Enji se revolvió en la cama. Su mujer no se encontraba a su lado y eso era bueno. Hace dos noches había vuelto a tener sexo con Eimi y cada vez que cerraba los ojos podía verla retorciéndose de placer debajo de el.
Tomó una bocanada de aire y se sentó en la cama, tener a Eimi de regreso lo estaba volviendo loco, la culpa lo estaba consumiendo de sobremanera. Ella no llevaba anillo, parecía no tener una relación... quizás no era tarde para remendar todo lo que el rompió en el pasado gracias a su maldita ambición. Ese día llegaría a la oficina, se tragaría su orgullo y trataría de empezar de cero con la mujer que realmente amaba. Con la que amo desde que conoció, la única que ocupaba su mente y corazón.
Fue a ver a sus hijos, y se despidió de Rei de manera más seca que lo habitual. Mientras conducía imaginaba haber hecho todo al revés. Se habría casado con Eimi como había planeado desde los 12, los gemelos serían de ambos y Fuyumi tendría pelo rosa y ojos rojos. Pero el tenía que estar obsesionado con ser el número uno.
Su rostro se encendió por la impotencia que sintió hacía si mismo.
Bajó del auto y rápidamente tomó el elevador, sus subordinados lo saludaban y el iba enfocado en una sola cosa: arreglar todo con Eimi.
Tocó la puerta varías veces y no recibió respuesta, entro y la luz se encontraba apagada. Salió de ahí con cuidado de no volver a quemar el lugar.
— ¿Donde está Poison Lady? - preguntó a una interna.
— Ella informó que no podría asistir hoy, que lamenta mucho su ausencia y que compensará su falta cuando regrese.
Endeavor resopló. Maldita mujer que desaparecía cada vez que se le antojaba, no podía, el tenía reglas y el no iba a permitir que las pisoteara como hacía su hermana mayor.
Marcó el número de la chica de ojos de sangre y salía fuera de servicio. Ya iba a ver cuando volviera al siguiente día. Ella no puede solo desaparecer así por así.
Tres dias después y la Hayashi menor no aparecía por ninguna parte, Enji estaba volviéndose loco ¿lo abandonaba nuevamente? No, no podía ser. La historia se repetía y era aún más desgarrador que la primera vez.
Como medida más desesperada fue a Yuuei, Airi era maestra de primer año en el departamento de héroes. Fue rápidamente al gimnasio gamma donde le dijeron que se encontraba aquella revoltosa mujer.
— ¡Miren el héroe Endeavor! - gritó uno de los estudiantes haciendo que todos voltearan, sin embargo no se quitaron de su posición. Airi espero que él llegara a ella.
— ¿Que haces aquí? - preguntó la de ojos negros.
— ¿Donde está?
— A esta hora debería estar casi aterrizando en Tokio. - dijo sin importancia. - empiecen a calentar y luego les explicaré en qué consiste el ejercicio de hoy.
— ¿Como que aterrizando? - dijo molesto y más alto de lo normal haciendo que los estudiantes miraran por el grito. Airi dejó escapar una risa.
— Si gritas otra vez te voy a meter mis raíces venenosas por la boca y las voy a sacar por un lugar que no mencionaré solo por estar en horas de docencia. - amenazo. Sus estudiantes tragaron grueso al ver lo terrorífica que podía llegar a ser su maestra, tanto así que amenazaba al héroe número 2.
— Ella no me dijo que iría a ningún lado. ¿Por qué hizo eso? - volvió a gritar pero esta vez más moderadamente, Airi giró su rostro a él y sonrió dulcemente.
— Mi hermanita no te debe cuentas de ningún tipo. Todoroki Enji. - Airi sintió que las llamas de Enji subían su intensidad. La Hayashi mayor siempre molestaba a Enji pero luego de que el le había roto el corazón a su hermana se podría decir que lo odiaba.
— ¡Maldita sea! Airi - con aquel grito al rededor de Enji aparecieron raíces negras con espinas azules. - solo... dime si la recuperaré.
Airi volvió a enterrar sus raíces, veía a sus estudiantes que seguían fingiendo calentar para escuchar su conversación.
— Está comprometida. - esas palabras le cayeron como un balde de agua congelada. ¿Era en serio lo que decía Airi?
-.-.-.-.-.-
Saori estaba junto a Gran Torino en el aeropuerto de Tokio, la albina deseaba que su amiga llegara rápido, el hombre a su lado le inspiraba miedo.
Sus plegarias fueros escuchadas cuando vio una llamativa cabellera rubi entre la gente, el hombre de unos 23 años aproximadamente, musculoso de brillantes ojos azules tenía a Eimi de la mano.
— ¡Toshinori! Estas enorme. - admiró la albina al ver a aquel viejo amigo hecho todo un hombre.
Gran Torino le dio un zape al chico. - ¿Que diablos haces aqui?
— Vengo a terminar lo que empecé. All Might, el símbolo de la Paz. - explicó.
— ¡Eso lo se! Pero debes estar oculto.
Empezaron una discusión que terminaría en lágrimas del primero que mencionara a Nana, Eimi y Saori se miraban con pánico y la chica de ojos rojos apretó la mano de su prometido para que este bajara la intensidad de la pelea.
— Además, sensei... quiero que usted sea el padrino de mi boda.
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Ardiente Veneno- Enji Todoroki / Endeavor
Fiksi PenggemarAdvertencia: lemon Se amaron tan intensamente que se rompieron... Se separaron y caminaron en sentidos opuestos, olvidando que el mundo es redondo. Portada hecha por @miss-horrible