El chico de las estrellas 🐐💖

Capítulo 14: Sensaciones

Nos apresurados a descender. El capitán y los demás traían sus armaduras relucientes y predispuestas a la batalla. En ese momento recibí la guadaña que me tendía Merlín, un presente de su parte.

- (Nombre), vamos a necesitar que prepares el terreno -.

Meliodas lucía contento de que usara mis poderes libremente. Me dirigí hacia Escanor, necesitaba su caluroso poder para un ataque especial. Sin embargo, entendía que no me lo daría tan fácilmente. Así que pensé "¿Cómo lograr la colaboración de su majestad Orgullo?". La respuesta era más clara que mis intenciones, aumentar el ego.

- Todopoderoso Escanor, cordialmente le ruego me conceda una mínima fracción de tan glorioso poder - Consideró dubitativamente mi petición - Para esta simple servidora, sería el mayor honor de vida ser partícipe de un ataque de Su Majestad -.

Entonces accedió y nos combinamos en un sólo ataque "Fuerza ígnea". Con él brotaban raíces flama cargadas del calor emanado por Rittha. Al voltearme, los grandes guerreros ya se encontraban en enfrentamientos aislados. Vagué por las calles destrozadas, llenándose de cadáveres demoníacos. La nueva arma no era más que un adorno para mi verdadera capacidad en esos momentos. El ambiente era ridículamente favorable. A la distancia, con un pequeño niño en brazos, estaba un Gowther escondiendo su verdadero cabello, me acerqué.

- ¡No estabas mintiendo sobre eso porque me odiaras! - Exclamó detenidamente el que sospeché era Pelio.

De pronto, se quedó viéndome directamente tras el hombre de melena rosa. Sonreí tocando su cabeza desde arriba. Miré a mi compañero de lado. En su rostro vivía ese hermoso sentimiento conocido como felicidad. Sentí como el corazón me recreaba una sesión completa de gimnasia acrobática. Entonces, el contrincante de Ban impactó conmigo. La guadaña clavó su filo en la tierra, frenando la onda expansiva del golpe. De forma inaudible, la cabra se posicionó detrás de mí. Cuando caí, él me sostuvo. Los niños rieron a poca distancia de nosotros. Algunos mencionaron que yo parecía más hombre que Gowther, hasta que una ventolada azotó la suave capucha que llevaba a cuestas. Pocos habían podido ver mi rostro hasta ese entonces y Lujuria era uno. Me encontraba expuesta, realmente incómoda.

- Déjenla, es la novia de Gowther de los siete pecados capitales -.

Escuché reír a un estúpido zorro, supongo que necesitaba despejarse después de la gran revelación de Meliodas.
Pronto abandonamos el lugar. A las afueras de Camelot, en el límite de la distorsión dimensional, estaba ese hombre. Parecía una versión maligna del capitán, como si le hubieran pintado de negro y puesto una voz más grave. De un segundo a otro, ambos hermanos se enfrentaban entre sí,  pero uno ni se encontraba allí. La energía de otro demonio completamente distinto arrojó una gran ráfaga de energía. Tomé la mano de Gowther y entrelazó sus dedos con los míos. Melascula hizo su aparición atacando a Meliodas, todos nos acercamos en su rescate. Muertos, vivos por el odio que tenían sobre sus hombros, capaces de vengarse con quien no deben, todos levantándose contra inocentes. Y es entonces que sentí el verdadero terror, los lamentos agobiados y gritos llenos de desesperación eran los protagonistas en el enfrentamiento. Se me erizaba la piel cada vez que debía enfrentarme a uno de ellos.