16- Culpa

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Eimi suspiró con rabia, su hermana mayor últimamente solo vivía para decirle que Rei era una perra y que se alejara de aquella víbora de nieve. Pero no le daba ninguna razón pues un "confía en tu hermana mayor" no era suficiente para eso.

Optó por dejar a su hermana hablando sola y se fue a caminar para despejar su mente.

"Rei es una perra"

Oh, hasta donde Eimi lo podía ver la única perra era ella. Si que lo era.

Se acostaba con Enji a espaldas de Rei la que era su amiga y confiaba tanto en ella como para colocarla de madrina de sus hijos. Ella era la perra por romper aquella confianza y acostarse con su marido en su propia cama.

Se encontraba actuando como una doble cara, no había excusa para ese tipo de comportamiento.

Sin mencionar a Toshinori. SU Toshinori que era el alma más pura que habitaba la tierra y ella traicionaba la confianza y pisoteaba su amor. ¡Era su prometido! Y ella era una cualquiera por engañarlo con su ex, era una completa perra.

La culpa la carcomía desde dentro y se sentía aún peor Gracias a la fría brisa que hacía a las dos de la madrugada. ¿Cómo llegó a eso? Su culpa y sus divagues la hicieron perder la noción del tiempo y eso era horrible. Toshinori seguro estaba preocupado por ella... y ella no lo merecía.

Se estuvo acostando con Enji por casi un año, engañaba al mejor hombre del mundo y eso no tenía perdón de ninguno de los dioses, de hecho se merecía un horrible castigo.

Soltó un par de maldiciones al aire, estar con su hermana ya le estaba afectando. Miró el cielo que se encontraba lleno de estrellas y suspiró. No podía seguir haciendo eso

— ¿Que haces aquí?

— Enji... — susurró al verlo frente a ella. No había una razón para que el se encontrara ahí pero lo estaba.

— ¿Que te pasa? — aquella pregunta la tomó por sorpresa. Parecía preocupado.

— Nada, solo quise tomar un poco de aire. — contestó mientras se ponía de pie. Debía irse de ese lugar y volver a su culposa soledad.

— ¿A las dos de la mañana? No engañas a nadie Eimi.

Eso era un buen argumento, nadie que estuviese bien salía a "tomar aire" a las dos de la madrugada.

— ¿Que haces aquí? — volvió a preguntar.

— Te buscaba... tengo algo que decirte.

A partir de ahí todo fue en cámara lenta. Aquellas palabras siempre significaban problemas en cualquier parte del mundo y en cualquier momento, algo horrible se avecinaba y Eimi lo sentía en cómo los vellos de su espalda se erizaban.

— Te escucho.

— Te quiero recuperar en serio. — comentó sin rodeos.

"Mierda" pensó Eimi.

— Dejaré a Rei, haremos un arreglo con los niños y tu y yo nos iremos a donde quieras. Escapemos como debimos haber hecho hace tiempo.

Doble mierda.

Eso era algo que Eimi no se esperaba, Enji estaba ahí frente a ella proponiéndole que escaparan como si fueran un par de tontos adolescentes amando por primera vez. Pero ella tenía muy claro que ya no lo eran y no podían solo dejar todo así por así.

— No podemos hacer eso.

— ¿Recuerdas Italia? Siempre quisiste ir a Florencia, vayamos allá...

Eimi bajo el rostro, miró su mano entrelazada con la de Enji y vio el precioso anillo que llevaba.

— Fui a Florencia con Toshi hace un año. — murmuró sin verlo a los ojos. Aquello lo molesto.

— ¿Bora bora?

— Dos años.

— ¿Que tal Francia? Hay muchos lugares a los que quisiste ir, escapemos a algunos. — una pizca de dolor y mucha rabia se podía percibir en la voz de Enji. Eimi soltó sus manos y lo miró a los ojos, aquellos ojos tan azules que parecían un mar.

— Ahí será la Luna de miel. — los ojos de Enji se llenaron de lágrimas— escúchame: no hay un nosotros, nuestro tiempo ya pasó y todas aquella cosas que alguna vez te conté que quería hacer ya las hice con Toshi, yo amo a Toshinori y no lo voy a dejar para regresar con alguien que me dejo a la deriva sin ninguna explicación... Todo esto fue un error y lo sabes, solo debes recuperar tu matrimonio y seguir siendo feliz.

La de ojos rojos se mordió el labio para parar de hablar, en el fondo deseaba que Enji no empezara a llorar y que tampoco hiciera un colosal drama con gritos.

— Yo solo puedo ser feliz contigo.

— Debiste pensar eso antes de casarte con otra mujer...

Eimi le dio la espalda y empezó a caminar rogando que el no la detuviera. Era mucho para ella y no estaba preparada para ese tipo de cosas, pero no podía continuar actuando como una niña que no sabía lo que quería porque ella lo tenía muy claro y ese algo era Toshinori.

Tomó su teléfono y marcó el número del rubio. Dos tonos después el tomó la llamaba.

— Toshi... debo decirte algo.

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Ardiente Veneno- Enji Todoroki / EndeavorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora