20: El comienzo del fin

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La vasta multitud que se dirigía al teatro de Zimmer en la ciudad del mismo nombre estaba eufórica. Casi cuarenta años de la última vez que el pueblo había sido convocado de forma masiva en diferentes estados importantes de la nación.

—Esto es increíble, magnífico, ¡inconcebible!

—No tengo ni la menor idea de por qué te emocionas tanto. Sabes de sobra que si todo esto implica situaciones bélicas no podrás ser partícipe —le recordó abrumado su gran amigo.

—Mamá dijo que firmaría una carta por mí —presumió—. Estoy dispuesta a sacrificar mi vida por los deseos de nuestro rey y príncipe. Solo debes tener un poco más de lealtad hacia nuestro señor, Falco, después de todo gracias a él es que llevamos nuestra desmerecedora vida próspera.

—Te sientes demasiado orgullosa de ser Marleyana. Tanto que causa terror —De solo imaginarse a su amiga en algún frente de batalla le daban terribles escalofríos. Pero sus palabras eran ciertas, Gabi mantenía un alma joven y revolucionaria, incluso en extremo desarrollada para la corta edad de doce años. La conocía tan bien que sabía perfectamente que era capaz de cumplir cada uno de los objetivos que se proponía sin titubear.

—Los rumores dicen que podremos ver a la princesa incluso, siento que este será el mejor día de mi vida —Gabi mantenía un ánimo sobresaliente que era imposible de restringir, muy característico suyo.

Las puertas del teatro de Zimmer estaban abiertas, permitiendo entrar a todo el que quisiese. Adentro se hallaba el enorme lugar, compuesto por grandes galerías repletas de asientos. Decorado con cortinas doradas con diseños en tonalidades blancas y un estupendo escenario en frente, el cual se podía visualizar a la perfección independiente del área en que te encontrases. Era un lugar lo bastante grande como para abrigar a unas siete mil personas.

Los chicos entraron y lo primero que hicieron fue posicionarse en una a zona a elección, y claro, siempre y cuando esta estuviera completamente desocupada. Ambos se sentaron en las gradas del segundo nivel frente al escenario.

—Estoy demasiado ansiosa —el exultante comentario de Gabi no se hizo esperar, pero Falco decidió no decir nada, y solo responder con un cansado suspiro, después de todo él solo estaba ahí por cumplir su promesa de acompañarla, pero no tenía mucho interés en los asuntos de la realeza, mucho menos si se trataba de algún asunto que conllevase al conflicto con otro país; prefería mantenerse al margen.

Los minutos iban pasando y el lugar había comenzado a llenarse, a tal punto que no quedó ni un solo asiento disponible, incluso muchas personas decidieron sentarse en los pasillos o en las mismas escaleras con tal de poder escuchar y ser testigo de la causa por la cual se había hecho tal reunión.

Había pasado una hora aproximadamente desde que se abrieron las puertas y fue entonces que apareció la primera persona sobre el escenario. Una mujer joven, de cabello negro azabache, envuelta en una armadura de cuero bastante particular, pero muy estética; acentuaba su delgada figura y la hacía ver como una mujer valiente y sensual al mismo tiempo. En su espalda colgaba una espada y un escudo de hierro. Era una guerrera sin lugar a dudas.

 Era una guerrera sin lugar a dudas

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Flor Del Mal | EreminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora