11- ¿pó que?

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La fiesta por fin había llegado a su fin. El primer año de los mellizos Todoroki y ellos no fueron como la mayoría de los bebés, sonrieron y disfrutaron en grande su fiesta en vez de dormir y llorar como la mayoría de los bebés.

Era momento de abrir los regalos, los adultos estaban reunidos en la sala de la casa. Las hermanas Hayashi se encontraban en el suelo, cada una con un bebé entre sus piernas.

— Gracias por acompañarnos en esto. — dice la albina mayor con una sonrisa, tres de las mujeres presentes le sonrieron y la restante solo giró los ojos.

— Estamos encantadas de ayudar, yo haría todo por los ahijados más hermosos del mundo. — respondió Eimi tocando las mejillas de Touya que empezó a reír.

— Yo solo vine por molestar. - confiesa Airi.

Enji gruñó ante esa declaración, estaba incómodo y las visitantes lo sabían. A él no le gustaba tener a Eimi y Rei en el mismo lugar.

— Le enseñé a Touya a cuestionar la autoridad. - avisó la Hayashi menor.

— ¿Como? Acaba de cumplir un año. - cuestionó Shiori. Estaba agotada por la fiesta.

— Ya verán, pídanle algo.

— Touya, mira a mami.

— ¿Pó que?- dijo el bello pelirrojo, los adultos empezaron a reír ante eso. En el fondo Rei se sentía celosa de que su hijo aprendiese de Eimi fácilmente pero aun no hacía ni el intento de decir "mamá"

— Agradézcanme cuando sea todo un ateo de la sociedad.

Ayudaron a los enérgicos bebés a abrir sus regalos, al terminar Rei le pidió a Eimi que se quedara y ella así lo hizo. La albina recibió una amenaza de Airi.

Eimi llevó a Touya a su cuna para luego sentarse a tomar refrescos con Rei.

-.-.-.-.-

Esa noche Airi no tenia que patrullar, aún estaba de licencia de su actividades heroicas gracias a una lesión en un brazo que aún no sanaba. Ya que Eimi las fue a buscar a todas y se había quedado en la casa Todoroki, así que Enji las llevaba su casa. El incómodo silencio para Saori y Shiori las hacía querer lanzarse por las ventanas, pero preferían eso a que los dos ocupantes delanteros empezaran una pelea.

Las Yukimura llegaron a su destino y rápidamente salieron, la siguiente parada era la casa de Airi.

— ¿Desde cuando eres tan callada? - cuestionó el hombre. Airi voltea lentamente con sus negros ojos entrecerrados.

— ¿Seguro que quieres oír lo que tengo para decir? - preguntó ella como ataque. Enji guarda silencio y ella ve como aprieta el volante. - Eso pensé.

El silencio volvió a hacerse presente entre los dos adultos, Enji no dejaba de preguntarse cómo sería todo si en vez de haberse casado con Rei hubiese logrado su cometido de casarse con Eimi. Quizás sus peleas con Airi no fueran reales.

— Apaga esa mierda o empezare a probar "dosis letal" en ti. - amenazo refiriéndose a la barba que Enji había encendido casi sin darse cuenta. Por su parte "dosis letal" era como ella llamaba a sus nuevos venenos.

— Cierra la boca. - fue la respuesta que dio el héroe de fuego, no estaba de humor para lidiar con Airi, su cabeza estaba volando en que Eimi y Rei estaban en su casa hablando amenamente.

La risa de Airi volvió a desconcertarlo.

— Piensas en Eimi, que patético. - el hombre soltó un gruñido que hizo reír a la mujer a su lado.- Te advierto, si haces la más mínima cosa para confundir a mi hermana, juro por mi vida que te voy a desmembrar. No me importa si tengo que pasar el resto de mi vida huyendo. No te atrevas a intervenir en su felicidad.

El hombre dejó escapar un suspiro y apagó su barba, Airi se alegró por lo Segundo.

— Yo amo a tu hermana. La amo desde el primer día en que la vi. - la chica pudo percibir el dolor en sus palabras, ella sabía bien que los sentimientos del gran héroe Endeavor hacia su hermana eran la cosa más pura del mundo.

Pero el no manejo esos sentimientos de forma correcta en su momento.

— De nada te importo en su momento.

— ¡¿No entiendes?!

— Tu eres el que no entiende. - empezó ella con calma, Airi era de las gritonas al expresar su punto. - ¡tienes 24! Ya pasaron cuatro malditos años desde que te casaste. Ella estuvo en primera fila y soportó tanto dolor que se fue al otro lado del mundo, huyendo de su dolor. No puedes pretender que ella va a romper su compromiso con el mejor hombre del mundo. Olvida tu "gran amor" que tu tiempo ya pasó.

No hubo más palabras. Llegó a dejar a la chica de ojos oscuros. Luego de aquel pequeño discurso Enji volvió a sentirse un asco. Iba a hacer lo que sea que estuviese en su poder para que Eimi no se casara, escaparía con ella a Francia o a Italia, ella siempre quiso visitar alguno de esos países.

Llegó a su casa, antes de que entrara la llave en la puerta, está fue abierta y se encontró con la chica de ojos rojos. Iba a decirle su plan pero antes de eso el sintió como ella le propinaba un puñetazo.

— ¡Me das asco!


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Ardiente Veneno- Enji Todoroki / EndeavorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora