meditación, comencé con el preparado de mis próximas velas artesanales con las hierbas que había tomado con antelación. Me enfrentaba a una ocasión especial, necesitaba un refuerzo a la concentración y la prosperidad. En medio del procedimiento escuché un ruido y me acerqué a quien había interrumpido, Gowther.

- Buenos días - Saludó - ¿No es muy temprano para rituales mágicos de protección? Tengo entendido que, por lo general, éstos se realizan durante las noches de luna nueva -.

- Si, así es, por regla general. Pero uno puede hacer lo que quiera en este mundo de la magia -.

Volví a mi actividad hasta que estuviera completada, él sólo se sentó cerca del mostrador. Una vez terminado hasta el último detalle, acomodé todo aquello que había utilizado. En eso bajaron los demás integrantes del grupo. Al percatarse, Meliodas efectuó un gran golpe en mi cabeza mientras me regañaba. Sonreí tocando la zona lastimada, sabía que eso pasaría.
Cuando todo el mundo estuvo en su lugar, el capitán anunció nuestro siguiente paradero, la capital. Los chicos se negaron por pereza y en un intento de darle una lección. Sin embargo, esto cambió con la aparición de un personaje nunca antes visto. Tomó a la princesa como rehén y desapareció diciendo "La última pieza". En ese mismo instante, Meliodas corrió hacia donde estaban y gritó liberando una exorbitante cantidad de poder mágico. Salió exaltado, quería llegar como fuera a la capital. Ban y Gowther se unieron a él. Por alguna razón también sentí el deseo de acompañarlos. Bajo el gran problema que suponía el que jamás participara en una pelea, decidí quedarme. Junto con su vuelo, sentí que un trozo de mí se iba con ellos.

- Me extraña que no te les unieras, (Nombre) - Confesó King.

- ¿Por qué habría de ir? - Le miré dubitativa.

- Desde que llegó, siempre estás con Gowther - Sonrió de lado - Pareciera que te gusta -.

- Si, es verdad - Intervino Diane - Como el otro día que paramos en ese pueblecito. Todo lo hacían juntos -.

- ¿De qué hablan ustedes dos? - Apoyé mi cuerpo en el pasto - Como si se pudiera desarrollar una atracción por alguien a quien casi no conoces -.

La chica de la raza gigante tomó entre sus manos una de sus coletas y se la colocó sobre los labios.

- Yo... Yo me enamoré del capitán la primera vez que lo vi -.

King, de repente, pareció triste y Diane le acompañó. Ambos tenían un amor no correspondido.
En cuanto a lo que habían dicho sobre mí y mis sentimientos, no confíe mucho al principio, pero tras una tirada de Tarot todo era más claro. Empezando porque la carta central fue la de "Los enamorados". Siguiendo por el hecho de que también intenté con una tirada de runas de bruja, obteniendo el mismo resultado. Los elementos mágicos no solían fallarme.
Antes de jurar al fuego que eso era mi estado, rememoré el antes y el después a la aparición del nuevo miembro. Mi razón principal y gran motor al pedir el trabajo fue vivir aquella aventura que mi madre jamás habría querido. Enseguida se une el sujeto en cuestión, comencé a ser mucho más allegada a los demás, abrirme para ellos al punto de llevar a cabo mis rituales en el mismo lugar donde constantemente sabía que estarían. ¿Existía la posibilidad de que me gustara? ¿Era realmente factible la hipótesis?.
Como último recurso para descartar o aceptar aquel pensamiento, imaginé un futuro junto al sujeto. Inventé una primera cita, primer beso, primera vez en la intimidad, primer "te amo", primera vez de todo aquello denominado de parejas. Y fue entonces que caí de rodillas con gotas de sudor frío por todo el rostro. Todas y cada una de las situaciones que había utilizado de prueba lograron tocar hasta el rincón más oscuro de mi alma. King tenía razón, me gustaba Gowther. Y eso era una mierda.

El chico de las estrellas 🐐💖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora