21- Pequeña charla

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Eimi y Airi miraban los vestidos de novia mientras que Shiori y Saori ubicaban colores y tipos de decoración para la boda de la primera. Eimi bostezo y estiró sus brazos.

— Quiero calamar frito. — murmuró pasando de pagina a ver otro horrible vestido blanco.

— El doctor dijo que no más comida Del Mar. — replicó su hermana y Eimi hizo mímica.

— Un bebé cargando a otro.

— ¿Por qué hay que casarse de blanco? Ya no soy Virgen... hace tiempo.

Las presentes rieron y empezaron  a darle razones por las cuales debía casarse de blanco a pesar de que ella solo quería comer algo, con cuatro meses de embarazo su panza a penas se notaba y las nauseas por fin habían parado. 

Terminaron cocinándole algo a la Hayashi menor h ella salió a tomar aire luego de quedarse en el departamento.

Le gustaba caminar y más si era con Toshinori, pero el había ido a America.

¿Donde tendrían a su bebé? Eso aún no lo habían hablado pero no lo molestaría si nacía ahí en Japón, la gente era dulce y educada mientras que en America la gente estaba muy enfocada en sus propios asuntos y era cruel hasta con su misma. Lo mejor sería que se quedaran ahi.

— ¿Que haces? — preguntó alguien de la nada.

— ¿Que quieres? — fue su respuesta molesta, iba a cambiar de parque o simplemente dejaría de salir, de al vi na manera siempre encontraba a Enji en el.

— solo salí a caminar.

Eimi sonrió y se puso de pie para irse por el mismo lugar por el que vino, la brisa empezaba a enfriar y eso le gustaba.

— Espera. -murmuró Enji cerca de ella. La de cabello rosado respiro profundo para contener toda su rabia.

— ¿Que?

— ¿como estas? — Eimi no respondió nada y cruzó sus brazos. Ese idiota la veía cada día, así sería hasta que ella cumpliera los seis meses de embarazo cuando empezaría a tomar su reposo. En el trabajo se mantenía al margen siendo el idiota gruñón de siempre pero si la descubría sola se comportaba como el cachorro asustado que el en verdad era.

— ¿En serio?

— Quisiera poder hablarte como antes. — dijo sentándose en el banco donde ella estaba, la chica suspiró y se sentó a su lado.

— La cagaste hace muchos años. Jamás será igual que antes.

Enji solto un suspiro, estaba confundido de lo que sentía y eso lo irritaba.

— ¿Por qué diste el anuncio después de Rei? — preguntó, Eimi sonrió, mucho había tardado esa pregunta en llegar.

— Fue tu culpa. Estaba a punto de inventarme algo por el alcohol y tu te entrometiste con el pescado. A penas me había enterado esa mañana.

— ¿De quien es?

Eimi soltó una carcajada. — De un vago que conocí en la calle. ¿De quien crees?

— ¿Ni un poco? — Eimi entendió esa pregunta a la perfección.

— Ni en lo más mínimo.

Esa respuesta terminó de romper a Enji. Airi siempre le decía que iba a pagar todo el sufrimiento que le causó a Eimi y en ese momento estaba pasando. El era quien se quedaba despierto cada noche pensando como resolver todo, pidiéndole a los dioses una segunda oportunidad de volver a hacer todo, de redimirse de alguna manera.

— Apaga tu barba. — ordenó Eimi y el hizo caso.

— Todavía te amo.

— Eso ya no importa.

— ¿Mi amor no importa?

— No. ni un poco.

-.-.-.-.-.-.-

Eimi y Toshinori miraban aquel sobre donde se encontraba escrito el sexo de su bebé. Ambos morian de ganas por abrir el sobre y salir de toda esa intriga que los cubría en ese momento. Casi ocho meses de embarazo y su panza estaba gigantesca y ella ya estaba de licencia.

— Hay que hacerlo. — dijo el rubio y tomó el sobre.

— hazlo.

— No, hazlo tú.

— No. — respondió Eimi. Quería ver pero no quería ver.

— Que lo haga Airi.

Ambos asintieron y guardaron aquel sobre para empezar a cenar.

— ¿Que crees que sea? — Preguntó Eimi llevando los fideos a su boca. Toshinori ya no viajaba más y estaba todo el tiempo con ella pero jamás habían tenido esa conversación.

— Quizás Niño. No se.

— Quiero que sea Niño. Y que tenga tus ojos y tu buen corazón.

— Tu corazón es el más hermoso. — contestó el rubio tomando su mano, Eimi sonrió, el iluminaba su existencia y se alegraba demasiado de tenerlo en su vida.

— Te amo.

Se besaron y continuaron comiendo para lavar la loza juntos e ir a su habitación a ver el anime que correspondía ese día.

— me gusta el nombre Kuro. — dijo rompiendo el silencio que había.

— Me gusta Hideki. — le dijo Toshinori. Los ojos rojos de Eimi brillaron con emoción.

— ¡ese será su nombre!

Toshinori sonrió y volvió a abrazar a Eimi en la cama, ambos ahí concentrados en la televisión hasta quedarse dormidos plácidamente hasta que un grito de la chica hizo que Toshinori despertara.

No la encontró en la cama y corrió al baño donde había una luz encendida. Y Eimi estaba de pie llorando, con sangre corriendo por sus piernas y las manos.


N/a

Tengo la historia de Airi, Shiori, Eimi y Saori en mi perfil. Esa que va con el manga. Se llama "Heridas compartidas"

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Ardiente Veneno- Enji Todoroki / EndeavorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora